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Capítulo 4. Hoy tengo una cena muy importante y quiero que me acompañes.

 

Al llegar a casa subí a mi habitación me quite los zapatos y los arroje por algún lugar de allí.

-¿Jade? –dijo ¿mi madre? ¿No estaba de viaje?

 -¿Mamá? ¿Qué haces aquí? –pregunte extrañada mirando hacia la puerta, donde se encontraba ella.

-Si– contesto con la mirada fija en su celular– ¿Tienes que hacer algo esta noche?

-No ¿Por qué preguntas?

-Hoy tengo una cena muy importante y quiero que me acompañes –soltó, ¿Y el por favor? – Vístete y ponte algo lindo ¿okey? Te espero abajo, salimos en diez minutos– Hay veces en que detesto que mi madre sea tan controladora.

-Está bien– susurre, ella desapareció de mi habitación.

Busque un vestido rojo con bolados que tenía cuello en “V” y unos tacos plateados pero para nada llamativos, por ultimo un pequeño bolso negro. Me puse rímel y me arque las pestañas, escogí un labial rojo como mi vestido. Deje mi cabello suelto y lo alise un poco.

-¡Ya estoy lista! –avise mientras bajaba por las escaleras.

Mi madre mi miro de arriba abajo y por ultimo me dio una sonrisa de aprobación.

-Estas muy linda Jade.

-Gracias madre, tú también estas muy guapa.

Ella traía puesto una pollera tubo que se ajustaba a su cuerpo de color azul oscuro y una blusa con pliegues en la última final del mismo color, sus tacos eran de color negro. Su melena es de color castaña y en ese momento la llevaba suelta, sus ojos son de color azules y es de tez bronceada al igual que la mía.

-Vamos–dijo y yo asentí.

Camino al restaurante ninguna dirigió la palabra. Mi madre mantenía la mirada al camino y yo estaba con la frente apoyada en el vidrio con los brazos cruzados.

-Y, ¿saliste el fin de semana?

-Sí, pensé que lo sabias–murmure– ¿A dónde vamos?

-A un restaurante.

Nuestros diálogos siempre eran así de cortos.

-Ya llegamos– ambas nos sacamos el cinturón y nos bajamos del auto.

 Al entrar al restaurante mi madre me guio en una mesa donde se encontraba un hombre contraje de negro y corbata, su cabello era castaño claro y sus ojos eran avellana. A lado de él había un muchacho, el traía una camisa y unos jean, su cabello era castaño al igual que el hombre, sus ojos también eran avellana.

-Hola amor–el hombre se levantó de su asiento y le planto un beso a mi madre ¡¿Esperen?! ¡¿Qué?!

-Jade–me miro– él es Bruno mi novio y él es Cameron su hijo– los presento.