Epílogo

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Una pequeña pelirrosa entró con cara de enfado a la espaciosa sala llena de espejos y barras. En sus manos llevaba lo que parecían haber sido unas zapatillas de ballet, aunque en estos momentos se asemejaban más a un trapo destrozado.

La rubia que se encontraba estirando en una de las barras la observó entrar y maldijo a su marido mil veces. Cuando llegara a casa dos personas que ella conocía muy bien iban a recibir una buena repimienda.

-¿Igneel?-Preguntó la rubia en un suspiro, aunque solo hacia falta mirar a su hija para confirmar sus sospechas. La pequeña niña, de unos 3 años, asintió mientras sus ojos se llenaban de lagrimas y corría hasta su madre.

-Lo odio mami. Igneel siempre esta rompiendo mis cosas.-Sollozó, Lucy suspiró de nuevo abrazando a la menor de sus hijos.

-No puedes odiar a tu hermano Nashi.

-Si que puedo.-Se separó un poco para mirar a los ojos a su madre.- A él y a Gale. Los dos son malos conmigo.

-Eso es porque son chicos tontos cariño.-Acarició sus mejillas limpiando sus lagrimas.- Son como papá. ¿Has visto que papá muchas veces hace enfadar a mamá?-La pequeña asintió.- Pero a que mamá nunca dice que le odia.-La pequeña volvió a asentir.- Eso es porque sabe que muchas veces lo hace sin mala intención. Igneel y Gale son malos contigo porque te quieren, pero no saben como demostrártelo.-Nashi frunció el ceño.

- Pero yo no quiero que me quieran, son feos.-Hizo una cara de asco. Lucy rió.

-Uno no elige a quien quiere mi vida.- Nashi pareció reflexionarlo.

-Pero le vas a castigar, ¿verdad?- Preguntó.

-Por supuesto, hoy nada de lucha libre, esta noche veremos tu peli favorita.- La pelirrosa sonrió satisfecha.

-Eres la mejor mami del mundo.-Lucy sonrió abrazando a su hija.

-¡Lucy!- Gritó Levy llamándola entrando a la sala.- Oh, no sabía que tenias compañia.-Sonrió al ver la escena.

-¡Tía Levy!-La niña corrió hasta sus brazos, y la peliazul no dudó en responder su entusiasta abrazo. Amaba a esa cría, y conseguiría a toda costa que su hijo se casara con ella.

-Hola pequeña.-Besó su cabeza.

-¿Que sucede Levy?.-Preguntó Lucy acercándose a ella.

-Em-Ella se removió nerviosa.-Tienes visita.-Lucy la miró confundida.- Dice ser Jude Heartfillia.

-¿Dónde está?

-En recepción.

Sin dudarlo la rubia se dirigió hacia allí. Habían pasado 7 años desde la última vez que lo vio, y ya no era la misma niña cobarde de antes. Ahora era una mujer fuerte, con una grandiosa familia y un gran trabajo que le apasionaba. 

Lo encontró donde Levy le había dicho, estaba observando los trofeos y fotografías de la academia expuesto en una pared, pero se sorprendió al verlo sin su habitual traje. Su pelo estaba más blanquecino que nunca  y su rostro y ano era tan duro como años atrás.

-¿Qué haces aquí?- Preguntó. Jude Heartfillia se giró para observar a su hija, encontrándose con una mujer en todo su explendor.

-Estas preciosa.

-¿A que has venido?-Preguntó frunciendo el ceño.

- Quería verte.-Se encogió de hombros en un gesto despreocupado, que no cuadraba con su personalidad.- Este sitio es increíble, veo que has prosperado mucho.-Comentó.

-Permiteme dudar que solo hayas venido hasta aquí a verme. Te adelanto que estoy casada y que no participaré en ninguno de tus negocios.-Su voz era fuerte y clara, propia de una mujer adulta. Jude sonrió amargamente.

-He vendido la empresa.

-¿Que hace él aquí?- Se escuchó una voz varonil en la entrada. Los dos rubios giraron en dirección a la voz del pelirrosa, el cual estaba acompañado por una versión en minuatura de él de 5 años rubio.

-!Mamá¡- Corrió el rubio ajeno al ambiente a su alrededor, saltándo a los brazos de su madre.- ¡Te prometo que lo de las zapatillas ha sido un accidente, todo ha sido idea de papá, él me dijo que hiciera manualidades con las tijeras!- Su madre negó con la cabeza.

-Ya hablaremos de eso más tarde, y por descontado que estas castigado.-El pequeño se quejo.- Ve con la tía Levy, está con Nashi en los estudios.-El rubio obedeció sin rechistar y salió corriendo hacia donde le habían mandado.

-No eres bienvenido aquí.-Gruño Natsu posicionándose al lado de su esposa, la cual le acarició el brazo para tranquilizarte.

-Te lo volveré a repetir, ¿A que has venido, padre?

-Te lo he dicho, he venido a verte.-Jude suspiró.- Quiero pedirte disculpas por todo lo que hice. No he sido un buen padre, y tal vez haya tardado demasiado en darme cuenta pero, tenía que decirtelo.-Lucy se quedo en blanco, ¿Que debía hacer?

-¿Y a que ha venido este cambio?-Natsu no se fiaba de ese hombre. No permitiria que nadie le volviera a hacer daño a su familia.

-Estoy enfermo.-Se sinceró.- Quiero dejar las cosas bien terminadas por si pasara algo.

..................

-¿Estás bien?-Le preguntó Natsu a Lucy abrazándola por la espalda, ella asintió mientras observaba a su padre jugar con sus hijos.

-No lo se, creo que si.-Suspiró apoyándose en el pecho del pelirrosa.

-No te preocupes, todo estará bien.

-Todo no.-Se giró para encararlo.-Como le das unas tijeras a Igneel sin supervisarlo.-Golpeó su cabeza.

-Auch.-Fingió, a lo que la rubia lo volvió a golpear.-¿ Me estas castigando a mi también?

-No, tu castigo lo tendrás esta noche, cuando duermas en el sillón.

-No quieras jugar con eso pequeña.-Le susurró el pelirrosa apretándola contra él. -Ambos sabemos que no podrias pasar la noche sin mi.-Besó su cuello, y la rubiá se estremeció.

-Están mi padre y los niños.-Se separó avergonzada, a lo que Natsu se rió.- ¿Te he dicho alguna vez que eres idiota?

-Puede ser que alguna vez.-Se acercó a sus labios.-Pero yo se que así me quieres.-Ambos se fundieron en un placentero beso.

-Iugh.-Se escucho la voz del Igneel.

FIN

Mi Pequeña Bailarina (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora