2_Hogar.

90 9 1
                                    

Caminaron por lo alto del monte, después de atravesar el bosque. El terreno allí estaba tornándose rocoso, y el amino era de bajada. Ellie comenzó a desear que llegaran pronto, tenía miedo de resbalar en las hojas húmedas que estaban en el suelo.

Desde hacía buen rato que no hablaban, el paso era ligero y parecería que nunca llegarían. Pero debían ser cuidadosos de no resbalar y caer. Cada tanto, Joel la miraba de reojo, ella ya no lloraba pero pudo notar que sus ojos aun expresaban tristeza.

Finalmente habían llegado, las puertas de la presa de Tommy estaban frente a ellos.

Fue María quien los reconoció, como era de costumbre, ella solía vigilar la zona desde la torre, que surgía de las paredes que rodeaban la presa.

-No hay peligro. Dijo en un tono firme a los que les apuntaban con sus armas. -Abran las puertas.

Un hombre alto, de piel pálida y cabello negro fue quien les abrió. Vestía de unos jeans azules una chaqueta roja y unos zapatos negros cubiertos de polvo.

Joel y Ellie se adentraron a los muros y el hombre volvió a su puesto. María se acercó a ellos con una sonrisa.

-Bienvenidos nuevamente. Dijo en un tono feliz. Los hemos estado esperando.

-Estamos felices de volver. Hablo Joel animado.

-Me alegro de verlos.

Maria noto que Ellie observaba a los caballos como la primera vez que llegaron al lugar.

-Hola Ellie. Saludo.

Pero ella no respondió. Sus ojos estaban perdidos viendo los caballos.

-Ellie. La llamo Joel, dándole una palmadita en la espalda.

-Ah? Reacciono. Qué?

-Saluda. Agrego Joel.

-Oh... lo siento. Hola María. Dijo con una pequeña sonrisa.

-Estas bien?. Pregunto preocupada.

-Sí. Se apresuró a decir. -Solo estoy algo cansada.

-Fue un viaje largo. Menciono Joel.

-Bueno acompáñenme, les mostrare donde podrán descansar.

Ambos siguieron a María. Joel esperaba que Ellie se acercara a los caballos después de haberlos estado observando pero al contrario, ella solo siguió el camino con ellos.

-¿Dónde está Tommy? Pregunto Joel curioso.

-Oh! El salió a revisar el área. Se asegura de que este libre de infectados o enemigos, por suerte, no nos han atacado desde que se marcharon, aun así Tommy siempre se asegura de vigilar ara que estemos a salvo de cualquier peligro. Volverá pronto.

-¿Fue solo?

-No te preocupes, él está acompañado. Respondió sonriendo.

Ellie caminaba a unos pasos mas atrás de Joel y María. Mientras el, la observaba caminar con la cabeza gacha, casi arrastrando los pies.

-Oye... llamo su atención. -camina mirando al frente, o tropezaras. Dijo en un tono divertido.

-Tengo los cordones atados viejo. Respondió levantando la cabeza, dando pasos largos y exagerados para alcanzarlos. Esto hizo reír a Joel.

Cruzando la zona de guardia se adentraron a lo que las personas de allí laman "El Pueblecito". Allí habían muchas casas. Una al lado de la otra. Cada una de ellas contaba con un pequeño jardín, donde pudieron apreciar pequeñas huertas donde algunos cultivaban zanahorias, tomates, zapallos y demás. También vieron casas en construcción para las nuevas personas que llegaban buscando un lugar seguro. Mientras caminaban y observaban el lugar, Maria les enseñaba lugares, tales como el hospital, una casa estrecha y baja, con un pequeño jardín. Esta estaba siendo reparada para hacerse mas grande. Ella les comento que había a dos médicos y de como se sienten afortunados de tenerlos. Cruzando el hospital había un taller, donde reparaban y guardaban algunos autos. Cruzaron una plazoleta, donde Ellie vio a un grupo de adolescentes jugar muy animados algún juego de mesa que desconocía. Los establos estaban más alejados. Allí también tenían una gran cosecha, donde trabajaban hombres y mujeres, allí se producía la comida ara todo "El pueblecito".

Luego de caminar por unos minutos, llegaron a destino.

-Bueno, aquí es. Señalo María.

Se detuvieron frente a una casa, era alta y parecía bastante cuidada, con un pequeño jardín al igual que las demás casas.

Maria abrió la puerta y los hizo pasar.

La casa estaba limpia y ordenada. Había un pequeño escalón en la entrada. La sala estaba a la izquierda, donde un gran sillón se encontraba contra la pared y otro más pequeño a un costado, una pequeña mesa donde reposaban tres libros, uno sobre otro. Frente a esta habia un televisor sobre una mesa baja, a su lado un pequeño estante donde parecía se podía apreciar varias cajitas de lo que parecían ser películas. A la derecha, estaba la cocina, con estantes que guardaban ollas, una sartén, varios cubiertos, platos y algunos vasos. La mesa estaba justo al centro, rodeada por cuatro sillas de madera.

Había un pasillo entre la sala y la cocina, que conducía a las habitaciones y el baño.

-Una sala, cocina, dos habitaciones ya amobladas y un baño. Espero que les guste. Dijo María en un tono feliz.

-Te agradezco por todo. Agradeció Joel.

-Agradécele a Tommy, el hizo todo esto.

El asentó con la cabeza mientras sonreía.

-Bien, los dejare para que descansen. En cuanto estén listos vengan a verme, junto a Tommy podremos asignarles tareas, hay mucho que hacer aquí saben? Dijo María sonriendo.

-Claro señora. Agrego Joel.

-Los veo luego. Se despidió y salió cerrando la puerta.

-Bueno niña, este será nuestro hogar.

-¿Hogar? Pregunto Ellie en un tono alegre.

-Si... serás feliz aquí Ellie.

Ella observaba el lugar detenidamente, nuevas emociones la invadieron y podía sentir algo que jamás antes había sentido, algo que la hacía sentir contenta. La idea de vivir con Joel en un lugar tranquilo la hicieron sonreír.

-Seremos felices aquí. Dijo finalmente.

-Si pequeña.

 Secretos Del Corazón.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora