❌ PROHIBIDO❌→JENLISA→ G!P

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Feliz Navidad personas womnitas!
Habrán correcciones y cambios en la historia. Gracias por tanto apoyo de su parte! Trataré de ser más constante

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Era más de media noche y Jennie se encontraba plácidamente dormida en su cama, envuelta en sus suaves sabanas blancas, enfundada en su delgado camisón rosado y abrazada a su marcianito de peluche de la película Toy Story que su hermana mayor le había regalado.

La niña hundida en su profundo sueño, alcanzó a escuchar ruidos en la parte de abajo de la casa, ruidos que interrumpieron su siesta y la obligaron a levantarse.
La castaña se asomó a la cama de su hermana y se dió cuenta de que aún no había vuelto. La verdad no sabía cómo había hecho para conciliar el sueño, pues cuando su rubia hermana no se encontraba en la misma habitación, le resultaba casi imposible pegar un ojo en la noche.

La castaña bajó de su cama no sin antes agarrar a su marcianito y ponerse sus pantuflas del mismo personaje, y finalmente salió de la habitación.

Aún algo adormilada, logró bajar las escaleras de la gran mansión de su familia y llegó a la sala de estar.

-¿Mami?- Habló la niña encontrándose con su padre y su madre de espaldas.

-Nini, vuelve a tu habitación- Dijo la señora Manoban Kim, pero fue olímpicamente ignorada en cuanto la pequeña ojiazul vió a su hermana mayor llorando en el sofá.

-¡Lili!- Dijo la menor de los Manoban Kim corriendo hasta su hermana. -¿Por qué lloras?- dijo sentándose en el regazo de su hermana.

-No es nada Nini- Dijo Lisa tranquilizandola con una hermosa sonrisa. Lo que menos quería era preocupar a su hermana con sus problemas.

La pequeña llevó sus pequeños deditos a las mejillas de su hermana y quitó las lágrimas de ellas, para después darle un beso en la punta de la nariz y ofrecerle su marcianito de peluche, aunque ante este último acto, Lisa miró a la menor con ojos interrogantes.

-Tu me regalaste a mi marcianito para que ya no llorara. Tu no tienes que llorar- Lisa tomó con una gran sonrisa el muñeco de felpa que su pequeña le ofrecía y le dejó un beso en la mejilla. Sus padres veían la escena enternecidos, pues estaban orgullosos de la familia que tenían y con ese lazo tan fuerte que había entre ellos que lograron heredarles a sus hijas ese mismo lazo de amor que tuvieron ellos desde el momento en que se enamoraron y ahora lo compartían con sus pequeñas niñas.

-¿Ves cariño? El que seas diferente no quiere decir que seas mala persona- Dijo su madre sabiamente.

-Así es Lisa, todos nosotros te amamos y así será para siempre, y lo mejor de todo es que el ser diferente te hace más especial- Dijo ahora su padre.

-Te amo Lili- Dijo Jennie sin entender mucho de que hablaban, pero igual quería demostrarle a su hermana cuánto la amaba.

-Yo también te amo, Jen- Dijo Lisa abrazándola más hacia su pecho y dándole muchos besitos en el cuello a su hermana.

A los dieciséis años somos todos muy suceptibles a lo que piensan las personas de nosotros, a como nos ven los demás y la situación de Lisa no era diferente. Dolía que la vieran raro, dolía que se refirieran a ella como un fenómeno, realmente dolía.

Su hermana no lo entendía, su Lili era su ídola, su caballero de armadura plateada ¿Qué podía tener de mal? No entendía su dolor, aún era pequeña, pero le hacía saber cuánto la amaba con besitos, abrazos y suaves caricias.

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CORREGIDO 09/05/2020