Shaoran se recostó en su cama totalmente exhausto, romper aquellas barreras le había costado más energía de la que había supuesto, la niña de ojos verdes era bastante habilidosa y había superado sus expectativas, hasta ahora había conocido muy pocas personas que pudieran hacerle frente, tanto con la espada como con la magia y que una de esas personas fuera apenas una niña le molestaba... aunque también lo dejaba sorprendido... Mucho, y extasiado, algo que no iba a admitir abiertamente delante de nadie.
Se levantó de la cama apresuradamente para darle las nuevas noticias a su madre e informarle que partiría a Nijon para ayudar a la recién encontrada princesa Tomoyo y a Eriol, seguramente Hiraguizawa tenía todo bajo control pero no le vendría mal una mano amiga de ayuda.
- Nijon - Portal abierto a las afueras del palacio -
Sakura miro a su alrededor con una mueca de tristeza, el estado en el que se encontraba Nijon era deplorable, todo gris y oscuro.
¿Este era el amado Nijon donde su tío había nacido?
Las enormes nubes grises obstaculizaban totalmente los rayos del sol, lo que hacía que el lugar pareciera más frio y sombrío de lo que aparentaba, nada parecía tener vida en aquel lugar, su tío solía contarle sobre las verdes y frondosas praderas, el pintoresco pueblo que rodeaba el palacio, el bullicio de la gente, las voces alegres y la relajante música de los artistas callejeros.
No había nada de eso, nada, solo calles vacías que hacían parecer al pintoresco pueblo en una ciudad fantasma, la música y el bullicio de la gente era ahora reemplazado con el silbido del viento y las verdes praderas parecían haberse consumido en fuego, era espantoso.
Se mareo de repente, por alguna razón la situación en la que este mundo se encontraba la tenía alterada, y se sentía descompuesta, hasta creyó haber oido una débil pero melodiosa voz, pero eso era imposible, no quedaba nada con vida a su alrededor, ningún lugar de donde pudiese provenir aquella voz.
…Ayúdame… Ayúdame…
La escucho nuevamente pero esta vez con mayor claridad, era como un susurro en su oído, no sabía a quién pertenecía ni de dónde provenía pero la extraña voz solo pedía su ayuda.
Repentinamente, sintió una fuerte presencia acercándose por su espalda, no dudo ni un segundo en girarse y lanzar un par de pequeñas, pero filosas, dagas a quien quiera que estuviese detrás de ella, siempre llevaba consigo ese tipo de dagas, los amigos de Clow insistían en que a una chica tan especial como ella, por no decir sin amuleto para utilizar magia libremente, no le vendrían mal unas delicadas armas para defenderse de extraños, el extraño no tan extraño las esquivo con gran habilidad.
- ¿Acaso me vas a atacar cada vez que me veas? -
- ¿Y tú siempre vas a aparecer de sorpresa? - dijo Sakura mirando al chico - ¿Y no se suponía que estabas en otro lugar? - dijo mientras Shaoran se acercaba a ella, se encogió de hombros antes de contestarle.
- ¿No se suponía que Clow no te dejaba viajar ?- contraataco, Sakura gruño y comenzó a caminar , no quería hablar de ese tema ahora.
- Cambio de opinión - dijo simplemente.
Shaoran prefirió no seguir preguntando, caminaron en silencio acercándose al palacio, él castaño le sugirió que entraran por la parte de atrás y Sakura acepto sin más, no es como si a ella le gustase entrar por la, seguramente, vistosa entrada principal.
Por alguna razón la ojiverde tuvo un mal presentimiento, algo iba mal, lo sabía, de repente se sintió aprisionada entre un árbol y un fuerte y bien marcado pecho, se sonrojo al instante al sentir la cercanía del chico quien, además, tenía una de sus manos en su cintura y la otra apoyada en el árbol cerca de su cara mientras contenía, sin saber, la respiración.
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La Princesa del Reino Perdido
FanfictionSakura lleva una vida tranquila en la tierra hasta que un dia descubre que es la princesa de un reino perdido y su vida dara un giro inesperado.