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Victoria.

5:00 p.m
Santiago - Chile
Viernes, 13 de septiembre del 2019

Tenía poco más de media hora de haber llegado de clases cuando recibí la noticia. Esa noticia que no me satisfizo en absoluto, que tenía dos caras de moneda. La peor noticia que pude recibir hasta ese momento.

Mi mamá me llamó desde el comedor con un tono muy atípico, uno que muy pocas veces utilizaba. Según ella era un tema importante, así que por cosa automática me sentí curiosa y preocupada, como típica chica chismosa, y preocupada. Pero más que todo chismosa.

Dejé mis cosas en mi habitación y bajé de forma rápida e inmediata hacia el comedor.

—¿De qué querías hablarme, mamá? —pregunté en lo que tomaba asiento en la mesa y me comía un cupcake de la cesta.

—Hija —me miró fijamente y con semblante totalmente serio. Era grave la cosa—, he hablado con tu padre...

Aparté la mirada de mi postre de forma inmediata. Miré a mamá con cierta decepción y enojo. Me llegó el mal presentimiento, esa intuición femenina la cual jamás debe una chica pasar por alto. Jamás. Y esta fue una de esas ocasiones.

—¿Qué quiere ese señor ahora? ¿Causarnos más dolores de cabeza? —inquirí, con molestia.

—Hija, sabes que sigue siendo tu padre...

—Solo dime qué quiere y terminemos con esto —interrumpí antes del sermón de siempre.

Puse mis codos sobre la mesa en espera de una respuesta.

Mamá fijo su mirada a la cesta de cupcakes, pensando; buscando las palabras correctas. Sin duda era algo de sumo tacto para tener que ver con mi mamá, mi "papá" y yo.

—...Tenemos que hacer un viaje... Uno largo —susurró con una nota amarga en sus palabras. Mamá solo hablaba así de preocupada cuando era un tema del cual asustarse y pensar lo peor.

—¿Adónde iremos de viaje? —pregunté. Mi curiosidad creció considerablemente—. Y lo más importante, ¿Ese hombre que supuestamente es mi padre, irá con nosotras? Digo, ¿tiene tiempo en su apretada agenda de militar americano para estar aquí? —solté con sarcasmo.

¿Qué se creía él para llegar así como así y pedirnos ir de viaje? Después de todo lo que nos hizo...

—De eso se trata, Vic... No es un viaje simple.

—¿De qué hablas? —fruncí el entrecejo, confundida.

—Tenemos que dejar La Tierra cuanto antes —me miró con esos ojos cafés, vidriosos, a punto de quebrarse y desatar una lluvia de dolor y lágrimas amargas.

—¿Qué?... ¿Cómo?, Espera... —mi lengua se trabó buscando la pregunta correcta. ¿Me estaban jugando una muy mala broma? Porque no era divertida. Para nada divertida—. ¿La Tierra? Mamá, ¿qué ocurre?

Una corriente se deslizó por mi espina dorsal. El frío apareció en mi cuerpo, como si estuviera haciendo el Ice Buckett Challenge. Miles de pensamientos tomaron posición en mi mente, y no eran positivos.

—Es el asteroide que pasará el tres de octubre... —su voz tembló y sollozó en esas nueve palabras, y me contagió el temor—. Debemos dejar el planeta antes del dos de octubre en una nave del gobierno estadounidense... —tragó saliva con pesadez—. Allí seremos trasladadas a un planeta que es apto para la vida humana... —dijo, más calmada, pero aún digiriendo lo que ella misma me confesaba.

De Venezuela Pa' la GalaxiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora