Capítulo 38: ✿Una fiesta horrible.✿

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Hoy se supone que debía ser un día maravilloso.

Pero no, todo de mal en peor.

No ví a mí chico y eso ya fue suficiente.

Pero hubo algo más que rebasó mi cólera, y fue que yo no quería ir a la fiesta de la mamá de TaekWoon.

Iba a estar esa zorra, cualquiera, arrastrado, maldito, estúpido, escuálido, y más adjetivos que describen perfectamente a JaeHwan.

Me está provocando, lo sé, adora verme emputado por qué se le pega a ese idiota de TaekWoon.

Toda la maldita fiesta fue así, juro por Dios que si se me acerca y me provoca yo lo mato.

No pasó mucho tiempo para que mi mamá me dijera que sí íbamos a comprar papas a la tienda, yo acepté de inmediato y nos fuimos.

Esto era lo último que iba a aguantarle, a mí no me hace ninguna de sus chingaderas.

En fin, sabía que las cosas no podían ir peor, JA, JA, JA, JA, JA.

Y lo que hizo que me saliera de la fiesta echando humo y con la cara roja por el enojo fue mirarme, tomar a TaekWoon por la cara y besarlo en frente de mí.

Afortunadamente mi hermana estaba ahí y me sacó rápidamente de ese lugar, juro por Dios que voy a matarlo.

—¡Déjame! ¡Voy a arrancarle los ojos! ¡No! ¡Mejor voy a golpearlo hasta matarlo! —yo me trataba de zafar de su agarre.

—No, HakYeon eso es ilegal, y te dejaría pero ya sabes como es mamá, y sinceramente sería divertido pero no puedes —mi hermana me llevó a la tienda a comprar dulces.

Pasamos un rato dando vueltas, yo sinceramente ya me quería ir, y pobre de JaeHwan si llega a hablarme por qué yo lo mato.

Mi hermana entro pero yo le dije que si entraba iba a golpear a JaeHwan contra la mesa con una silla, ella me dijo que era mejor que esperara afuera.

Las cosas se volvieron aburridas, para colmo estaba peleando con mi chico por mensajes, genial, esto es horrible.

Sin embargo, tal vez la vida por alguna extraña razón me hizo la peor de todas las escenas posibles.

No noté el momento en que TaekWoon salió afuera de la fiesta, y que tampoco estaba con JaeHwan cara de pescado.

—¿Ya te has aburrido? —su pregunta me hizo saltar del susto.

—Ah, un poco, no me siento de humor para estar fuera de mi casa ahora —contesté con la esperanza de que se fuera, sin embargo, él se acercó más a mí.

—Es cierto, aunque es extraño verte, siempre tienes que trabajar o cosas así ¿No estás ya en la universidad?

—Sí, he tenido que ir y venir, no es cómodo ni algo que quiera pero es en lo que encuentro un departamento cerca de la universidad —constesté apagando mi celular y evadiendo las llamadas de mi novio.

—Suoongo que tiene sentido —se rascó la cabeza— ¿Qué vas a estudiar?

—Comunicación, al menos hasta que pueda entrar a la editorial de una revista como Vogue —hablé sin mirarlo.

—Suena interesante —él tampoco me miraba.

—Sí... ¿Qué es lo que vas a estudiar? —le pregunté mirándolo de reojo.

—Ingeniería automotriz, es algo increíble y supongo que puedo reparar mi motocicleta con lo que aprenda.

—Es una buena idea, supongo que las cosas están tomando su rumbo al fin —hablé sin pensarlo.

—Supongo que sí.

No dijimos nada, el seguía a mi lado y yo no sabía ni siquiera que hacer o decir para que se fuera y me dejará solo.

O tal vez en ese momento las cosas se irían a la mierda gracias a mí.

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