Dentro de la sala de combate, Sakura y Shaoran se encuentran de pie contra la pared, sujetados por una clase de magia invisible que les inmoviliza las manos y son incapaces de obrar por voluntad propia.
Es una locura, algo que nunca antes vieron. Sakura, quien siempre fue temerosa de los relatos paranormales, ahora estaba viviendo una de sus peores películas de terror. La diferencia con esos films que tanto le asustan, es que lo que sea esté dentro de su amiga y prima de Shaoran, no es cualquier demonio. Nunca pensó que la magia pueda elevarse hacia esos niveles, porque la presencia mágica en el cuerpo de Meiling es muy poderosa.
La morena se pasea delante de ellos con una mirada vacía e iracunda que no le pertenece, y observa a ambos castaños sopesando qué hacer con ellos. Sakura ahoga un sollozo y, a su lado, Shaoran hace un esfuerzo descomunal por girar su rostro hacia ella.
—Tranquila... te sacaré de aquí. Lo prometo.
Sus palabras no pasaron desapercibida por la malvada bruja que habita en Meiling, y se acercó con un rápido movimiento hasta quedar cerca del rostro del muchacho.
—Insolente... Engreído y patético estorbo —le escupe sin piedad a Shaoran, quien siente el aliento brusco de esa posesión—. Te crees lo suficientemente fuerte y capaz de salvar a tu damisela ¿¡No es así!? ¡Mentiroso!
La bruja le grita encolerizada y aprieta con sus manos la mandíbula de éste. El castaño comienza a sentir la presión inhumana de los dedos enterrarse en su carne, haciendo crujir sus huesos y dejando escapar quejidos agonizantes que le eran difíciles de controlar por dolor descomunal. Sus años de entrenamiento y autocontrol se veían afectados por esta presión similar al de una prensa que quiere triturar su mandíbula.
—¡Déjelo en paz! ¡No le haga daño! —grita Sakura estallando en llanto a su lado sin poder soportar lo que le está haciendo a su prometido a tan corta distancia, ambos vulnerables ante la situación.
La mano de la bruja deja de sujetar a Shaoran y vira con rapidez para ver a la joven con sus ojos llorosos, lo que causa una ira bestial en lo que sea que haya poseído a Meiling. Tan rápido como un suspiro, la bruja se posiciona delante de Sakura y la inspecciona con sus ojos perdidos en un mar rojizo de lava ardiente. El temor de la castaña se transforma en temblor, pero intenta contener las lágrimas que antes se desparramaron por su rostro.
—Mírate... eres una pérdida de tiempo... Un insulto a nuestra especie —murmura la bruja conteniendo un grito encolerizado y se aleja de ambos para quedar frente a ellos y seguir hablando.
—Ustedes... par de tontos enamorados... que risa me dan.
Tras esas palabras, comenzó a reír maquiavélicamente cada vez más fuerte, paseando su figura delante de ellos y pensando su siguiente acto. Al minuto vuelve a quedar frente a Sakura para mostrarle una sonrisa siniestra.
—Posees una magia sin igual, niña... Blanca... poderosa... y mucho más que fuerte que la de tu patético noviecito. Necesito de tu magia... para ser más fuerte y desterrar a los inútiles que se burlaron de mí.
La bruja alarga su mano hacia el rostro de Sakura pero Shaoran no puede soportar que algo así suceda.
—¡No! ¡Tómeme a mí! ¡Déjela ir! —exclama con rabia e impotencia, lo que causa mucha gracia a esta maléfica Meiling.
—Despreciable criatura...Te hubiera consumido hace rato pero tu estúpida novia se cree tus sucias promesas ¡Y eso no lo puedo tolerar! ¡Por eso deberá pagar las consecuencias!
—Por favor... deténgase —suplica Sakura sin comprender una palabra—. Se lo ruego.
La bruja se aparta de ellos lanzando un grito iracundo al aire y, con un movimiento brusco de su mano, libera a ambos castaños de sus ataduras invisibles.
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Los ojos de rubí
Fanfiction[Especial Halloween] Un libro mágico puede liberar las cartas de un mago ancestral para obrar el bien con ellas, y otros ejemplares pueden desatar el infortunio de quien logre abrirlo. Al terminar la preparatoria, Sakura se verá obligada a apartar...