Capitulo 7

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Pasaron tres días después de todo lo ocurrido, Lucifer, Gabriel, Abaddon y yo buscábamos la manera de encontrar a Lilith, trazábamos los planes y buscábamos la manera mas viable de detenerla. A parte de ello, Gabriel me había estado enseñando defensa personal y Lucifer a controlar mis habilidades, ya que según ellos, estas eran mas parecidas a las habilidades de Lucifer.

- Bueno, en primer lugar tenemos que quitarle el pacto que tiene contigo- Dijo Gabriel.

- Eso es fácil de decir, pero difícil de hacer, no me permitira acercarme ni un metro.

- Tiene razón, madre es muy precavida - Dijo Abaddon - Sería mas de ayuda si tuviera mi cuerpo físico.

- Lo se Abaddo, lo se, pero no podemos ponerte en tu cuerpo físico aun ya que tenemos que regresar el alma del muchacho. 

- Hablando de eso, cuando hablaremos con Azrael - Dije viendo a Lucifer.

- Tenía pensado hoy mismo, ¿Como ves eso. Gabriel? 

- Me parece bien, ¿Estas listo para conocer a tu tía? - Me preguntó Gabriel.

- Si estoy listo, pude manejar conocerte a ti, no creo que sea difícil manejar otro tío angelical, a parte me han estado enseñando bien a defenderme, todo estará bien.

- ¿Puedo ayudar? - Dijo una voz femenina que venía desde la entrada - Me vendría bien conocer otro ángel, mas si es el ángel de la muerte.

- Astrid ¿Qué haces aquí? - Pregunté mirándola extrañado.

- Pues pensé que necesitarían ayuda, ustedes me ayudaron a que mamá estuviera a salvo y bueno, pienso que necesitan una pactada en su equipo.

- Se les llama nefilim - Dijo Lucifer - Y ¿Por que no? Digo, para atrapar a Lilith se necesitará mucha ayuda. 

- Bien ¿Nos vamos? 

- Espera, espera, espera ¿Estas segura que quieres acompañarnos? 

- Si, estoy segura, así que lo haré.

- Si quiere ir, dejala, de todos modos tiene bastantes ventajas tener una nefilim con nosotros, y ella no corre peligro, por lo menos no mucho - Dijo Lucifer restandole importancia - Ya sabes, tiene sus habilidades de nefilim, a un arcángel, un demonio, un humano/ángel, aun no se que eres, mas que se que eres mi hijo y pues al mismísimo diablo de su lado, estará bien.

- Bien, entonces, busquemos a mi querida hermana - Dijo Gabriel - Samael, tiene lo que te dije.

- Claro que si - Dijo sacando una bolsa y un maletín - Las armas forjadas en el mismísimo infierno y un kilo de barras de chocolate.

- ¿Armas? ¿Chocolate? - Pregunté extrañado.

- Bueno, Azrael normalmente es asediada por pactados por demonios o demonios que quieren matarle, piensan que matando al ángel de la muerte acabaran con la muerte misma, y otros, como los vampiros piensan que la sangre de los ángeles es un paltillo exquisito; para eso son las armas.

- ¿ Y el chocolate? - Preguntó Astrid cruzando los brazos.

- Oh, Azrael ama el chocolate - Dijo Lucifer dandole un trago a un vaso que tenía en manos, a este punto ya me había acostumbrado a verlo con un vaso lleno de whisky en la mano, al parecer era su bebida favorita. 

- ¿Y cual es el plan? - Preguntó ella.

- Bueno, simplemente es ir al hospital, esperar a que ella aparezca, hablamos con ella, y si aparece algún pactado con malas intenciones le damos su merecido o si es un demonio lo descendemos y listo, le damos la bolsa con chocolates y le pedimos que traiga el alma del muchacho.

Pacto de sangre -finalizado- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora