El plan de usar a Watery falló y los ojos de Sakura viraron rápidamente por la sala buscando otra solución. La bruja aún mantenía la forma de Meiling y, a su lado, flotante en el aire bajo un hechizo de protección que irradia una luz morada, había un libro. La castaña agudizó su vista y cuando pudo verlo mejor lo reconoció.
Aprovechó que el hechizo del Dios del Trueno que Shaoran le envió hizo una gran explosión contra unas bancas de allí, para poder refugiarse un minuto detrás de unas gradas. Su respiración era errática, el cansancio la estaba amedrentando y su muñeca le dolía a mares, pero trató de enfocarse en su reciente descubrimiento.
Aquel ejemplar que la bruja mantenía con recelo, era el mismo libro que había encontrado hace unos días en la biblioteca, aquel que brillaba por su blancura y que ahora estaba teñido de un color negro oscuro con detalles rojizos. De pronto recordó lo del pergamino que se despegó detrás, la aparición de Meiling justo en el momento que ella estaba detallando las joyas que adornaban la tapa del libro, y luego... después del entrenamiento habían visto a la chica actuar de forma extraña. La ecuación era clara y todos los caminos daban el mismo resultado.
—Fue... mi culpa —esbozó apenada, sintiendo unas fuertes ganas de volver a llorar.
Borró con brusquedad las pocas lágrimas que dejó escapar porque no era momento de lamentarse. Ya había utilizado alguna de sus cartas y la absorción de su magia la estaba debilitando... pero aun podía utilizarla. Con el nivel de poder que tiene la bruja, es claro que está disfrutando del espectáculo, sino ya le hubiera arrebatado a Sword de la misma forma que lo hizo con las otras. En cambio de eso, le permite utilizarla para ver si logra defenderse, disfrutando del show antes de mostrar el truco final. Sakura evitaría eso a toda costa.
No podía pensar en los motivos que llevaban a este demonio en actuar de esa manera, ni porqué se la nota tan enojada al llamarla "tonta e ingenua" o proclamar mentiroso a su novio. Quizás ellos le recuerdan a alguien de su pasado o quizás fue una mujer que ha sufrido a tal punto de detestar la humanidad.
—Enfócate Sakura —se dijo así misma—. Ese libro tiene que ser importante.
Se arrimó un segundo para ver donde estaba la bruja y Shaoran, pero tuvo que esconderse rápidamente porque un rayo la volvió a atacar, siendo amortiguado por las gradas de madera.
—Puede verte de todas formas, corazón. No te resistas y estaremos juntos para toda la eternidad.
La voz distorsionada de Shaoran la hizo reaccionar con sus palabras.
«Los ojos» —pensó rápidamente.
Salió de su escondite y corrió de forma tal que parecía iba a atacar a Shaoran. Fue a su encuentro en una primera instancia y, al chocar espadas manteniendo el envión de sus cuerpos, ambos se miraron en cámara lenta. Sakura detalló ese mirar rojizo, sin vida y con las pupilas dilatadas en toda su extensión a un vivo rojo sangre... el mismo color que los ojos de la bruja. La castaña siguió de largo pretendiendo atacar a la hechicera, quien se movió a una velocidad inimaginable esquivando a la chica sin saber que no era su objetivo. Si no podía atacarla por encontrarse en el cuerpo de Meiling, debía debilitarla de alguna forma.
Aquel libro flotaba en el aire, y Sakura hizo el intento de acercarse para tomarlo, pero un shock de energía casi le quema las manos.
—Eres una niña tonta... así nunca llegarás lejos.
Pero ella no era para nada tonta. Fingió que quería tomar el libro, pero en realidad eso fue lo que le quiso hacer creer a la bruja. Al acercarse lo suficiente, pudo ver que las gemas de color negro con detalles rojizos que estaba en la tapa ya no se encontraban incrustadas. Si sus deducciones eran claras, allí estaba encapsulada la magia: En los ojos de cada uno.
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Los ojos de rubí
Fanfiction[Especial Halloween] Un libro mágico puede liberar las cartas de un mago ancestral para obrar el bien con ellas, y otros ejemplares pueden desatar el infortunio de quien logre abrirlo. Al terminar la preparatoria, Sakura se verá obligada a apartar...