-¡Vamos, lee al menos el primer párrafo!- exclamó Puro a un látex negro como él. La única respuesta fue un ligero movimiento lateral de cabeza-: ¿Por favor?
-Dejémoslo por el momento, Puro. No creo que vayan a hacernos caso de inmediato- dijo K.
-Tampoco tuve suerte- dije yo, que había tratado de entablar conversación con el pequeño gato de látex.
-Descansemos por el momento- dijo K-. Estar cansados no ayuda. Mejor reponemos fuerzas y lo seguimos intentando en la tarde.
-De acuerdo- dijo Puro.
Habían pasado cinco días desde que trajimos las criaturaa de látex del laboratorio. Tras reponer nuestras energías con un sueño reparador, tratamos una y otra vez de hacer que aprendiesen a hablar y a comunicarse con facilidad. Pero nada: algunos siguen queriendo atacar a los científicos que están al otro lado del cristal protector mientras que otros simplemente andan sin escucharnos. Los únicos que habían mostrado un ligero progreso eran los látex gigantes.
Pudieron articular bastantes frases simples y alguna compleja, lo suficiente como para poder preguntarles sobre ellos y sobre su estado actual. Era agradable hablar con la dragona: era de conversación amistosa y relajada. El perro calamar gigante mostró ser algo bromista y cariñoso, hasta ha abrazado a algunos científicos, con cuidado de no transfurrearles sin querer. El tiburón también se ha mostrado amistoso, pero su habla era más energética. Esto nos hizo fácil el hacerles saber que necesitaban un robot biológico como el de Puro.
Debido a esto, el laboratorio empezó a ser limpiado: las posibles muestras se almacenaban para la investigación, se empezó a investigar alguna manera de empezar a operar con energía más eficiente y menos contaminante que los generadores por gasolina para poder empezar a abastecer a la humanidad, se adaptaron zonas para que también funcionase como hospital y sala de operaciones... Y, por supuesto, se empezó a trabajar en los grandes robots biológicos para los látex gigantes.
Ahora estábamos en casa, más exactamente en el salón, con el resto del grupo, comiendo y hablando de como iban las cosas en el laboratorio.
-¿Entonces ningún progreso?- dijo Mina.
-No, por desgracia. Los látex gigantes son los único que han progresado algo, pero los pequeños son difíciles de tratar- dije yo.
-El Dr. K está tratando de hacer todo lo posible para conseguir algún progreso, pero es que también se ocupa de vigilar las investigaciones del laboratorio y de ayudar en las mismas. Se le ve muy cansado- dijo Puro, algo preocupado.
-Eso es cierto. Parece un zombi- dijo Huan Li-. El otro día lo vi por la calle y tuve que llamarlo tres veces hasta que me hizo caso. Hasta se le notan las ojeras.
-Quizá necesite un hombre que le de un masaje después de un duro día de trabajo- dijo Lisa, con una mirada lasciva en su rostro.
-O mejor deja tus ganas de emparejar a chicos para otro día- bromeó Mark.
-¿Y qué ideas tenéis?- preguntó Mina.
-Ninguna. Esos látex solo parecen ofuscados en conseguir a un huésped. Solo quieren transfurrear todo lo que puedan. Ni nos hacen caso a nosotros, que somos seres de látex- dije yo, suspirando.
-¿Y por qué no dejáis que lo haga un humano?- propuso Eclair.
-Porque tiene peligro de ser transfurreado. Eso queda descartado.
-¡Pero entonces lo que estamos haciendo es tratarles de manera diferente!- exclamó Eclair-. Les tenemos encerrados y les estamos haciendo ver que somos diferentes a ellos. ¿Y si eso es lo que no cuadra? ¿Y si solo necesitan que un humano les hablé y les haga entender que no tenemos que ser enemigos?
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Changed: La nueva era (Furry/Yaoi)
FanficHan pasado seis meses desde que Puro y yo conseguimos salir de aquel laboratorio en el que estábamos atrapados. Ahora ambos vivimos en paz. Pero no fue hasta hace poco que K nos avisó de lo que tanto había esperado: las élites de la humanidad pronto...