• หก •

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YuGyeom siente que lo miran por lo que levanta su cabeza de la grada en busca de alguien.

No encuentra a nadie y vuelve a recostarse.

BamBam suspira aliviado detrás de un árbol, pudo esconderse a tiempo. Sonríe un poco al ver a YuGyeom estornudar, frunciendo de una tierna manera su nariz.

  — Ah, Kim YuGyeom. — murmura el tailandés, recargándose en el árbol. — Todos me miran, menos tú…

YuGyeom escucha crujidos en el césped y levanta de nuevo la cabeza. Comenzaba a asustarse.

Algo harto toma su mochila y baja de la grada para ir a investigar, se sorprende ante lo que encuentra detrás de los arbustos.

  — ¿Qué estás haciendo?

BamBam deseaba que la tierra se lo tragara.

  — Uh… tomo un poco de Sol.

YuGyeom mira al cielo.

  — Pero está nublado.

BamBam roda los ojos. La perspicacia de YuGyeom siempre fue un problema.

YuGyeom sonríe un poco y se sienta junto a BamBam. Sorprendido ante esto, BamBam se mueve un poco para dejar que YuGyeom se recargue junto a él en el árbol.

  — ¿Y tus amigos?

BamBam ríe. — ¿Cuáles?

  — Creí que tenías muchos, nunca te veo solo.

  — Tener personas alrededor no significa no estar solo.

YuGyeom lo mira.

  — Muy filosófico pero cierto. — dice el pelinegro, sacándole una risa al otro. — Entonces… ¿qué haces aquí?

A BamBam se le borra la sonrisa y mira al césped, pensado en una excusa.

  — Nada, sólo estaba… nada. — dice antes de soltar una risa nerviosa.

YuGyeom decide dejar de cuestionarlo, ha obtenido la respuesta después de ver al tailandés enrojecer.

Ambos se quedan en silencio. Pasan alrededor de cinco minutos así, en un cómodo ambiente en el que disfrutaban de la presencia del contrario.

  — YuGyeom… — dice BamBam en voz baja. El pelinegro lo mira. — Te gustaría, uh… ¿te gustaría ir a…? Mh, no sé.

  — ¿Por un café? Seguro.

BamBam lo mira sorprendido, sacándole una pequeña risa a YuGyeom.

  — I- iba a decir por un helado pero el café también está bien.

YuGyeom llegó a pensar que jamás vería de nuevo a BamBam sonreír de esa forma. Su corazón late con fuerza al recibir una de esas sonrisas.

  — ¿Después de clases?

  — Sí, después de clases.

YuGyeom asiente y se pone de pie.

  — Por ahora debo ir a la biblioteca. Te veo más tarde, entonces.

  — Sí, claro.

Ambos se sonríen levemente, casi tímidos. YuGyeom levanta su mochila y se marcha.

  — Me has vuelto a mirar. — murmura BamBam, recostándose en el césped. — YuGyeom, me has vuelto a mirar…

BamBam no puede contener tanta alegría, por lo que derrama un poco de ella en forma de lágrimas.

Bad Reputation • YugBamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora