4. El despertad de tiempo y hielo.

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Cuando la alarma sonó y consigo la melodía recorrer la habitación retumbando con debilidad contra las paredes del lugar, el pelinegro parpadeó con pesadez para después, observar el vacío techo del cuarto. Era hora de volver al hospital.

Había pasado apenas la mitad de una semana cuando había sucedido eso, cuando la luz fue secuestrada y el chico del futuro completamente dormido en el hospital, Jeon JungKook siempre iba a visitarlo cuando el tiempo le sobraba o hacía sus propios horarios para brincarse algún descanso o clase he ir a verlo con la fiel esperanza de poder encontrarlo sentado sobre la cama mirando atentamente a la puerta ansioso por su llegada, o tal vez apenas despertando, después el pelinegro sonreiría demasiado dejando que las lágrimas abandonaran sus ojos y sus brazos rodearan con protección el cuerpo del peliazul sin embargo, eso no funcionaba. Ni aunque pudiera usar sus nuevas habilidades, abrir un portal para viajar por el tiempo y así poder evitar todo esto pero de nuevo, no podía. Últimamente había visitado la oficina del director SooMan y sumergirse en extensas horas de cuestionamientos como también estar con el profesor SeungHyun y saber con mayor profundidad lo que había sucedido aquel día, el parentesco inexplicable que tuvo con esas personas y lo aterrado que se sentía por el descubrimiento de su poder. Lo que podría haber sido emocionante y increíble, se convirtió en algo que le hacía sentir inseguro y entrar entre las dudas, ¿podría ser considerado bueno después de lo sucedido? ¿Todo estaría bien?

El pelinegro miró al frente cuando abrió con lentitud la puerta de la habitación y miró con desilusión el cuerpo de TaeHyung, todavía no habían descubierto lo que sucedió y el porqué todavía no despierta, eso sin duda ponía los nervios de punta como también lograba que las esperanzas se esfumaran, ¿cuánto duraría esto? Acaso...¿era parte de su castigo? Jeon JungKook lograba que las dudas lo atormentaran y la inseguridad gobernara, no podía salir de esto. Se sentía culpable de todo esto, de lo que le pasó a su amado y sobretodo...del sufrimiento que el fénix esté pasando.

—Vine nuevamente—sonrió con debilidad dejando caer su candado cuerpo sobre la silla a lado de su cama— ¿Cómo has estado? ¿Las enfermeras hacen bien su trabajo? Porque si no lo es, se las verán conmigo—golpeando con suavidad la cama donde el peliazul descansaba soltando así una cálida sonrisa, la primera después de tantos días y horas en las cuales sus amigos y compañeros lo notaban serio o decaído, solo con Kim podía sonreír de esta manera a pesar de esta situación—. Claro, yo también estoy bien.

En cambio, cuando terminó de pronunciar dichas palabras agachó la cabeza dejando caer sus mechones negros sobre su rostro cubriendo parte del mismo, aunque sea un poco, sus hombros a moverse con ligera violencia de arriba hacia abajo mientras su pecho se inflaba y soltaba todo el aire de manera descontrolada, su pecho empezaba a doler al igual que su corazón a golpear con fuerza su caja torácica mientras las lágrimas saladas se filtraban entre sus labios mojando por completo sus suaves y rojizos mofletes mientras dejaba que sus alaridos de dolor salieran y fueran escuchados solamente para las personas que pasaban por la habitación. Algunas miradas curiosas miraban por las ventanas el destrozado chico del poder misterioso sintiendo lástima y otros compasión de su sufrimiento, se sentía la tristeza por el pasillo del hospital donde el más importante chico del futuro se encontraba inconsciente deteniendo su propio mundo en un sueño profundo y sin todavía escapatoria mientras a su lado, el chico de poder misterioso se deshacía en llantos y sufrimiento extrañando al amor de su vida mientras las tierras más lejanas temblaban extrañamente alterando a sus habitantes.

Solo quería ver una vez más esos hermosos ojos cristalizados de felicidad y vida por una vez más para poder aguantar el dolor punzante en su corazón.

—Abre los ojos, TaeTae...—susurro en un hilo de voz— por favor.

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La luz en tu mirada #2 ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora