Esta es la historia de Eidrian y Nathan, los típicos mejores amigos, los inseparables. Se verán envueltos en una serie de sucesos inesperados.
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PD: Si eres homofóbico no sé que haces aquí. Alejate!
- Nathan!! - Un fuerte chillido llego a los oídos del mencionado.
- Hola Megan - La saludo con simpleza, ni siquiera le dedico una de esas sonrisas fingidas como siempre lo hacia.
Megan lo enredo por el cuello con sus brazos haciendo puchero - ¿ Por qué no me has llamado? te di mi número hace más de un mes y nunca me has llamado, ni ni siquiera un mensaje!! - Volvió a chillar fingiendo llanto.
- Voy tarde a clases, Megan - Tratando de quitársela de encima sin mucho éxito, Nathan se dio por vencido. La miro sin ánimos, él no estaba echo para esto.
- Sal conmigo! Nathan - Pidió.
Sin otra opción resoplo - Esta bien, Megan - Otro chillido salio de la boca de la chica ¿cuanto más podía gritar? a este paso lo dejaría sordo - Yo te llamo - Y haciéndola a un lado siguió su camino.
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- Llega tarde joven - Le dijo la profesora de historia en tono severo, se había perdido gran parte de la clase - Tome asiento y trate de prestar atención a lo que queda de hora -
Su mejor amigo le señalaba un asiento vacío junto a él, fue hasta allí y tomo asiento.
- ¿Me perdí mucho? - Pregunto Nathan tomando el cuaderno de su amigo y ojean dolo.
- No mucho - Eidrian le arrebato el cuaderno y continuo escribiendo - Y dime ¿qué paso? -
Nathan seguía con la vista al frente - Nada...nada nuevo -
- ¿Lo hizo de nuevo? -
- Si... -
Eidrian resoplo y dejo de escribir para recostarse en su asiento - ¿Como te sientes? ¿Te hizo algo? - Se notaba la preocupación en su voz.
- No me hizo nada, estoy bien - No lo quería preocupar, su amigo tenia mejores cosas por las que hacerlo.
Eidrian sabia que le estaba mintiendo, lo conocía demasiado bien, aún así no pregunto nada más, si lo hacia sabia que lo haría sentirse peor.
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Tres jóvenes reían en una mesa de la cafetería, contando chistes y haciendo tonterías; La única chica allí sentada atacaba a su novio con papas fritas y este fingía dolor, mientras el otro solo reía al ver la escena.
- La semana que viene daré una fiesta, obviamente ninguno puede faltar - Decía Eidrian con la boca llena.
La primera en quejarse fue Emma - Sabes que no me gustan...-
- Ninguno - Volvió a decir.
- Eidrian yo... - Esta vez hablo Nathan.
Dije nin-gu-no - Repitió lento apuntándolos a ambos con una papa.
- Bueno- Dijeron los 2 amenazados al unisono.
- Así me gusta!! - Sonrió Eidrian
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Como todos los días primero dejaban a Emma en su casa y luego iban a la de Eidrian, pues era la que más paz tenia. Cerrando la puerta de su habitación los 2 se deshicieron de sus zapatos, arrojaron sus mochilas y se recostaron en la cama, el uno al lado del otro.
- ¿Por qué no me dices lo que paso? -
Nathan se mantuvo callado con la mirada perdida - No...no tenia importancia - Soltó al fin.
- A mi me importa, me preocupo por ti - Se sentía un poco ofendido, sentía que Nathan no lo tomaba en cuenta.
- Eso era lo que no quería, que te preocuparas -
Los 2 ya estaban sentados, el castaño mirando al pelinegro y este mirando sus manos con el rostro agachado cubierto por su cabello.
- Eres mi mejor amigo, siempre me preocupare por ti - La suavidad de las palabras de Eidrian hicieron entender a Nathan que él siempre estará allí.
Era cierto, él era su mejor amigo, el único que lo hacia sentir bien. Sin darse cuenta lagrimas rodaban por sus mejillas.
Nathan se lanzó al pecho de su mejor amigo, este sin dudar correspondió abrasándolo.
- Soy patético - Decía Nathan sorbiéndose la nariz.
- Si, lo eres - Bromeo Eidrian, recibiendo un golpecito en el pecho, pero consigo una risita de su amigo.
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- Ya esta oscuro, mejor me voy - Nathan recogió sus cosas y bajo las escaleras junto a Eidrian.
- Oh, pero que sorpresa - La mujer abraso a Nathan con una sonrisa - No has crecido nada -
Él hizo un mojí con su labio inferior - Lo sé - Fingió llorar.
- ¿Eso qué llegaste temprano? - Pregunto su hijo.
- Tu padre me aviso que también llegaría temprano, así que vine a preparar una cena especial - La mujer se notaba emocionada.
- Bueno, yo ya me iba - Anuncio Nathan
- No te puedes ir, sin ti la cena no seria especial, eres el invitado de honor - La mujer tomo la mochila y suéter de Nathan llevándoselos con ella.
- Pero es un poco tarde - Protesto.
- Eidrian te llevara, cariño - Y desapareció por el pasillo.
- Igual te iba a llevar -
- Lo sé - Sonrió el pelinegro.
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La cena fue muy divertida, entre anécdotas de cuando Nathan y Eidrian eran pequeños hasta como había pasado el tiempo; Había mucha confianza entre Nathan y los padres de su amigo, después de todo los conoce desde que tenia 7 años.
- Quédate a dormir, Nathan, por favor - Le pedía la mujer, casi en ruego - Es muy tarde para que te vayas -
- Quisiera, pero mi madre se preocuparía - Se escuso el chico
- No es cierto - Eidrian recibió un codazo de su amigo junto a una discreta mirada de amenaza.
- Gracias por todo, Margare - Agradeció y jaló a su amigo al auto.
- Adiós - Se despedía la mujer
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Continúara...
Foto de Nathan (Por si me la vuelven a eliminar arriba >:v)
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