-Joel ¿podemos ir ahí? -preguntó su prima apuntando un pequeño río que había.
-sí, pero primero hay que juntarnos con nuestros papás, después venimos.
-de acuerdo. -asintió y siguieron caminando.
Los primos de Joel, habían llegado de visita a la cuidad en donde él estaba viviendo, jamás los había visto, ellos son hijos de la hermana de su papá, una tía a la que tampoco había visto jamás.
Su padre decidió sacarlos a pasear a un lugar no muy lejos de donde vivían, habían varias piscinas y algunos ríos pequeños, quería que sus hijos convivieran un poco más con sus primos, y pensó que esa sería una buena idea para que se conozcan un poco mejor.
-mamá, voy a ponerme el traje de baño, quiero entrar a la piscina. -dijo Nancy a su madre.
-bien cariño.
-Joel, acompaña a tus primos, y de una vez de pones tu traje.
-sí mamá. -respondió el rizado de mala gana, aún no quería ponerse su traje de baño.
Los tres chicos caminaron hasta los vestidores y entraron a cambiarse, una vez salieron se dirigieron nuevamente con sus padres.
-mamá, Nancy y Fernando quieren ir a la piscina, iré con ellos.
-ponte bloqueador, Joel.
-no mamá, así estoy bien. -respondió el ojimiel.
-Joel, hazme caso, ponte bloqueador, te vas a quemar muy feo.
-no me gusta el bloqueador, mamá. -renegó.
-Joel, te estoy hablando. -advirtió su madre colocando un poco de producto en su piel y esparciendo lo por todos lados.
-mamá, odio eso.
-ya, cállate y ponte en la cara.
Joel giró los ojos y obedeció.
Estaba colocando el protector en su cuerpo, cuando algo o más bien, alguien llamo su atención a lo lejos y lo hizo voltear a ver.
Un joven de estatura promedio iba caminando completamente solo, hasta un pequeño quiosco en dónde se encontraba toda su familia.
Al notar que el chico de ojos miel se le quedó viendo, sólo le sonrió incómodo y siguió su camino con sus shots en las manos.
-Joel apúrate. -reclamo Fernando, su primo.
-sí ya, vamos.
~~~
El agua de aquella piscina estaba demasiado fría, Joel no entendía como todas las personas de ahí, incluyendo a sus primos, lograron entrar.
Se sentó en la orilla de la piscina y lentamente metió sus pies a la fría agua, y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
-ya entra Joel.
-está muy fría.
-no seas payaso, entra.
El rizado aguanto el frío que tenía y entró a la piscina, sumergiendo se hasta el fondo.
Pasó un rato intentando pasarla bien con sus primos, hasta que su prima dijo algo que prácticamente lo obligó a salir corriendo de ahí.
-ese muchacho es muy guapo. -dijo señalando lo con la mirada.
-¿Quién? -prenguntó Joel.
-ese, el que está apunto de entrar a los vestidores.
Joel giró para ver mejor de quién se trataba, y era el chico que le había sonreído hace más o menos una hora; iba caminando en dirección a los vestidores con los mismos shorts de hace un rato, en las manos.
-si viene para acá, quizá le pida su número, es muy lindo.
Tenía razón, ese chico era muy lindo, bastante en realidad.
-ahora vengo. -dijo el rizado y salió rápidamente de la piscina.
-no te tardes. -gritó Fernando.