La habitación era preciosa y muy amplia, entraba una perfecta luz solar por la ventana situada a la izquierda de las camas, se podía ver una imagen de la soleada playa de Miami, era perfecto.
- Bueno, espero que os haya gustado y esas chorradas, denada ya sé que soy el mejor pero no quiero que esteis todas las vacaciones dándome las gracias, quiero que disfrutemos ¿vale? - Dijo Marcos colocando todas las maletas en el armario.
- No si disfrutar si que vamos a disfrutar...- Comenté dejando mi movil y mi ipod en una mesita al lado de mi cama.
- Eso esta hecho Marcos, ¿qué hacemos ahora? - Preguntó Ana.
- Estamos en MIAMI chicas, vamonos a comer al buffet y después improvisaremos, como todo el mundo hace en las vacaciones. - Marcos nos abrió la puerta de la habitación invitándonos a salir fuera.
- Nadie improvisa cuando se va de vacaciones Marcos...solo que tu eres especial. -Dije pulsando el botón llamando al ancensor.
Bajamos al buffet y cogimos una mesa de cuatro al lado de la ventana pudiendo contemplar el mar.
Nos inflamos a comida, somos unos gordos, la comida estaba muy bien, demasiado bien diria yo.
Todavía pienso si encontraré al amor de mi vida, si, soy una cursi que cree en el amor pero que a la vez me da asco porque siempre acabas dolido.
Hace tiempo que un chico llamado Leo me rompió el corazón, eramos mejores amigos y el quería ser algo más, ami me parecía bien ya que confiaba en él, estubimos todo un año perfectos hasta que le pillé enrrollandose con otra, yo le quería de verdad y pensaba que el a mi tambien, pero bien me demostró que mis pensamientos eran erroneos. Intentó explicarme que todo era un malentendido, como una tonta me lo creí hasta que su mejor amigo (Daniel) me enseñó una foto de él, enrrollandose de nuevo con la misma chica.
Me rompió el corazón no una, dos veces. Por suerte se tuvo que mudar a Inglaterra por trabajo de su padre y no lo he vuelto a ver, ni quiero.
Prefiero olvidarme de el y disfrutar de estas vacaciones con mis mejores amigos que ahora mismo charlaban animadamente y comían como cerdos a mi lado.
- Entonces...¿qué haremos está tarde? - Preguntaba Ana mientras comía un trozo de su tarta de chocolate, ya ibamos por el postre.
- ¡PLAYA! - Gritamos Marcos y yo a coro. Algunas de las personas que teniamos cerca nos miraron por haber gritado.
- Tengo unas ganas impresionantes de ir a la playa, por fi, por fi, por fi, por fi. - Dije comiéndome mi helado de chocolate blanco.
- Que si que si, iremos a la playa. - Afirmó Marcos comiéndose un trozo de su manzana roja.
- Genial, oye Marcos decías que querías chocolate y después vas y te cojes una manzana. - Ana miró a la manzana de Marcos insinuando que nosotras habiamos cogido chocolate, tanto como en la tarta como en el helado.
- Si bueno esque se me quitaron las ganas del chocolate, además el vuestro no es gratis. Hay mucha diferencia. - Respondió Marcos dándole un grande mordisco a su manzana.
- Marcos. - Lo llamé haciendo que me mirará.
- ¿Si?
- Eres bipolar. - Dije soltando una carcajada junto a Ana.
- Oye oye oyeeeee. - Dijo quejándose de mi comentario.
- Oigo oigo oigooooo. - Seguía riéndome con Ana del bipolar de Marcos.
- Que yo no soy bipolar, solo cambió de idea muy rápidamente ¿vale? - Marcos hizo un puchero.
- Marcos.- Lo llamó Ana.
- ¿Si? - Respondió este mirándola y yo aguantandome la risa.
- Eso es ser bipolar. - Soltó Ana mientras a la vez echábamos a carcajadas juntas.
- Me hacéis bullying. - Hizo un puchero y seguimos bromeando hasta que terminamos nuestros postres y subimos a la habitación a cambiarnos.
Era un chico pero no teníamos problemas en cambiarnos delante suya, nos conocíamos de siempre y ya nos había visto desnundas un par de veces, como nosotras a él también.
Me puse un bikini de color azul celeste ya que ese color era mi favorito y le venía muy bien a mi rubio cabello. Era sencillo, no tenia nada en especial, sinceramente no me gusta llamar la atención.
Ana llevaba también un bikini pero el suyo en cambio, tenia mosaicos con muchos diferente colores, tenia varios volantes en la parte de arriba. Era muy llamativo. Con diferencia ami, a ella si le gusta llamar la atención.
Marcos se puso un bañador normal como cualquier chico se pondría en color rojo.
Cogimos una bolsa de playa con las toallas, un poco de comida, nuestros móviles con música y yo era la única que llevaba un libro. A ellos les gustaba más la fiesta que a mi, yo soy mas de leer y esas cosas "aburridas" como las llama mucha gente, pero a mi me encanta.
Ahora mismo echaba de menos mi guitarra, echo de menos tocarla y nisiquiera llevo un día aquí. Me pregunto si aguantaré tres semanas.
Seguro que si...
Llegamos a la playa y buscamos un sitio en el que no ubiera mucha gente, por suerte encontramos uno después de habernos recorrido media parte de la costa. Teniamos al lado un alto precipitó del que la gente saltaba animadamente pero nosotros estábamos abajo, frente al mar. A nuestra izquierda teníamos a otro grupo de amigos por lo que parecía. Estaban sentados conversando mientras comían una sabrosa bolsa de patatas bastante apetecible.
Habían dos chicas, una tenia el pelo azul y la otra negro. Llevaban bikinis a juego de mosaicos negros y blancos.
Luego habían otros dos chicos, uno era castaño bastante claro, casi rubio y el otro de color verde. Parecían divertirse.
Nos tumbamos sobre las toallas y nos echamos crema unos a los otros. Ana a mi izquierda y Marcos a mi derecha, estábamos disfrutando del sol chocar contra nuestra piel.
- ¿No queréis ir a daros un bañito? - Preguntó Marcos.
- Mmmm...de momento no. - Respondí cerrando los ojos disfrutando del sol.
Ana no contesto porque estaba metida en el mundo de su móvil.
- Ana, ¿algún día nos dirás con quién hablas? - Le pregunté sin mirarla.
- Mmmm...creo que no. - Dijo soltando una carcajada a la que Marcos y resoplamos.
- Venga ya, ¿enserio? por fiiiiii, cuentaloooo, somos tus mejores amigooos, por fii.- Dijo Marcos mientras nos acercábamos a ella haciendo pucheros.
- No. - Respondió Ana subiendo la cabeza en son de reina.
- Pues si no...atacará el señorquillas. - La amenaze acercándome más a ella.
Marcos y yo le lanzamos miradas asesinas. Alzando las cejas.
- ¿Quién es ese..?
Empezamos a hacerle cosquillas, ella nunca podría resistirse a eso, gritaba, pataleaba...y nos pedía que paráramos.
- ¡YAAA! ¡¡¡¡PARAAR!!!! SABEÍS QUE NO LAS AGUANTO. - Reía y reía sin parar.
- No hasta que nos lo cuentes. - Dijo Marcos sin dejar de hacerle cosquillas.
-Ya estás tardando guapa. - Le dije mirándola como una loca sicópata.
- ¡¡¡PARAR YA POR FAVOR!!! - Ser reía muy fuerte y alto.
El grupo de amigos que teníamos al lado nos miraba como preguntándose que le estaríamos haciendo la probe.
El chico del pelo verde, nos miraba atentamente, le dijo algo que no oí a sus amigos y se acercó a nosotros.
Paramos de hacerle cosquillas a Ana esperando a que aquel chico dijiera algo, pero nada. Ana se quedó mirándolo muy atentamente sorprendida.
Y al fin hablo.
- Habla conmigo, no le hagáis mas cosquillas la vais a matar.
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El idiota que me enamoro
Teen FictionElsa Sánchez, chica de 17 años, toca la guitarra eléctrica, rubia de ojos verdes, se podría decir que no es muy popular en la escuela pero tiene a sus amigos. Con ellos disfruta su último verano antes de ir a la universidad, en Miami, donde se rencu...