Los días pasaban lento y con tortura, la mejoria de Emma era casi inexistente, la tención se sentia en el aire. En aquella sala de espera, nadie hablaba, solo se quedaban allí, esperando algo que parecia que nunca llegaria.
Cada día que pasaba era un día más de dolor para un pelinegro de mirada baja, con el animo por el suelo, solo le quedaba mirar como su mejor amigo pasaba de él, con simples "Holas" tan secos como su esperanza porque eso cambiara. Se preguntaba, como las cosas habian llegado a este punto, aquella noche él ignoro al castaño, pero este no tenia ni idea que aquella noche había llorado como nunca; Esa noche fue la más amarga de su existencia.
Aún asi, él se encontraba cada día en esa habitación en donde solo habia dolor, de vez en cuando mirando de soslayo a las personas allí, aquel hombre que sufria por su hija, dos mujeres a cada lado que hacian lo que podian para consolarlo y de vez en cuando venian algunos conpañeros del colegio. Cada día se veian rostros nuevos, de personas desconocidas que por una razón u otra se encontraban allí, de cuantas muertes, llantos y hasta alegrias serian testigos estas paredes...?
Por ultimo estaba aquel castaño, con la mirada baja que de vez en cuando salia de aquella sala, Nathan se mordio con fuerza el labio, sentia rabia que él estubiera alli, de que se preocupara por ella. Se sentia la persona más egoista del mundo por tener aquellos pensamientos, pero no lo podia evitar, él no se podia engañar a el mismo.
Se puso de pie y se dirigio al baño, un castaño lo miraba con discreción, no queria que el pelinegro se diera cuenta, desde aquella noche la culpa lo carcomia, pero no era tan valiente como para hacer que eso cambiara. Su cabeza era un desastre, ya ni él se entendia, la preucupación de su novia y haora la culpa de haber lastimado a su amigo.
Pasillo tras pasillo solo se sentia peor, odiaba el olor a hospital, era deprimente, había tratado con todas sus fuerzas de contener las lagrimas, pero una vez en el baño se volvio imposible, solo se derrumbo, tunbandose en el suelo dentro de un cubiculo. La lagrimas corrian por sus mejillas sin tener la intención de detenerse, pero fu forzado a ello cuando escuho pasos acercarse.
Se limpiaba las lagrimas con desesperación, conteniendo los zollosos, pero suaves gemidos de dolor se escapaban.
- Por qué lloras? - Pregunto una voz masculina, pero suave.
Silencio, el pelinegro se tapaba la boca y solo deseaba que la persona allí se fuera.
- Se que estas allí - Dando pequeños golpes en la puerta prosigio - Te puedo ayudar en algo? -
- No... - Susurro Nathan.
- No te escucho - Hablo de nuevo la persona del otro lado del cubiculo.
- No, no me puedes ayudar - Repitio el pelinegro.
- Eso no lo sabes, dime que te pasa -
Nathan sintio como el joven afuera se arrecostaba a la puerta - Eres un desconocido, porque te cotaria mis problemas - Hablo Nathan con indiferencia.
- Te sorprenderia saber que a veces es mejor contarle tus cosas a desconocidos, ellos te entienden más que las personas a tu alrededor -
Silencio nuevamente, Nathan se quedo pensando en las palabras de AQUEL desconocido - Mi amiga esta aqui en el hospital y creo que soy el unico que esta consiente que de aqui no saldra con vida, me pelie con mi mejor amigo sin darme cuenta, él solo me ignora.... - Contarle sus problemas aquella persona de alguna manera iso que un peso se esfumara.
- Lo que me cuentas es triste, pero no deberias de peder la esperanza, tal vez tu amiga se recupere, y siempre puedes arreglar las cosas con tu amigo, si en verdad él te aprecia te perdonara -
Las palabras del desconocido lo hicieron, de algún modo sentirse mejor - Tu por qué estas aqui? - Pregunto Nathan, queria devolverle el favor.
- Mi hermana sufrio un accidente, pero no estare mucho aqui, mi padre no me quiere ni ver - Las ultimas palabras las dijo lento, como con dolor.
- Por qué tu padre no te quiere ver? - Sentia curiocidad, queria saber más.
- Soy una persona muy libre, lo mio es viajar, conocer y mi padre vio eso como un abandono, algo como un rechazo a la familia. A los 17 me fui de casa y desde ese día mi padre dijo que para él, yo no existia - El joven se rio y se puso de pie - Deberiamos salir un día, me quedare en la ciudad por un tiempo -
Nathan lo penso - Eso me gustaria -
- Me das tu número? -
- Claro, anota...-
Un castaño se encontraba escuchando todo, apretaba con fuerza los puños, evitando las ganas de entrar y golpear al hombre allí adentro, que para él, no era ningún desconocido. La manera en el que le hablaba a Nathan, hacia que su sangre hirviera, tambien estaba enojado con Nathan, por contarle a un desconocido de sus problemas. Furioso camino por el pasillo a la sala de espera y tomo su chaqueta.
- Nos vemos luego - Se despidio el desconocido - Por cierto, me llamo Marcos... - Y se escucho como salia por la puerta.
- Marcos... - Nathan salio del baño y fue a la sala de espera, solo para encontrarse con que Eidrian no estaba, se pregunto por que se iria. Tomo sus cosas y se dispuso a irse, después de todo, solo iva allí, por su amigo.
* * * * *
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Más Que Amigos... (BoyXBoy)
Fiksi RemajaEsta es la historia de Eidrian y Nathan, los típicos mejores amigos, los inseparables. Se verán envueltos en una serie de sucesos inesperados. * * * * * Vota y Comenta si te gusta :3 PD: Si eres homofóbico no sé que haces aquí. Alejate!