Geralt se sonrió, no dijo nada.
--pero, al grano. --El corregidor fue hasta un barril, echó mas cerveza al rivio y a si mismo--. Algunos de los consejos de los hechizeros no parecían para nada estúpidos. Uno propuso la quema de la estrige, junto con el sarcófago. Otro aconsejo cortarle la cabeza con una laya, el resto eran partidarios de clavar estacas de abedul en diversas partes del cuerpo, por supuesto de día, cuando la diablesa durmiera en su tumba, cansada de sus escapadas nocturnas. Sin embargo había uno, un eremita giboso, un necio que llevaba una gorra de cucurucho sobré su calvicie.
A este se le ocurrió que era un hechizo, que se podía romper y que la estrige volvería a hacer de nuevo la hija de Foltest, hermosa como una pintura. Tan solo había que aguantar en la cripta toda una noche y hala, listos. Después de decir esto, te imaginas, Geralt, vaya un mentecato que sería, se metió en la Alcázar a pasar la noche. Como te sería fácil adivinar, no quedó mucho de el, ni siquiera el gorro ni la vara. Pero Foltest se aferró a esta idea como a un clavo ardiendo. Prohibió cualquier intentó de asesinar a la estrige y trajo a Wyzima a los charlatanes de los mas remotos rincones del país para que transformaran a la estrige en una princesa. Éstos si que eran pintorescos. Una tía sonada,un cojo, tan sucio, hermano,tan piojosos,daban pena. No, y venga a echar encantos, sobre encima de no sé qué barreños y pajas. Por supuesto, Foltest o el consejo desenmascararon rápidamente a varios, incluso colgaron a un par de ellos de las almenas, pero a muy pocos, a demasiado pocos. Yo los hubieran colgado a todos. La estrige, entrétanto se devorara cada día a alguien mas, no prestando atención a los estafadores y sus hechizos, creo que no tengo ni qué decirlo. Ni tampoco que Foltest ya no vivía en el Alcázar. Nadie vivía ya allí.
Velerad hizo una pausa, dio un trago de cerveza. El brujo callaba.
--Y esto continúa, Geralt, desde hace seis años, porque el bicho nació hace unos catorce. Entretanto hemos tenido algunsas preocupaciones, porque nos peleamos con Vizimir de novigrado, pero por razones comprensibles y honestas, se trataba de desplazar algunos mojones fronterizos y no de yo que sé que hijas o uniones. Foltest, dicho sea de paso, comienza ya a hablar de matrimonio y mira los retrasos enviados por los Palacios vecinos, cuándo antes simplemente los hubiera tirado a la letrina. Pero de vez en cuando le invade de nuevo su manía y envía a buscar otros hechiceros. E incluso ofreció una recompensa, tres mil, lo qué hizo que se reunieran unos cuantos chiflados, caballeros andantes, y hasta un pastorcillo, cretino bien conocido por todos estos alrededores, que en paz descanse. Y a la estrige le va muy bien. Solo que de vez en cuando se come a alguien. Se puede uno acostumbrar a todo. Y al menos sacamos algún provecho de estos héroes que intentan desencantarla, porque la bestia se atiborra en su rincón y no pindonguea fuera del alcazar. Y Foltest tiene un Palacio nuevo, bien bonito.
--Durante seis años. --Geralt levantó la cabeza-- ¿Durante seis años no hubo quien solucionará el problema?
--NO. --Velerad miró al brujo fijamente--. Porque seguramente el problema no tiene solución y hay que resignarse a ello. Me refiero a Foltest, nuestro amado y benevolo señor, el cuál aún continua mandando clavar esas proclamas en las encrucijada de los caminos. Solo qué, de alguna manera, cada vez hay menos voluntarios. Últimamente, es cierto, hubo uno, pero quería los tres mil por adelantado. Asi que le metimos en un saco y lo lanzamos al lago.
--No faltan picaros.
--No, no hace falta. De hecho, mas bien sobran --asintio el corregidor sin desviar la mirada del brujo--. Por eso, si vas al palacio, no pidas dinero por adelantado. Si es qué vas a ir.
--Voy a ir.
--bueno, es asunto tuyo. Sin embargo, no olvides mi consejo. Y ya que hablamos de la recompensa, últimamente se ha empezado a hablar de su segunda parte, como te he mencionado antes. La mano de la princesa. No se a quien se le ocurrió, pero si la estrige tiene el aspecto que se dice, se trata de una broma bastante pesada. No obstante, no faltaron idiotas que se fueron al palacio a galope en cuanto surgió la noticia de que había una oportunidad de entrar dentro de la familia real. En concreto, dos aprendices de zapatero. ¿Porque los zapateros son tan tontos, Geralt?
--no lo sé. ¿Y brujos, corregidor? ¿Lo han intentado?
--Algunos hubo, ¿como no? Normalmente, cuando escuchaban que había que desencantar a la estrige en vez de matarla, encogian los hombros y se marchaban. Por eso tambien aumentó mi respetó por los brujos, Geralt. Bueno, y luego vino uno, mas joven que tú, no me acuerdo de su nombre, si es qué llego a decirlo. Aquel lo intentó.
--Bien, ¿y qué?
--Nuestra dentuda dispersó sus tripas a lo largo de una buena distancia. Como de medio tiro de arco.
Geralt balanceó la cabeza.
--¿Eso fue todo?
--hubo uno más.
Velerad calló durante un momento. El brujo no le apremio.
--Si --dijo por fin el corregidor--. hubo uno más. Al principio, cuando Foltest le amenazó con la horca si mataba o heria a la estrige, se rió y comenzó a hacer las maletas. Pero luego...
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--perdonen mi falta de tiempo para seguir escribiendo, lo que pasa es que no pude hacerme de tiempo libre porqué estuve realizando exámenes y esas cosas...😂😅pero de ahora en adelante trataré de escribir lo que pueda sin tener que demorar tanto... esperó que apoyen este proyecto que estoy realizando 😂....
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El Último Deseo
Science FictionEl último deseo es una de las dos antologías de relatos breves que preceden la serie principal de Geralt de Rivia Esta historia fue escrita por *Andrzej Sapkowski* por ende no me pertenece pero espero que les guste😍