Pequeñas decisiones.

Capítulo 3.

- ¡Qué alguien averigüe ya mismo quien es ese hijo de puta! - grité con todas mis fuerzas, no me importaba si estaban los profesores y directivos, tenía la sangre hirviendo. No podía creer que esto haya pasado, perdí el control absoluto, normalmente solía manejar las situaciones con "calma", era más sensata, no andaba a los golpes de una. ¡¿Qué demonios está pasando?!

- Ya venimos - dijo un Tyler con la vena de la frente apunto de reventarse, seguido por algunos del grupo.

Escuché pasos acercándose a mi espalda, que no sea él de nuevo.

- ¿Señorita Johnson, podría explicarme qué fue todo esto?

- Una pelea - dije con una especie de duda.

- ¿Se cree graciosa? Venga para acá - seguido de eso se fue caminando conmigo por detrás, en el pasillo era puro silencio, solo se escuchaban nuestros pasos, una vez que llegamos a la oficina pasó de ser el director a mí tío en cuestión se segundos. - ¡¿Qué mierda pasá contigo?! ¿Intentas romper un récord viniendo a dirección? ¡No puedes andar haciendo esto! ¿Sabes las consecuencias, cierto? - claro que las sabía, era una preparatoria muy pacifista... Y todos nosotros seríamos suspendidos. - Además de suspenderlos todos irán a un campamento para que aprendas a comunicarse entre sí y dejar estos absurdos problemas de adolescentes. Tienes suerte de que sea considerado porque la anterior directora no habría dudado en echarlos - tenía razón, la vieja esa me tenía entre ceja y ceja - Ve a casa, desde hoy comienza tu suspensión.

- Pero déjame explicarte, él imbécil ese me dijo... - antes de que pudiese contarle cómo fueron las cosas me interrumpió.

- Dije que te vayas a casa Ada, hablaré seriamente con tus padres.

Salí enojada, no, furiosa de allí. Voy a destruirte Ada. Esas palabras resonaban en mi cabeza, ¿cree que puede destruirme? No debe jugar con fuego.

* * *

Al llegar a casa esto pasó:

- Estoy muy decepcionada de ti - dijo mí madre con una tristeza que podrías llegar a sentirla aún si fueses un ignorante - ¿Cómo pudiste? Te hemos dado todo y tú sigues cometiendo errores, pero nada se compara con lo del verano... Esa chica, su familia, eres un monstruo...

Antes de que pudiese seguir la interrumpí - ¿Sigues pensando que fui yo, cierto madre? - cayó ante mis palabras, había dado en clavo lamentablemente - Ella era mí mejor amiga. ¿En verdad me crees capaz de eso? Y si es así ¿por qué no me denuncias? Creo que disfrutarías mucho la vida sin mí. - ya que no emitía una sola palabra proseguí hablando - Dime, ¿qué harías con mí cuarto? ¿Una oficina? O que tal mejor un gimnasio, se cuánto te gustaría tener tu propio espacio. ¡Si tanto me odias házlo de una maldita vez! - dicho esto último ella rompió en llanto - No me vengas con eso, no tienes el derecho.

- Soy tu madre Ada - dijo con un hilo de voz - debes tratarme mejor.

- Dejaste de ser mi madre hace tiempo. - al terminar de hablar me dirigí escaleras arriba, cuando llegué a mi cuarto, escuché ruidos dentro y eso significaba...

- Hasta que volviste preciosa - y allí metido en mi habitación estaba Jason acostado en mi cama como si fuese suya.

- ¿Qué haces aquí? - dije de muy mala gana.

- ¿Desde cuándo te desagradan mis visitas? - dijo haciendo un puchero - Te traigo buenas noticias - hice un gesto con la cabeza para que siguiera hablando - Ya sabemos quién es el rubio.

Fue como si me hubiesen dicho que gané la lotería, ahora si me las iba a pagar - ¿Quién es? - dije una vez que dejé de festejar mentalmente.

- Es el hermano menor de Erick - silencio - es el hermano que nadie conocía, estuvo todo este tiempo en un internado.

- Bien, dime todo. - casi le rogué a mí amigo, estaba ansiosa por saberlo.

- Su nombre es Charles, al menos su nuevo nombre, en Francia se lo cambió, quiso hacerlo después de lo ocurrido... - hizo una breve pausa - volvió en el verano, se supone que ya tendría que haber terminado el colegio, pero algo pasó y tuvo que repetir el último año, por eso está con nosotros. Tiene 18, vive solo en un departamento a las afueras de la ciudad, no tiene mucha relación con sus padres, y mucho menos con Erick. Nadie sabe de él, es como si su anterior vida se hubiese esfumado y comenzado de cero.

- Interesante... - dije intrigada, intentaba buscar una conexión con él, no lo recordaba pero en sus ojos había algo... familiaridad quizá - ¿Cuánto tiempo dices que estuvo en Italia?

- Desde los 13, se fue un día después de tu cumpleaños, había ido a tu fiesta para cuidar a Emily - ella había sido mi amiga durante años, solíamos hacer pijamadas cuando éramos más chicas, pero con el tiempo nos distanciamos - Pero ya sabes, sólo desapareció y...

- Apareció para su funeral - terminé por él.

Silencio, puro silencio, no hablábamos nunca de eso, era casi un tema prohibido para nosotros y nuestro grupo. El aire se tensó de tal manera que ni con el cuchillo más afilado del mundo podrías cortarlo. Como si Jason adivinara mis pensamientos, cambió de tema.

- No se si te lo comentaron, pero el campamento empieza mañana, saldremos a las 7 para llegar a las 9 más o menos.

- Me cago en la put... ¿Sabes si a Lily la castigaron? Ella no tuvo nada que ver. - realmente no quería que ella sufriera a consecuencia de mis actos, no lo merecía.

- No he hablado con ella, cuando marco su número me figura apagado. Supongo que sus padres ya se enteraron...

Me tiré hacia la cama en un gesto de frustración, me refregué los ojos y dije - A veces pienso que debería alejarme de ella, siento que la estoy hundiendo. Yo soy un jodido desastre pero ella es buena, tiene futuro, tiene una vida por delante, no quisiera arruinar sus oportunidades Jay...

- Ella ya es grande, sabe en qué se está metiendo, sabe cómo somos, sabe cómo eres, no te martirices por eso.

- ¿Puedes irte? Necesito estar sola.

- Como digas, cualquier cosa me llamas.

Luego de que se fuera, me quedé mirando el techo, hace tiempo no hablábamos de Emily, la extrañaba, no podía creer que alguien pudiese matarla.

- ¡No! ¡Por favor! ¡No lo hagas!

- ¿Hacer qué? - dijo con una sonrisa de dientes completos mientras le sacaba el seguro a su arma.

- ¡No te he hecho nada! Te lo suplico.

- Ya es tarde - apuntó hacía su cabeza y se escuchó el sonido ensordecedor, lo demás sólo fue oscuridad.

Me desperté de golpe, muy asustada, miraba hacia todos lados tratando de entender la situación, cuando logré darme cuenta de que estaba en mi habitación pude respirar con normalidad. ¿Había sido un sueño?