-dime por que te vi bajar de ese coche muy contenta? Siento que me estoy perdiendo de algo importante aquí. -me dijo magi a penas me vio entrar en la tienda por poco me da un infarto.
-por el amor de Dios, no puedes aparecer así como si nada quieres matarme?. -tenia una mano en el pecho y la respiración agitada del susto.
-vamos pequeña mentirosa dime todo, sobre lo que acabo de ver.
-bueno ya lo conoces, no es nada de lo que te imaginas solo fue amable. -cuelgo mi chaqueta en el perchero y hago mi camino hasta el Stan de costura mientras siento los pasos de Maggi detrás de mí.
-Ja, sii.. solo amabilidad, un tipo como el no es amable si porque si, los he visto de cerca y siempre quieren algo. -se plantó delante de mí alzando sus pobladas cejas y cruzando los brazos mientras yo soltaba un suspiro muy audible.
-esta bien tienes razón, anoche fuimos a cenar fue todo un príncipe hablamos de todo un poco y listo, pero hoy por la mañana se plato en mi casa sin avisar y me ofreció a mí y a los niños un aventón, no quería ser grosera así que lo acepte, fin de la conversación. -sin más me senté para comenzar mi trabajo dejando a maggi aún más sorprendida.
-ya decía yo que no era simple amabilidad, me alegra que tuvieras una cita Giselle pero ve con cuidado, no quiero generalizar pero la mayoría de las veces los hombres de dinero no son de fiar. -sin más que decir giro en sus pies y me dejó sola con mi máquina de coser.
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-giselle la señora Martín trajo un vestido de satín con una pedrería suelta, necesita que desmontes todo el bordado y le apliques otras perlas, pero quiere que sean de color salmón y fucsia. -susperire audiblemente y asenti con la mirada cansada mientras Maggi dejaba el vestido en una percha. -se que puedes estar molesta por lo que he dicho y me disculpó por eso porque no tenía ningún derecho, es tu vida Giselle puedes salir con la persona que quieras, debes cometer todos los errores ahora que eres soltera y joven, me disculpó por mi mal vocabulario, no me hagas caso solo.. quisiera que seas feliz siempre. -le sonreí y le extendi mis brazos, ella me abrazó rápidamente.
-se que no lo hiciste por mal Maggi, eres mi mejor amiga y te amo por darme una cachetada de vez en cuando, no estoy molesta contigo. -le di un beso en una de las mejillas y le sonrei, pero el sonido de una campana nos saco del trance.
-vamos que queda poco para irnos, ire a ver quien llegó.
me volví para el vestido de la señora Martín para ver a qué me enfrentaría, no era un trabajo tan difícil aunque debía seguir el mismo patrón de la pedrería anterior ya que el satín se marca con facilidad y el horrible sacar las marcas, el trabajo era sencillo, sintiéndome satisfecha de que el trabajo era sencillo volví a mi trabajo anterior cuando unas voces me sacaron de mi trabajo.
-vamos a ver niño bonito Giselle está trabajando, no es momento de visitas, déjala en paz. -maggi sonaba alterada y con una voz amenazante.
-Gracias por la bienvenida pero necesito hablar con ella, entiendo que es tu tienda pero podrías hacerme ese favor. -para aparecí en el pequeño resividor los dos habían dejado de hablar.
-se puede saber por qué se gritan? -cruce mis brazos para dar a entender mi molestia.
-Giselle perdóname sé que no tenía que haber venido pero necesito que hablemos, por favor solo te quitaré cinco minutos. -andrew junto sus manos a modo de suplica y poniendo los ojos como un cachorrito mientras Maggi soltaba un bufido bastante audible cuando le daba un asentimiento de cabeza. -Gracias prometo que seré breve. -me dijo relajándose por completo mientras nos sentamos.
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Un Deseo Loco
RomanceGiselle es una fotografa que se esfuerza por mantener a su familia, es de esas chicas que sale poco y cuida mucho, pero un día llegara a su vida Andréw un niño rico de cuna consentido por mama y papa que la hará salir de sus cabales pero a la vez le...