Lisa estaba nerviosa.
Se había pasado las dos últimas horas dando vueltas por casi todo el interior de la Preparatoria Slaughter. El irritante chirrido de sus viejos y desgastados Converse llenaba el vacío de los desolados pasillos del lugar. Se suponía que no debía hacer ruido, pero eso había dejado de importarle desde hacía rato. Caminaba en círculos, con su rizado y mal peinado cabello brincando al compás de cada fatigado paso que daba. ¿Cuánto más tendría que esperar? Eran más de la seis, ya estaba empezando a oscurecer afuera y no se suponía que alguien como Lisa estuviese en la escuela a esas horas.
Pero para ser sinceros, Lisa no estaba siéndolo. Había convencido a su madre de dejarla salir esa tarde, le había dicho que iba a estar en casa de Evelyn Morgan estudiando para su examen de Lenguas. Le dijo que confiara en ella, que no se preocupara, que volvería antes de las siete, justo a tiempo para la cena.
Bueno, la prepa no se parecía en nada a la casa de Evelyn.
¿Qué estaba haciendo ahí realmente?
Solo ella lo sabía, pero por su forma de andar y su semblante ya algo decaído, era obvio que no había conseguido lo que sea haya ido a buscar. Frustrada, dejó salir una gran bocanada de aire; ya era tarde para arrepentirse. Lo más probable era que su madre ya estuviera terminando de preparar la cena, después de todo, ya había pasado mucho tiempo. Debía irse de ahí lo antes posible si quería llegar a tiempo a casa para no levantar sospechas.
Así que, ya sin mucho que pensar, cuando dio media vuelta y aceleró el paso en dirección a la salida, sus Converse resbalaron con algo viscoso que la hizo caer de culo contra el suelo.
—¡La puta! —exclamó, tratando de incorporarse de nuevo. Eso iba a dejar moretón.
Bajó la mirada y observó, curiosa, un pequeñito, pero visible charco de color carmesí debajo suyo. Eso, lo que sea que fuese, en definitiva, iba a dejar mancha. Maldijo por lo bajo, sabiendo que ahora tendría que ingeniárselas para intentar explicarle a su madre la mancha. Instintivamente, levantó un poco los dedos que habían alcanzado a tener contacto con el líquido ese y los acercó a su nariz para olfatearlos.
Sangre.
La palabra resonó en su cabeza de manera casi automática, acarreando consigo una ola de escalofríos que recorrió todos los rincones de su ya tembloroso cuerpo.
«¿De quién era?».
Nonono, a la mierda. Lisa no iba a quedarse allí para averiguarlo. En menos de lo que canta un gallo, ya estaba de pie, lista para echar a correr, pero fue entonces cuando lo notó. Algo le estaba bloqueando la salida.
O más bien, alguien.
La rizada miró, aterrada, a la oscura y alta figura al final del pasillo, justo en medio de la salida. Su cara se hallaba oculta bajo una máscara blanca que se asemejaba a un rostro, uno inquietante, fantasmal y sin emociones. Traía puesto el sucio uniforme del viejo y antipático Alfred, el conserje de la escuela. ¿Acaso era alguna especie de broma? Todavía faltaban semanas para Halloween.
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Schooled: Este semestre está para morirse ©
Mystery / ThrillerUn asesino. Una preparatoria. Todos son víctimas. Todos son sospechosos. *** Situada en una pequeña ciudad de Ohio, la Preparatoria Slaughter es sinónimo de excelencia, disciplina y asesinato. Wes Matthews, uno de sus alumnos, está intentando sobrev...