Entrecierro los ojos confusa y miro a mi alrededor, noto pinchazos en la cabeza y todo me da vueltas, encima mío hay una potente luz blanca típica de las consultas, que me enborrona la visión.Tardo un rato en acostumbrarme a la luz, y cuando por fin lo hago me doy cuenta que estoy en la habitación de un hospital. Todo a mi alrededor es blanco, tanto que duele a la vista, y en la habitación solo está la camilla donde estoy tumbada y una pequeña ventana.
Parece como si nadie hubiera vivido allí nunca.Me detengo a mirar mi mano, y me dio cuenta de que tengo unas vías envueltas en blancas vendas y me las quito ágilmente.
Me miro el torso, donde note la bala, pero no hay rastro de la herida, nada, como si nunca hubiera pasado, me incorporo un tanto confusa, y en seguida me invadé un dolor intenso en la cabeza, pero al final consigo ponerme en pie y salgo de la habitación en busca de alguien que pueda ayudarme.Los pasillos son tan blancos como la habitación, y las luces del techo parpadean inquietantemente, tanto la instalación como el edificio en sí parecen bastante antiguos, y algunas grietas asoman por las desgastadas paredes.
Llegó hasta una sala que antiguamente debería haber sido la secretaria, pero no había ni rastro de nadie.
Comencé a asustarme, y alterada, empecé a recorrer el hospital entero, en cada habitación que entraba y en cada sala que examinaba, sentía como mis esperanzas menguaban y el terror se apoderaba de mí.
El hospital era algo grande, y con todos mis esfuerzos, me lo recorrí entero, pero aparte de mi, aquello estaba desierto, y el único rastro de vida que encontré fue una rata que me pareció avistar y que desapareció por una de las grietas de la pared.
Desesperada y asustada, salí al exterior a probar suerte, y lo que ví me dejó horrorizada, todo se derrumbava a mi alrededor, los edificios eran todos grises, y la mayoría estaban derruidos, viejos o agrietados, una especie de polvo tornaba el cielo en una masa marrón, y en el suelo había un montón de restos de tuberías, ladrillos y toda clase de objetos, todos rotos o estropeados.
A lo lejos lo único que se veía eran más edificios en ruinas, y también, en la lejanía, se podía distinguir lo que parecía ser una gran muralla que lo rodeaba todo. Estaba atrapada, sola y ni siquiera sabía donde me encontraba o como había llegado allí.
Recorrí un gran trecho con dificultad entre aquellos polvorientos escombros grises , pero no encontré nada ni a nadie que pudiera ayudarme.
Al final, resignada y cansada, decidí detenerme. Después de un largo paseo sin éxito, vi una especie de supermercado, tenía un rotulo de letras neón que parpadeaba y echaba chispas, el local tenía un trozo de edificio encima, que había hecho que el techo bajará un poco, pero el edificio se mantenía y parecía estable, al menos de momento.
Entré cautelosamente, los pasillos estaban desiertos , cosa que no me extraño lo más mínimo. Mire los productos, la mayoría deberían estar caducados, pero tenía tanta hambre y sed que no me importo, me sentía cansada y el cuerpo me pesaba muchísimo más de lo habitual, era como si hubiera pasado días dormida sin comer nada.
Después de haber llenado un poco el hambre, cogí comida suficiente para pasar unos cuantos días, y la guarde en una mochila que encontré también allí.
Decidí instalarme cerca para tener siempre comida, y comencé a buscar un lugar para dormir, ya que estaba empezando a oscurecer.Estaba examinando uno de los edificios cuando me pareció oír unos gritos pidiendo auxilio dentro de uno de los miles edificios derruidos que constituían aquel devastador paisaje.
Rápidamente me apresure a adentrarme siguiendo la dirección de los gritos, hasta llegar a una sala con el techo completamente derribado.Allí vi a una niña, a simple vista me pareció que tendría unos 10 años. Tenía toda la cara llena de polvo y suciedad, un rojizo pelo enrollado en dos pequeños moños y unos grandes y llorosos ojos rosados.
-¡¡Ayuda!! ¡¡Mamaa!! ¡¡Socorroo!! ¡¡¡Me duele!!!- chillaba la niña con histeria.
-¡¡Ya voy!! ¡¡No te muevas!! ¡Si se derrumban los escombros encima de ti no habrá manera de sacarte! - le decía yo para hacerla entrar en razón.
- ¡¡Ayúdame por favor!! ¡¡Quiero volver con mi mama!!- Sollozaba la niñita a grito pelado.
Me fui acercando a ella poco a poco, intentando evitar cualquier movimiento brusco que pudiera desencadenar cualquier derrumbamiento de los restos del techo bajo los que se encontraba la pequeña.
Poco a poco, fui sacando las piedras más pequeñas, continuando por las más grandes y pesadas, y pedazo a pedazo, fui desenterrando y liberando a la niña.
Cuando por fin quedó libre, la ayude a ponerse en pie y a recuperarse del susto. Ella fue recuperando el aliento y volviendo a la calma.
-¿Como te llamas pequeña? - le pregunte con el tono más suave y dulce que pude.
- Me llamo Andrea - dijo aún con la voz rota por culpa de la presión y estrés que había estado soportando todo aquel rato.
- ¿Sabes como has llegado hasta aquí Andrea?- le pregunté con la esperanza de encontrar explicaciones válidas de toda aquella situación que aún no lograba comprender por mucho que lo intentara.
-No, no sé ni dónde estamos- Respondió la niña con total sinceridad, dejando mostrar su rostro de preocupación y incertidumbre.
Entendí entonces que ella estaba tan perdida como yo, en medio de todos esos escombros,sin una mínima idea de que hacíamos allí, ni de que debíamos hacer de ahora en adelante.
Fue anocheciendo, y decidimos buscar un refugio donde pasar la noche. Finalmente, encontramos una pequeña casita que parecía bastante estable, cogimos un par de sabanas y restos de telas que pudimos encontrar, y nos acomodamos de la mejor manera que pudimos. Ambas caímos en un sueño profundo rápidamente, debido al cansancio de haber levantado aquellas pesadas piedras.
Y esa fue nuestra primera noche allí, en aquella ciudad en ruinas, de la que no sabíamos nada y de la que no teníamos ni idea de cómo habíamos llegado ni cuál era nuestro objetivo allí.
Durante toda la noche estuve dándole vueltas y más vueltas en la cabeza sobre todo aquello, pero no conseguía tener ninguna deducción clara, hasta que al final el cansancio fue más fuerte y caí rendida en un profundo sueño.
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Second Chance
Teen Fiction¿Alguna vez has pensado en empezar desde cero? ¿En volver tiempo atrás para rectificar tus errores? ¿Que pasa si has hecho algo por lo que te arrepentirás el resto de tu vida y te ofrecen una oportunidad para empezar de nuevo? ¿Aceptarías? Y....que...