CHICO MALO

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Se quedó parado junto a la cama de Myungsoo, viendo como el chico se removía a causa de las pesadillas, gran parte culpa de él. Hace dos noches que no ha venido a su habitación, ya que desde la última vez que le susurro las cosas habían salido mal. Pero esta noche Myungsoo parecía más aterrado luego de haber recibido ese muñeco, sintió la urgencia de velar sus sueños.

-Tienes que alejarte, descubre quien es tu enemigo - susurro inclinado sobre el cuerpo de myungsoo.

- te necesito- susurro casi en un suspiro.

Se congeló, pensando que había despertado. Aun no podía mostrarse ante él, no así. Pero se tranquilizó al ver que solo era parte del sueño de myungsoo.

- tranquilo-le acarició el rostro, jugando con sus dedos por cada parte de ese hermosos rostro. No se hubiera perdonado que resultara quemado, no pudo salvarlo por completo, las cicatrices estaban ahí, le había tocado ver como el fuego lanzaba partes del auto quemado al aire, dando en el cuerpo de myungsoo. Pudo ver desde el interior del auto como el alma del chico gritaba por la suya, en un acto desesperado por querer salvarlo, en vano. Todo en vano porque myungsoo tenía que vivir para ser feliz, aun si él no fuera parte de esa felicidad. El borraría sus recuerdos, haría que olvidara lo que sucedió en ese cuarto, se llevaría el sufrimiento que esa persona le causó.

Domingo por la mañana, el día parecía sonreírle, había decidido que salir a correr por las mañanas sería una buena forma de olvidarse del muñeco. Y al parecer no era el único, el parque estaba en plena actividad, un grupo de ancianos ejercitándose, chicas, y alguno que otro chico jugando al baloncesto.

Luego de haber dado dos vueltas y media alrededor del parque se sentía muerto, el haber estado postrado en coma le había oxidado los huesos.

Una botella cayó sobre su estómago.

- que mierda...-se sentó por el dolor, alzo la vista con un ojo cerrado por el brillo del sol- Ho won?

- Pensé que estabas muerto- sonrió al segundo que bebía un sorbo de su botella- ¿andas solo?

-Gracias- alzo la botella- sí.

Hubo un silencio, Hoya observando como myungsoo bebía el agua mientras que una gota se le escapaba por la mandíbula casi llegando al cuello.

- ¿Cómo van tú y sungjong? –preguntó para llenar el espacio sin que se le notase la curiosidad.

- nada nuevo. No logro recordarlo. ¿Enserio fuimos novios?- recogió sus piernas para apoyar sus brazos sobre las rodillas.

- tanto que daban asco- respondió con una mueca de mal gusto- como sea, intenta no darle falsas esperanza.

-eso intento.

- ¿Quieres jugar? – apuntó con el mentón hacia la cancha.

- no conozco las reglas.

- tú solo quitas el balón, das bote y encestas, ¿o el nuevo myungsoo es un idiota para no entender eso?

Claramente eso era un desafío, lo aceptó poniéndose de pie.

- Vamos.

Sintió el balón entre sus manos, probó con algunos botes antes de comenzar.

-¿Puedo Jugar?- al escucharlo el balón reboto lejos de él.

-Maestro- Hoya se le acercó.

-¿Myungsoo no me vas a saludar?-estiró su mano esperando.

Myungsoo notó que no llevaba lentes, se veía más guapo con ropa común y no el traje aburrido de profesor, pero eso no quitaba la desconfianza que le tenía.

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