(capítulo 3)

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*EDITADO*

Si ya has leído esta historia, te recomiendo volver a hacerlo, estoy editando los capítulos y añadiendo escenas extra.

¡Si te está gustando la historia deja tu voto, no cuesta nada y nos alenta a seguir!

***

El domingo no salió de su habitación. No quería cruzarse con su padre, en sus casi 22 años de vida nunca había hecho nada que pudiese enfadarlo, así que la idea de escaparse por las noches con un desconocido para ir a bailar le resultaba tanto excitante como aterrador a partes iguales.

Natsu Dragneel, ese maldito atractivo que prácticamente la había insultado la primera noche que se conocieron se había ofrecido a ayudarla con su problema.

A menos que  decidiera no cumplir con su palabra. Es decir nadie le aseguraba que fuese a venir, ni si quiera eran amigos, ¿Por qué cumpliría con su parte del trato?

Le había dado su teléfono, o al menos el que se suponía que era su teléfono para llamarlo cuando tuviese que ir a por ella.

Estaba nerviosa, ¿Y si nadie respondía?

Dejó su móvil lo más apartado posible intentando alejar esos pensamientos. Su barriga rugía pero no quería bajar y encontrarse a su padre en el comedor.

No fue hasta las 3 que decidió que era el momento seguro para bajar, comió los restos de la comida que habían dejado los cocineros y volvió a su habitación. Revisó sus mensajes una vez en la seguridad de su cuarto. Minerva y Yukino no paraban de hablar de lo que se pondrían en la graduación, y quien sería su pareja en el baile de fin de curso. Los ignoró, no estaba de humor para contestarles.

Pov Natsu

Levy seguía enfadada con Gajeel y conmigo. Incluso después de haber conseguido que la rubia le pidiera disculpas y se pusieran a llorar en mitad de la calle. 

A veces odiaba que mis impulsos dominaran todos mis actos, ahora iba a ser el chófer de esa preciosa cría. Pero un trato era un trato.

Cerré los ojos recordando como se movía por aquel escenario, se me puso dura al instante. Ese pequeño cuerpo metido en esa tela que se pegaba a todo su ser era sencillamente perfecto. Odiaba que todas esas malcriadas fueran tan bonitas. Sobretodo ella, con su pelo rubio y sus ojos chocolate...

Salí de mi trance al escuchar como entraban en el comedor.

- Ya estás duro otra vez, amor, ¿quieres una segunda ronda?- La chica desnuda frente a mi se acercó como si fuese una gatita.

- No, vístete y lárgate. Cierra la puerta al salir.- Le contesté dispuesto a ir a la ducha, la chica, la cual ni siquiera recordaba su nombre, me miró indignada, recogió sus cosas y se fue. Puse los ojos en blanco, no entendía por qué actuaban así si de ante mano ya sabían a lo que venían. No era de quedarme en la cama hablando de cursilerías y desayunando entre besos, a decir verdad, ni siquiera me molestaba en llevarlas a la cama, en la pared o en el sofá podía hacer lo mismo.

El agua caliente relajó mis músculos.Me alisté y fui a trabajar.

Fueron las 10:48 cuando mi teléfono sonó. Cogí el teléfono y lo descolgué esperando a que deberán algo en el otro lado.

-¿H-Hola?- Sonó por el comunicador, sonreí de medio lado. Parecía tan nerviosa.

-Hola nena, ¿paso a por ti?- Pregunté, noté como soltaba un suspiro de alivio.

Mi Pequeña Bailarina (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora