Capítulo 4

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POV'S LUPO

Cuando acaba la clase, antes de ir al recreo, decido ir hablar sobre una cosa con el director, él es lo mismo que yo, pero él no sabe que yo conozco su verdadera identidad. Es un alfa de una de las manadas más importantes de Roma, me interesa tanto entrar en su manada ya que un lobo solitario no aguanta mucho en el mundo ya que somos presa fácil, y yo no elegí ser un omega, me forzaron a ser uno. Después de tanta investigación y la respuesta estaba delante de mi todo el rato, mi director de la universidad.

Al llegar a la puerta del despacho del director, dudo en si lo que voy a hacer es lo correcto o puedo acabar de muy mala manera... Decido picar levemente la puerta, la simple presencia de un alfa me hace achantar ya que influyen una intimidación muy potente

-Adelante- dice Leonardo – Ah, hola Lupo, ¿en que puedo ayudarte? – añade cuando me ve entrar

-Tenemos que hablar de cosas serias- digo con un ligero temblor en la voz

- ¿De qué se trata? - me pregunta mirándome fijamente – ¿Has tenido algún problema con alguien en concreto? – añade

Me cuesta mucho hablar, es como si mi lobo interior me estuviera avisando de que es mala idea...

-Sé tú secreto- digo de sopetón

Observo la cara de incredulidad que pone, su pulso acelera y carraspea

- ¿Como? - me dice serio – Yo no teng...

-Eres como yo, un hombre lobo- le interrumpo

Abre sus ojos como platos, e inmediatamente sus ojos se iluminan de un color rojo sangre, mi lobo interior quiere escapar de aquí de todas maneras. Deduzco que, a respuesta de estos ojos, los míos se iluminan de un color azul cian y agacho la cabeza

- ¿Y qué quieres? - me pregunta aun con los ojos rojos

- Solo quiero una manada, llevo dos años yo solo y esto me está matando por dentro- le digo sacando fuerzas para mírale a los ojos

-Si estás solo es por algo ¿no? - me pregunta – ¿Te han desterrado de otra manada?

Niego con la cabeza y trago saliva, mis manos empiezan a sudar.

-Mi familia, murió hace dos años, por culpa de los cazadores...- empiezo a explicar con la cabeza agachada - Desde entonces estoy solo- añado

Se queda un minuto callado, examinándome con la mirada, se levanta de la silla y se pone a mirar por la ventana que da al campo de fútbol

- ¿De qué me sirve a mí un omega? – me pregunta – ¿Qué proporcionarías tu a la manada? - añade antes de que pueda contestar

Esta pregunta me pilla desprevenido, pero todos estos años con mi familia hemos estado todos y cada uno de los integrantes trabajando y entrenando codo con codo, tengo aptitudes para estar en una manada, de eso no lo dudo.

-Nunca había pensado en eso, yo soy muy bueno en el combate cuerpo a cuerpo, puedo estar de guardia toda la noche si hace falta, con mi familia entrenábamos todo y trabajábamos en ello, no te defraudaré, te lo prometo- le digo decidido, y mirándolo fijamente.

-Te acepto como miembro de la manada, pero estás en prueba, cualquier descuido y fuera- me dice girándose para mírame fijamente a los ojos

-Muchísimas gracias, no te defraudaré- le digo con una sonrisa

Después de todo esto, decido ir a la cafetería, tengo que hablar con Charlesse ya que he sido un completo idiota con ella. Al llegar a la cafetería lo que veo es a Michelangelo y Giulia sentados con Charlesse riéndose a carcajadas. Cuando la nueva me ve se pone seria, se que Michelangelo ha intentado arreglar mi cagada ya que es mi mejor amigo y mi fiel compañero a la hora de ligar con una chica, me acerco a la mesa para llamar la atención de la peli castaña.

Embarazada de un Hombre lobo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora