- ¡HOLA! DIOS, ¿NO ESTÁS NERVIOSO? Yo estoy super nerviosa, sabes que tengo miedo a las alturas, ¿y si nos caemos? Ay dios, ¿y si explota? -Saludé a Marcos con el aliento entrecortado de haber corrido hace unos segundos.
- Hola Elsa, si, yo tambien he dormido bien, gracias por preocuparte.
- Lo sientoooooo, pero es que estoy muy nerviosa.- Puse mi mejor sonrisa y me apoyé en el taxi a esperar a Ana al igual que hacía mi mejor amigo.
Ana siempre tardaba muchisimo en ir a cualquier sitio, nunca es puntual, pero eso también le hace perfecta, vale eso no tiene sentido. Pero aún así la quiero mucho.
- ¿Quieres relajarte? No nos va a pasar nada y si pasa algo ya llamo yo a mi unicornio con alas para que nos salve.- Me miró a los ojos directamente y nos echamos a reir como unos locos.
- Idiota.- Dije sin dejar de reirme.
- Pero me adoras.
- Demasiada fe tienes, creo yo.- Desvié la mirada hacía la derecha intentando encontrar a Ana, ya eran las 8:06, ¿donde se había metido está chica?
- Pero yo si te adoro.- Me hizo un puchero de cachorrito y yo solté una carcajada dándole un beso rápido en la mejilla. Que tonto es, pero aún así le quiero.
- ¡POR FIN! Tia, ¿donde te habías metido?- Saludé a Ana con dos besos que venía sofocada con tanta maleta.
- Ehhh..yo... anoche me quedé con el movil y he tenido que hacer la maleta esta mañana. He venido lo más rápido posible. ¿Qué hora es?.- Respondió con un tono de nerviosismo y una sonrisa de disculpa en la cara.
- Son las ocho y diez tontita, buenos dias, anda subir ya al taxi- Dijo Marcos dandole dos besos a Ana mientras nos empujaba hacia el taxi y subiamos.
Llegámos al aeropuerto y tengo que decir que no teniamos ni idea de donde ir.
- ¿Por qué coño esto es tan grande?- Dije buscando alguna señal que nos indicará donde ir, al igual que hacían mis mejores amigos.
Encontramos a un guardia de seguridad y nos acercamos a preguntar, nos indico el camino y corrimos hacia la puerta de embarque. Tuvimos que pasar seguridad, facturar maletas...y todas esas mierdas de aeropuertos, para nuestra gran suerte íbamos tarde gracias a la castaña de Ana.
Por fin subimos al avión y nos sentamos en nuestros sitios correspondientes, Ana en el pasillo, Marcos en el medio y yo en la ventana.
Me sudaban las manos, nunca había viajado en avión y con mi miedo a las alturas no mejoraba la situación.
La azafata dio la orden de abrocharnos los cinturones y el bicho volador se puso en marcha.
Cogi un chicle de bolsillo para que no se me taponaran los oídos.
- ¿Estas nerviosa Elsa?- Me dijo Ana mirándome desde su asiento con Marcos entremedias.
-No, no, no, que va, estoy genial, super tranquila sobre todo, dios mio que despegue YA, ¿por qué tarda tanto? ayy...- Ana soltó una carcajada y le susurró a Marcos "Dale la mano para que se tranquilice", pero pude oirlo perfectamente.
Marcos hizo lo que Ana le había dicho y me dio la mano.
-Tranquila, ya te dije que iré a por el unicornio. - Me susurró Marcos, solté una carcajada y el avión despegaba.
No dije nada, solo permanecí en silencio. Los dos empezaron a reirse de mi cara de asustada, idiotas.
Estaba cagada, ¿por qué coño hace tanto ruido el avión?.
Por fin ya nos encontrabamos en posición recta y nos dirijiamos a Miami.
Tengo unas ganas increíbles de llegar.
***
- Psssss!! Elsaaa.
- Elsaaaaaa!! Imbecil que ya hemos llegadoooo.
- Niñaaaaa, despierta yaaa!!
- Pero Marcos, quitale los cascos.
-Ah, es verdad... - Note que daban un tiron al auricular de mi oido izquierdo, pero no quise abrir los ojos, quería dormir ¿vale?
- No se despierta Anaaaa.
- Espera, dejame probar con esto. CHOCOLATEEE!! CHOCOLATE GRATIS!!
- ¡¿DONDE DONDEEE?! - Gritamos a coro Marcos y yo.
- Aleluyaaa!! Se despertoo, venga vamonos que nos van a echar a patadas de aquí y... ESTAMOS EN MIAMI!!!!
- Si si perfecto, pero...¿dónde está el chocolate gratis? - Pregunté mientras saliamos del avión.
- Tontita, no hay chocolate gratis. - Ana se empezó a reir en mi cara, que cabrona...yo quería chocolate.
Jodeeeer!!! Que calor, Miami no es España, no, no lo es, aqui parece que hace mas calor. Pero todo era muy soleado, no había ni una sola nube en el cielo y a los alrededores del aeropuerto se encontraban hermosas palmeras.
Caminábamos por los calurosos pasillos del aeropuerto, salimos de aquel sitio y pude sentir el calor chocar contra mi cara.
- Que calor...- Dijo Marcos secándose el sudor de la frente.
- Ni que lo jures...el chocolate se habría derretido.- Respondió Ana con una sonrisa en la cara.
- ¿A es que entonces no hay chocolate? - Marcos hizo un puchero. Solté una carcajada.
- Ojala...pero Ana es muy cabrona.
Hizimos un par de bromas más y buscamos el aparcamiento de taxis.
Nos llevaron hasta el hotel, que...joder, menudo hotel. Tenia cinco estrellas y estaba justo en frente de la playa, era muy glamuroso, por decirlo así.
Fuimos a recepción y pedimos nuestra habitación, subimos a la cuarta planta buscando el número 446.
-Esto es impresionante Marcos...- Dije asombrada por el perfecto hotel.
- Te daré todo el chocolate que quieras si prometes que volverenos a venir... - Dijo Ana con el mismo asombro que yo.
- Denada mujereees!! Os lo merecéis por ser las mejores. Que gay ha sonadoooo. -Respondió empezando a dar saltitos por todo el pasillo, Ana y yo le seguims saltando como unas locas.
Echamos unas risas y por fin encontramos nuestra habitación, entramos y...era la ostia!! pantalla plana, dos camas de matrimonio, un aseo con una ducha con radio, todo muy moderno...
-Joder... esto es la ostia. -Dijimos Ana y yo a coro asombradas por el lugar donde dormiriamos las próximas tres semanas.
***
Jejeje... he tardado como meses y meses y meses en subir, a partir de ahora subiré mas a menudo y ya se que esté capítulo es una mierda, pero los siguientes serán mejores, prometido.
xoxo, angyy:)
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El idiota que me enamoro
Teen FictionElsa Sánchez, chica de 17 años, toca la guitarra eléctrica, rubia de ojos verdes, se podría decir que no es muy popular en la escuela pero tiene a sus amigos. Con ellos disfruta su último verano antes de ir a la universidad, en Miami, donde se rencu...