II

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Joel puede sentir el calor expandiéndose en su cuerpo mientras su hermano aún lo mira con súplica.

Sabe que es realmente muy malo pensar de esa manera, pero su cerebro está nublado por el olor de Erick, y la seguridad de que él quiere que lo tome.

—Desnúdate —susurra su lobo porque está vez sus instintos han ganado y tiene también la necesidad de aparearse.

Casi tanto como Erick.

El menor retrocede un poco, y lo hace rápido, mientras observa como el alfa se quita también el pijama que trae puesto.

Al ver su gran pene afuera, Erick ronronea complacido, y se acuesta cerca de las almohadas, abriendo sus piernas húmedas.

Su agujero se ha empezado a lubricar naturalmente, apenas olió a Joel al despertar, así que está bastante listo para él.

Tiene tantas ganas de ser de su hermano, que le ha sorprendido a sí mismo que su cuerpo le grite que ese es su alfa.

Los ojos de Joel se ven más encendidos, cuando agarra sus caderas para acomodarlo, y Erick tiembla con necesidad esperando ansioso que entre.

Un jadeo profundo se escucha cuando el Omega siente la cabeza de la polla del mayor presionando contra su agujero apretado.

Joel sabe que su hermano nunca ha estado con nadie y por un corto instante se siente reconfortado por la idea de hacerlo suyo para siempre y que nadie más lo pueda tener.

Frota su glande suavemente desesperándolo, hasta que lloriquea tratando de tomar el control.

—Joel, por favor —le pide arañando las sábanas.

El Alfa cierra los ojos por el placer, deslizándose en su interior, tan húmedo y caliente que incluso debe detenerse ahí, tratando de recuperar el aliento.

Erick se arquea soltando un gemido largo y la mirada que le da apenas vuelve a mirarlo a la cara, es de una súplica silenciosa para que continúe.

Un gruñido sale del mayor cuando empieza a moverse adentro, sintiéndolo más suyo en cada nueva y lenta embestida.

Poseer a Erick no solo esa noche es un pensamiento que vuelve a llegar, quizás dándole a entender que su hermano es su Omega.

El rizado ve como el menor se retuerce bajo su cuerpo mordiendo su labio inferior, y es la imagen más excitante que hubiera podido imaginar.

Coloca un brazo al lado de la cabeza de Erick, y le abre más la pierna del lado contrario con la otra para empezar a cogérselo en serio, más duro.

La cama se sacude en cada golpe y se siente tan bien que el Omega se corre, disparando su semen entre sus cuerpos.

Joel mira satisfecho su rostro sonrojado y solo lo anima a intensificar sus movimientos, que continúan logrando hacer gemir fuerte al ojiverde.

Eso es todo lo que Erick había estado necesitando.

Aún quiere más.

Tal vez, quiere todo de Joel.

Su mano sosteniendo su pierna salvajemente y la buena vista que tiene de esa gran polla penetrándolo.

El menor sube la mirada ya con lágrimas en los ojos, que están ahí porque le quema de una manera deliciosa.

—Eres muy bueno —dice tan lento que el Alfa lo entiende como otra provocación.

Lo mira a los ojos y acelera respirando con dificultad.

Muy rápido y profundo.

—Voy a salir —susurra al sentir que su orgasmo está cerca y es complicado para él, porque su lobo desea mucho dejar todo su semen ahí.

—¡No! —suelta en un grito natural el Omega, desesperado por mantenerlo adentro— lléname, Joey.

El menor quiere sentir como termina bien con lo que están haciendo, quiere su nudo adentro expandiéndolo e incluso imagina lo bonito que sería tener cachorros de él.

Demasiadas sensaciones que probablemente sean causadas porque la pequeña parte racional de su cerebro ya no tiene el control.

El Alfa quiere resistirse a lo que le pide, pero no es capaz de hacerlo, sus instintos necesitan poseerlo por completo, hacerlo tan suyo como le sea posible.

Presiona más fuerte anudándolo y el Omega termina de abrirse aún más, recibiéndolo todo con los dedos hundidos en la cama.

La sensación de su esperma dentro de su cuerpo lo hace sentir completo con el nudo presionando profundamente su interior.

Joel se acuesta con cuidado, manteniéndose unidos y respira profundo acariciando su rostro, tiene muchas cosas que decirle, pero prefiere estar en silencio un poco más.

12 horas || Joerick || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora