EL REGALO

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La clase había terminado para el alivio de Myungsoo, las miradas de esa persona le estaban resultando cada vez más incomodas.

Antes de salir se inclinó hacia sungjong

-Quiero hablar contigo, búscame en la azotea- susurró y se alejó antes de toparse con sungyeol.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del sungjong emocionado porque estaría a solas con Myungsoo, ¿Quizás todo vuelva hacer como antes? Movió la cabeza en un gesto negativo, tenía que calmarse o lo espantaría nuevamente.

-¿Te encuentras bien? – El maestro se encontraba de pie delante de su mesa.

Asintió nervioso aun por la cercanía de myungsoo, noto que todos ya habían dejado el salón. Se fijó nuevamente en el maestro, entrecerró los ojos olvidándose por un momento de su nerviosismo.

- si estoy bien, oh me parece haberlo visto antes –

-soy nuevo en la cuidad, no lo creo- sungyeol se volteó por sus cosas- nos vemos en la siguiente clase.

-si maestro- sonrió sungjong olvidándose del asunto, quizás solo era alguien parecido.

Corrió por el pasillo hasta las escaleras sin perder más tiempo. Si el antiguo myungsoo no toleraba la impuntualidad este nuevo menos.

-ya estoy aquí- jadeo apoyado en sus rodillas recuperando la respiración.

-tardaste.

-lo siento, el maestro- se acercó a la baranda donde myungsoo tenía apoyado los codos, su mirada perdida en algún lugar del campus- ¿que querías hablar?

-quiero preguntarte algunas cosas.

-lo que sea.

-¿lo que sea?- volvió la vista a él avergonzando a sungjong- bueno...- la apartó para darle espacio de recuperar el coloren sus mejillas- primero hablemos de nosotros.

-¿nosotros?

-antes del coma ¿cuánto llevábamos? Quiero decir, nos conocíamos desde hace mucho...

- nos conocimos aquí en primer año, a finales de año empezaron a ocurrirte ciertas cosas. Éramos muy cercanos, tu...tu siempre me cuidabas o protegías de los demás.

Myungsoo lo quedó mirando por un momento sintiendo culpabilidad, lamentaba no poder ser el antiguo myungsoo o siquiera recordar algún momento preciado. Por un segundo tuvo la idea de abrazarlo para consolarlo, pero se contuvo. Eso le crearía falsas esperanza y no quería ser responsable de su tristeza. Aunque en parte ya lo era.

-¿Puedes contarme que cosas comenzaron a ocurrir? – decidió preguntar siendo un poco más amable.

- Empezaste a trabajar a escondidas de tu padre, yo lo sabía claro. También comenzaste a juntarte con otras personas. Era un grupo de universitarios, en ese grupo había alguien al cual le gustabas, tu...también sentías algo por él.

-¿cómo se llamaba?- pregunto- ¿ está vivo?

-no lo sé, no lo sé- repitió sungjong, esto le estaba resultando difícil- pero había alguien más. Alguien te acosaba.

-¿el mismo chico universitario?

- yo sospechaba de él. Te llegaban cartas, regalos, tu a veces me contabas que te sentías observado cuando caminabas camino a tu casa. Hasta que...

-¿hasta qué?- le presiono.

- te secuestraron, me entere por el chico universitario. Estaba como loco buscándote en todas partes, pero él estaba igual o más chiflado que tu acosador. Por eso la policía no sabe quien fue quien te secuestró, ya que ambos desaparecieron, ese chico y el secuestrador. Si es que no se trata de la misma persona.

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