II

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Me encontré caminando en un bosque espeso, gélido y frío como un cubo de hielo ártico yendo sin un rumbo específico y divisé a mis amigos a lo lejos. Mi corazón se aceleró sobremanera al verlos con vida. Con adrenalina en mi organismo, corrí como nunca antes lo he hecho hasta ellos con alegría.

—¡Chicos, están bien! —esbocé una gran sonrisa. Estaban todos ahí.

Vic..., ¿por qué no nos lo dijiste? —musitó Ale decepcionado.

Mi sonrisa se desvaneció. Algo andaba mal.

—¡Creí que éramos amigas! —escupió Chris, como serpiente inyectando veneno.

Mi corazón se aceleró aún más que cuando los vi desde la distancia. Pero el sentimiento era otro, el ambiente era otro. Ellos eran otros.

—¡Qué asco me das! Eres igual a tu padre —exclamó Dani, quien no quería verme a la cara.

—Yo... —No pude articular palabra porque fui interrumpida de golpe.

—Espero que disfrutes tu nueva vida, maldita —farfulló Rachell y me empujó con tal fuerza que caí al suelo de golpe.

Un gran dolor se hizo presente en mis piernas y caderas de forma inmediata. Me ardía y causó que arqueara mi espalda contrayéndome, intentando disminuir el sufrimiento. Pero no estaba funcionando.

Dolía y mucho.

—No mereces vivir, Victoria —señaló Cristina junto a Alanis. El dolor pareció esparcirse por todo mi cuerpo ante tal declaración. Esos no eran mis amigos. El nudo en mi garganta se hizo más tenso y justo debajo de él yacía mi palpitante corazón queriendo ser expulsado de forma brutal y cínica.

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⏰ Última actualización: May 23, 2020 ⏰

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