Capitulo 3: comienza la Guerra

5 0 0
                                    

La luz que entra por la ventana me hizo saber que ya había amanecido y con esto dos pulgas entraron gritando y corriendo haciéndome pegar un salto.

-Tía..Tia.. James se comió todo el helado. -me dice la pequeña con los ojos algo enrrogecidos por haber llorado.

-eres una mentirosa Escarlet, tu también comiste. -dice james cruzandose de brazos, para la edad que tiene es muy gruñón.

-ya basta los dos, déjenme terminar de despertar y solucionamos esto con el juez, que les parece? -les digo estirandome y con los ojos medio abiertos, ambos asienten y salen corriendo otra vez.

Que manera de comenzar la mañana, en estos consistían mis días libres, asustarme, arreglar problemas de helados, jugar, limpiar, más problemas de niños y finalmente un poco de tiempo para mi, del cual no era mucho pero cuando estoy con estos niños mi vida es mejor.

Al pasar el día, recoger todo y tomarme diez minutos del día me puse a conversar con mi abuela.

-Aún no me cuentas como te fue anoche, llegaste muy tarde. -le sonrei y me senté en el sofá.

-me fue excelente, resulta que la fiesta era de un cliente gruñón que conocí ese mismo día en la tienda, pues congeniamos, hablamos, bailamos y.... -le dije alargándolo mientras ella me miraba con cara de fascinación.

-habla de una buena vez niña. -me dijo irritada.

-y.. Me invito a salir esta noche, sólo será una cena no te emociones mucho. -se levantó y comenzó a aplaudir como loca más emocionada que yo.

-eso me alegra mucho mi niña, hace mucho que no salías con alguien, tu también mereces divertirte no es sólo trabajo cariño, así que hoy te pondrás chula y llegarás tarde es más no te doy permiso de volver a dormir. -me mira sería y me señala dando media vuelta y dejándome con la palabra en la boca.

Había quedado con Andréw a las seis de la tarde, la noche anterior fue muy amable al ofrecerme traerme a casa, el viaje fue silencioso pero agradable, lo había invitado a pasar pero se negó al decir que no era lo correcto aún.

-Giselle, date prisa por amor a dios. -grita mi abuela golpeteando la puerta.

-ya voy gruñona. -le saque la lengua sabiendo que no podía verme por la puerta.

Media hora después ya estaba casi lista, me había colocado un vestido color salmón con unos tacones, mi cabello iba en rulos muy pronunciados, mi abuela y mis sobrinos quedaron sorprendidos al verme, me quede en la sala esperando que Andréw llegara pero pasaron varias horas y nunca llego..

Entré a mi cuarto sintiendo como se me nublaban los ojos por culpa de las lágrimas que no quería derramar, me quite la ropa y el maquillaje rudamente, sentí como mi abuela tocaba la puerta pero en ningún momento le conteste, simplemente me acosté y al poco tiempo me quede dormida.

este sería un nuevo día, adiós a las niñerías de pensar que alguien como el se podría interesar en alguien como yo, me voy a consentrame en mis niños y mi trabajo, ya con tiempo llegara alguien que merezca de mi amor.

Al dia siguiente
Me arregle lo más que pude, y salí al trabajo, mi abuela estaba sorprendida de verme tan calmada y reluciente, no se esperaba tanta felicidad de mi después de lo de anoche, pero le dije que eso era lo mejor que nuestros mundos no encajaban y al parecer el se había dado cuenta muy rápido.

El día paso lentamente en la tienda y cuando por fin cerramos decidí ir caminando hasta casa, para despejar la mente y planear en hacer algo con los niños, en eso un auto pasa a mi lado y frena bruscamente, me asusto y comienzo a acelerar el paso hasta que escucho que me llaman.

-Giselle.. -esa voz, ronca y agitada la conocía pero aún así no me detuve y seguí mi camino como sí nada. -detente por favor, tengo una explicación.

-lo siento estoy apurada y no me interesan tus disculpas absurdas. -le dije pero llego a mi lado y me detuvo, fue tan tosco que por poco caigo al suelo y sólo por eso lo fulmine con la mirada. -que aparté de tener problemas de memoria también los tienes de oído, no quiero hablar contigo. -enfatize lo último y me solté de su agarre.

-de verdad quiero que me perdones, no fue mi intension dejarte plantada, es que todo se salió de control en casa y ya no pude escaparme, quiero recompensartelo, por favor permíteme disculparme. -estaba agitado con el cabello alborotado y hablando muy rápido.

-vale te disculpo -sonrió- pero eso no cambia nada así que sal de mi vista y no me busques más. -su sonrisa se borró y amplió los ojos, intentó decir algo pero no lo hizo, simplemente asintió y me dejo seguir mi camino.

Maldito idiota me hubiera gustado que luchará un poco más, pero no lo hizo, quizás es lo mejor para los dos de igual manera somos de mundos distintos, yo soy clase media y sólo vivo para mi familia y el clase muy alta y quizás sólo vive para las mujeres y el dinero.

Siento que alguien me jalonea del brazo y justo cuando intentó ser coordinada mis piernas juegan sucio y me voy de bruces dándome un golpe fuerte con el borde de la acera.

Escucho como blasfema mientras me ayuda a levantar.

-te sientes bien? -está angustiado. -vamos te llevare al hospital.

-no seas tonto, fue sólo una caída. -le sonrei e hice como sí nada para seguir caminando pero justo ahí me mareo y casi vuelvo a caer.

-espera.. Espera. -me toma nuevamente del brazo y me atrae hacia el, quedamos demasiado cerca, sí hacia un pequeño movimiento nos podríamos haber besado. -dime que podríamos llegar a algo. -me dice serio y uniendo nuestras frentes.

-deja de decir tonterías, a penas y nos hemos visto un par de veces.

-lo sé pero me gustas, quiero poder tener la oportunidad o mejor dicho el privilegio de conocer mejor a esa mujer maravillosa que se que eres. -sus ojos brillaban y me miraba fijamente, una mirada penetrante y muy llamativa.

-juro por dios que sí intentas dejarme plantada otra vez ni pienses en pedir disculpas. -estaba enojada pero a la vez conmovida por la idea de que el diera un paso más.

-vale Giselle, pasare por ti está noche, ponte muy elegante te llevare a un lugar lujoso. -me dio una pequeña sonrisa y se acercó a mi, por un minuto pensé que me besaría pero sólo fue un diminuto beso en la mejilla, pero aunque fue diminuto me estremesi y sentí que fue un cubo de hielo que recorría mi cuerpo.


-----------&-----&----------

-no puedo creer que aceptaras Giselle, -mi abuela estaba enojada desde que le conté lo susecido no sabía más que reclamar. -te crié sabiendo que no hay que fiarse de los hombres que te dejan como novia de pueblo en la primera cita.

-sí abuela ya lo sé pero a veces hay que ceder un poco, o quieres que este soltera toda la vida? -saque mi vestido más elegante, uno negro con encaje arriba y algo de brillos plateados, me coloque mis tacos plateados y alise mi cabello.

Mi abuela estaba como loca cuando me vio, primero porque me veía sumamente perfecta y segundo porque no quería que saliera con Andréw.

Eran las seis treinta y nadie llegaba por mi, este imbécil creía que podía dejarme plantada nuevamente pues que se olvide yo merezco algo mucho mejor.

Justo cuando me disponía a sacarme por segunda vez la ropa e irme a dormir llaman al timbre; ahora quien coño será..

Abro la puerta y me encuentro con un muy apuesto y sonriente Andréw vistiendo un traje azul rey que le quedaba perfecto, cabello un poco rebelde y un olor que sería capaz de volver loca a cualquier mujer.

-Estas estupenda Giselle, -me mira de pies a cabeza sonríe y luego toma mi mano para depositar un suave beso en ella. -disculpa mi demora se me presento un pequeño problema con el auto, lista?. -le sonrió y asiento.

-sólo espera un minuto, -le muestro mi dedo índice el asiente y salgo como flecha a despedirme de mis niños y mi abuela, tomó mi pequeño bolso y vuelvo junto a el. -ahora sí, lista. -le sonrió y me tiende su brazo para que lo tomé, lo hago y así llegamos hasta el auto.

Tengo mucha curiosidad por saber a donde vamos pero se que no dirá nada así que me reservo la pregunta y me dispongo a disfrutar del viaje y del aroma que me acompaña.

Un Deseo Loco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora