9_Sarah

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Joel volvió apenas amanecía. Entró por la puerta directo a descansar después de pasar la noche vigilando, aunque el estaba acostumbrado a pasar noches sin dormir ahora era diferente, podía descansar tranquilamente sin tener que preocuparse por la seguridad de él y Ellie.
Camino hacia su habitación y se detuvo en la puerta de Ellie, ella dormía tranquila, Se quedó mirando la alcoba durante un rato, realmente estaba desordenado, libros por aquí y por allá, ropa desparramada por el suelo, Joel pensó que eso era normal en un adolescente. Luego se volvió para mirar a la chica. Después de casi un año de cada día preguntándose si viviría para ver el próximo, apenas logrando sobrevivir, finalmente se liberó de todo el mal que el mundo había tratado de lanzarle. Sintió un calor en su corazón, y su mirada se volvió de Ellie al reloj en su muñeca. Ellie muchas veces le había hecho pensar en Sarah, pero él estaba empezando a pensar que estaba comenzando a reemplazarla como hija. ¿Realmente podría hacer eso? Comenzó a sentir que había traicionado a Sarah al permitir que Ellie se acercara tanto a él. ¿Realmente he reemplazado a mi única hija verdadera por una niña que ni siquiera conocía hace un año? Se hizo esta pregunta varias veces. Habían pasado por un infierno juntos. Ambos en algún momento miraron la muerte a la cara y se negaron a ser derrotados. Todo lo que habían pasado juntos había formado un vínculo tan fuerte como el suyo con Sarah, pero Ellie nunca podría ser un reemplazo. No, nunca haría eso. En lugar de pensar en Ellie como una hija de reemplazo, pensó que ella era como una segunda hija.
Cuando escuchó la respiración de Ellie deslizarse a un ritmo suave, el se dirigió a su habitación.

Ellie abrió los ojos pesadamente, se sentó en la cama y estiraba sus brazos mientras daba un largo bostezo. Acomodó su cabello alborotado y se puso de pie.
Caminó por el pasillo arrastrando los pies y fue hacia la cocina a desayunar. Luego de 30 minutos Ellie se asomó al cuarto de Joel, estaba dormido, observó que la habitación estaba limpia y ordenada, lo que le hizo pensar que debería ordenar la suya.
Salió de casa y caminó hacia los establos. La mañana era tranquila, el canto de los pájaros era lo único que ella pudo escuchar. Luego de unos minutos llegó a los establos, estaba por entrar para soltar a los caballos, cuando escuchó a alguien estar discutiendo, Ellie se escondió, detrás de un árbol, vio a Ethan gritándole a Lorens, estaba furioso por algo que ella no pudo entender. Ethan empujó a Lorens violentamente haciéndolo caer contra unos barriles. El salió de allí maldiciendo sin notar a Ellie. Lorens se levantó lentamente, se sacudió un poco la ropa y se masajeaba el hombro dolorido por el golpe. Soltó a los caballos y caminó hacia la salida, se detuvo al ver a Ellie que intento ocultarse en un intento fallido. Lorens la observó por unos segundos le dedicó una mirada fría y luego siguió su camino sin decir nada. Ellie no supo qué hacer.
Pasó una hora luego de lo ocurrido. Lorens ahora descansaba sentado bajo un árbol. Ellie se acercó tímidamente hacia el y se sentó a su lado. Ninguno de los dos habló. Lorens con la mirada fija hacia los caballos que trotaban por el lugar y Ellie que por momentos lo miraba de reojo y movía sus manos jugando con sus dedos en un gesto nervioso. Quería decir algo, pero aún así no se atrevía. Pasaron segundos, luego minutos y ninguno habló. Solo se podía escuchar el sonido del viento, las hojas crujir y el galope de los caballos al correr.
Finalmente Ellie habló. -sabes que Joel no es mi verdadero padre.
Lorens no la miró ni dijo nada, pero estaba interesado en lo que diría.
-El tenía que llevarme a un lugar,
dónde cuidarian de mí, al principio no nos llevábamos bien, pero creo que ahora luego de pasar tanto tiempo viajando juntos llegó a quererme un poquito.

Lorens habló sin dejar de ver hacia el campo. -¿Que hay de tus padres verdaderos?
-mi madre murió cuando nací y mi padre...no se nada de el. Ellie hizo una pausa. -¿Y tu madre?
-Ella...ella ya no está conmigo.
-¿Qué pasó?
Lorens no respondió. Ella esperaba una respuesta pero el ya no dijo más nada. No quería insistir y hacerlo enojar pero la curiosidad era su defecto. -¿No quieres contarme?
Lorens giró a verla. Su mirada fría como siempre reflejaba inseguridad y tristeza. Él negó con la cabeza.

 Secretos Del Corazón.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora