6

178 23 6
                                    

Narra Juleka 

La lluvia había parado, los cristales seguían empañados y una que otra gota cruzaba por el cristal dejando un pequeño camino. Estaba en mi recámara, lo cual al principio me extraño ya que la última vez que recuerdo es que estaba charlando con Rose en el salón y Mari se estaba cambiando ropa, pero supuse que me había quedado completamente dormida y mi hermano me llevo a mi cuarto, ya que siempre era así de 'paternal' conmigo y nuestra madre desde que nuestro 'papá' decidió abandonarnos por su manía de hacer dinero mediante el arte sin sentirlo realmente como lo hacíamos nosotros. Hace ya mucho tiempo que no estamos con él y hablar este tema ya no me afecta tanto como antes, que al pensarlo no podía emitir una palabra sin llorar o que se me hiciera un nudo en la garganta. Estuve un buen rato inserta en mis pensamientos hasta que sentí como la puerta del barco se abría, eran las 8:20 de la madrugada y mi madre llegaba con un par de bolsas de tela, así que me dispuse a ayudar para no despertar a mi amiga y comencé a caminar despacio.

-Hola, ¿Necesitas ayuda?.- dije mientras susurraba y le estiraba mi mano para que me entregara una bolsa.

-Sería de mucha ayuda.- Dijo mientras me entregaba una bolsa que realmente no pesaba mucho, ya que traía cosas para hacer un pastel, pero mientras estaba sacando las cosas de la bolsa me pregunto algo que no escuche muy bien.

-Juleka, y ¿tú amiga?.- dijo mientras se acercaba y me entregaba un par de tintes morados que le había encargado.

-Está durmiendo, ¿No te molesta si se queda hasta la próxima semana? Ya que sus padres están fuera de la ciudad y no le idea que se quede otra semana más sola.- dije mientras me apoyaba en la mesa.

-Será muy bienvenida.- dijo mientras terminaba de ordenar las cosas que había traído.

Sentimos como en la parte baja del barco donde están las habitaciones y el baño se abrían y se volvía a cerrar y la llave de la ducha comenzaba a abrirse. Por un momento pensé que era mi hermano pero cuando después de unos 10 minutos vimos con mi madre subir mi amiga. Una carcajada salió entre mis labios.

- Y  este milagro.- dije mientras la abrazaba y ella repetía la acción.

- Cuando estoy casas de mis amigas suelo despertar más temprano de lo normal.- dijo mientras se disponía a reír al unísono conmigo.

-Buenos días señora Couffaine, ¿Cómo está?.- dijo mientras se acercaba a ella para saludarla.

Un mensaje llego a mi teléfono, el cual me hizo que no prestara atención a la conversación. Era mi novia que me preguntaba si podíamos salir las dos el día de hoy. Me daba un poco de lastima dejar de lado a Marinette, pero al mismo tiempo pensé que necesitaba estar a solas con mi hermano ya que  esos dos a mi no me engañan, a Luka nunca le brillaron tanto los ojos, simplemente me hacía feliz ver que los dos estén felices. 

-Mari, ¿Podría salir hoy con Rose? Y en la noche vemos una película.- dije con cara de apenada, sabía que debería estar con ella.

-Claro, pero yo la escojo esta vez.- dijo mientras me apuntaba.

Narra Marinette

No me molestaba que Juleka saliera con Rose, en cambio me encantaba la pareja que hacen, ya que no les importa lo que los demás piensen y claro está, el amor es para todos. Así que me dispuse a hablar con la señora Couffaine para que yo preparara el desayuno para agradecerle su amabilidad por soportarme estar en su casa. La cual accedió de inmediato y me comenzó a entregarlos ingrediente que necesito para hacer los waffles de chocolate que hacemos en la panadería con mi padre usualmente los finde semana, los que rellenamos con crema pastelera. Extrañaba mucho estar con mi familia, ya que siempre somos muy unidos y siempre comprenden cuando tengo un problema. Realmente estoy agradecida de la familia que tengo, de la que no cambiaría por nada del mundo. Ya había pasado un rato desde  que con la señora Couffaine estábamos preparando los Waffles hasta que vimos salir a Juleka, de la que supuse que no tomaría desayuno con nosotras.

-Bueno, le dejare unos cuantos Waffles a Juleka para cuando llegue.- dije mientras coloca  en un plato.

-Disculpa Marinette,me tengo que ir a hacer una diligencia ahora.- Me dijo mientras ponía su mano en mi hombro. Realmente no me importaba si tenía algo que hacer.

-No importa, le dejaré de igual manera un poco.- Dije mientras terminaba de hacer el último waffle.

-Muchas gracias.- dijo mientras tomaba su cartera y se despedía.

 La puerta se cerró y el silencio reinaba por la casa.Luka no había despertado y Juleka con su madre se habían ido. Entonces me dispuse a lavar la loza sucia, pero al tomar la máquina para darle forma a los waffles me queme la muñeca. Solté un pequeño quejido y mi muñeca tomó un color rojo intenso, que al contacto del agua ardía como mil demonios.

-Mierda.- dije mientras sacaba mi muñeca del agua fría. 

La puerta comenzó a abrirse, no me había percatado ya que seguía mojandome la muñeca ya que la quemadura era bastante grande y no quería que me quedara la marca. sentí que alguien me tomaba del brazo con cuidado, provocando que me sobresaltara. Era Luka, y pues no traía camisa ,un tono rojo predominaba mis mejillas. No les voy a mentir, el hermano de Juleka estaba más bueno que la mierda, tenía unos abdominales marcados y dios santo, en estos momentos estoy divagando por completo frente a él chico que me gustaba del que estaba en semi-desnudo. Claramente no estaba mirando fijamente su abdomen, pero era inevitable.

-Ven, yo te voy a curar.-dijo mientras estiraba la mano para cerrar la llave que seguía corriendo.

Solo accedí y lo comencé a seguir hasta el baño, el cual debía decir que era bastante angosto para que dos personas estuvieran allí. Al entrar Luka saco de un gabinete un botiquín pequeño y me indico que me sentara arriba del lavamanos, acción que realizar sin emitir palabras. Lo primero que hizo es lavarse las manos para que no pudiera infectarse o alguna cosa por el estilo, y con una venda comenzó a ponerla sobre la quemadura. Al hacer contacto emití un pequeño quejido de dolor, ya que era muy extraño ya que podría decir que soportó bastante el dolor.

-Lo siento.- dijo Luka mientras terminaba de ponerme la venda en la muñeca.

-No te preocupes, y gracias.- dije mientras miraba el suelo para que no viera mi cara toda roja.

Sentí que sus mano tomaba mi perilla para mirarlo a los ojos, mi cara ardía como los mil demonios. Ví como su cara tomaba un tono rosado, pero se le fue rápido.

-Vamos a desayunar.- dijo entrelazando mi mano con la suya.

No sabía lo que estaba pasando, pero siendo sincera, no quería que terminara. Ya en la cocina, me sirvió un plato con un waffle y una vaso de cristal en la que me puso un poco de zumo de naranja. Después de un rato silencio, sentí una mirada  fija sobre mi. Era Luka quien me miraba como embobada. Sus ojos brillaban como nunca, estaba completamente hipnotizada de sus ojos azules. 

-Mari, podemos salir el día de hoy.- dijo mientras tomaba mi mano y con la otra apoyaba su barbilla.

-Claro que sí.- dije mientras comenzaba a entrelazar mi mano con las suyas.Por esta acción sus mejillas comenzaron a arder.

Estaba decidida, el día de hoy confesaría lo que sentía por él.

Sentimientos azules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora