Introducción.

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5 meses antes del comienzo de la historia...

-¡Idara! -Escuché una voz lejana, gastada, pero a la misma vez dulce. La reconocía. 

-Idara Marchetti López, baja ahora mismo a desayunar.- Volví a escuchar la misma voz, y unos pasos lentos pero decididos contra el suelo se acercaban hacia donde me encontraba.

-Idara, ¿Quieres hacer el favor de despertarte de una vez y bajar a desayunar? ¡En tres horas debes irte a hacer el examen para entrar en la Universidad! ¿No recuerdas lo que hablamos anoche? - Me levanté como si alguien me hubiera pinchado la espalda que tenía contra el colchón. De repente. Estaba tan cansada de las tres semanas intensivas que me había pasado en casa estudiando para conseguir mi plaza para la Universidad, que el día en el que tenía que demostrar todo lo que me había esforzado los dos últimos años de Instituto, no podía con mi alma. Hmmm. Lo que hablamos anoche. ¿Qué hablamos anoche? "Cariño, estoy muy orgullosa de ti, pero ya sabes que no tenemos dinero y la única forma de que llegues a la Universidad es dándolo todo en esa prueba de acceso, confío en ti. Mañana despierta lo más temprano que puedas, repasa lo esencial y ve a demostrar lo que vales, pequeña. Tú abuela ya está cascada y no siempre estará aqui... +Abuela, no empieces..." Mi abuela y sus conversaciones incómodas, oh sí, lo recuerdo. Me restregué la mano por la cara haciendo círculos como si eso de alguna forma fuera a despertarme. Tiré la manta lejos de mi, me levanté dando un salto y me miré en el espejo. Lo primero que vi al mirarme en el espejo fueron unos grandes ojos verdes. Según mi abuela los heredé de mi madre. También vi una gran boca con unos labios rellenos. Heredados de mi padre. Sí, también según mi abuela. Vivo con ella desde los 3 años y los pocos recuerdos que tengo de mis padres son fotos antiguas que mi abuela guarda en el desván. No puede mirarlas sin llorar. Yo por mi parte siempre he considerado a mi abuela, una madre y un padre, pues siempre hizo el papel de los dos. Ambos fallecieron en un accidente de coche. Un conductor kamikaze en dirección contraría arrasó con su coche. Mi abuela es la única familia que me queda. Mientras mi abuela sale de la habitación, comienzo a cepillar mi larga melena rubia para sujetarla en una coleta. Me visto con lo primero que pillo y bajo a la cocina a desayunar. Tras ello, repaso latín, diversas traducciones de Griego, un poco de sintáxis y media romanización.  

-Abuela, me voy, deseame suerte. -Y tras darle un beso en la mejilla, voy a embarcarme en los ansiados exámenes de acceso.


Quizás nada era lo que parecía...Where stories live. Discover now