La calidez que el sueño le brindaba comenzaba a ser de un sabor dulce y tentador. Tan acogedor, tan cómodo y embriagador que sintió conocer el verdadero significado del descanso. Maedhros no pensaba en despertar, no lo deseaba ni mucho menos, al menos por unas horas.
Había sido tan exigente el combate del día anterior, que las fuerzas abandonaron sus brazos, los cuales, comenzaban a tener la forma de un elfo Noldo; Toscos y gruesos. Sin embargo, bien dicen las voces sabias que todo ejercicio que de verdad funciona es aquel que deja huella, en ese caso la dichosa huella es el dolor muscular.
Las horas de descanso comenzaban a ser las favoritas de Maedhros y más ahora, desde que la familia creció; Llegando en suspiros Maglor, Celegorm, Caranthir, Curufin y los gemelos, Amrod y Amras. Quienes le quitaron el sueño a toda la familia con el fluir de los años.
Maedhros y los mayores se tomaban como dos o tres noches para cerrar los ojos, no pensar en nada complicado, y dormir plácidamente unas pocas horas. Incluso, sus padres lo hacían últimamente, pero turnándose el cuidado de los pequeños elfos; Amrod y Amras, los favorecidos por Nerdanel y Fëanor, los cuales ni en la noche dormían.
Para Maitimo su descanso pintaba a ser suculento y comprometedor, pero en cuestión de segundos las sabanas perdieron el sentido y la almohada no era más que una tosca piedra bajo su nuca. Había escuchado entre sueños la interrupción llegar a su habitación. Cuando la puerta se abrió, había optado por ignorarla. No había pasado mucho tiempo desde que decidió descansar, dejando el cuidado de los menores a Maglor, el elfo más amable y soso de la familia. Pero seguramente volvió a fallar o a quedarse dormido, o al menos eso llegó a la cabeza de Maedhros cuando escuchó risas en su habitación.
"Maglor, me vengare cuando te vea, de esto estoy muy seguro ¡Elfo holgazán!" pensó, y las risitas ya gobernaban en sus oídos. Estaba a merced de dos elfos conocidos por sus travesuras y temperamento.
Por sorpresa, su cuerpo se sintió comprometido a la inmovilidad y una vez abrió los ojos, en ellos se reflejaron las expresiones de diversión y maldad de sus dos hermanos menores; Amrod y Amras. Bajo la tenue luz de vela más que parecer elfos parecían un par de demonios recién paridos del infierno.
Los dos elfos más pequeños de la casa gozaban de la misma semejanza de las hojas de los árboles en plena primavera, pero también la diferencia entre la luna y el sol. Amras solía tomar las cosas a la ligera, mientras que Amrod se consideraba de una personalidad más exigente y más esquivo que Fëanor, sin embargo, adoraban ser igual de inmaduros y ser tan conocidos por el título de "Gemelos desastrosos".
Habían acudido a la habitación del mayor por un objetivo, pero al estar dentro, Amras no dejaría pasar la oportunidad de molestar al pelirrojo.
El pequeño elfo pelirrojo se dejó caer sobre el cuerpo de Maedhros, y el restante se dedicó a guardar su travesura en el primer lugar que encontró. Habían robado el collar favorito de Maglor cuando se durmió unos minutos, pero habían sido descubiertos y por tanto, escaparon hasta las garras de Maedhros en su habitación.
ESTÁS LEYENDO
¡Amrod y Amras!
FantasyLas noches comenzaron a ser cansadas dentro de las tierras de Fëanor cuando un par de gemelos comenzaron a madurar: Las risas gobernaron al silencio y los golpes alertaron a Maglor sobre la ubicación de Amrod y Amras. Datos. ➤Portada hecha por Balb...