Me despierto algo desorientada, miro a mi alrededor, estoy tumabada en las incómodas sillas de la sala de espera de comisaría envuelta con una enorme manta.
Me froto la cabeza e intento ordenar las ideas en mi cabeza, recordar todo lo que había pasado con mi madre y aquellos hombres. Realmente no estaba segura de nada.
Al rato entra la secretaria a la sala.-Hola cariño, ya te has despertado? - me pregunta con dulzura. - Cuando te sientas mejor podrás hablar con el comisario, ya han ido a tu casa a investigar, pero quieren tu testimonio. Pero antes bebe un poco de agua, te sentará bien.
Asiento levemente, cojo el vaso de agua que me tiende, doy un trago y tras un gran esfuerzo consigo levantarme y dirigirme al despacho del comisario.
Cuando entro todo esta oscuro salvo por una leve luz que desprende una lámpara de mesa, el comisario está sentado tras su escritorio en un cómodo sillón, y me ofrece asiento en una pequeña silla que hay frente a él.
-Alice ¿cierto? - dice revisando unos informes que hay sobre la mesa.
Me limito a asentir mientras trago saliva.
-De acuerdo, no se si ya te lo habrán mencionado, pero ayer fuimos a investigar a tu casa. - asiento y me incorporo en el asiento - Desgraciadamente no encontramos a los culpables, pero nos complace anunciar que no se llevaron nada, ya que la policía intervino a tiempo. Y vamos a investigar a fondo hasta encontrar a los responsables de esto. Lamentablemente no pudimos hacer nada por tu madre. Mi más sentido pésame.
Me quedo helada. ¿¡Realmente, había pasado todo aquello?! Como podía ser posible que hubiera empezado el día como cualquier otro y de repente, sin siquiera un explicación, todo se hubiera desmoronado ante mis pies.
No lograba entender nada de todo aquello, y resignada y con las lágrimas en los ojos, digo desesperada...
-¿Y ya está? ¿¡No me pueden dar si quiera una explicación para todo esto?! ¿Se supone que debo seguir con mi vida como si nada?-Alice, si necesitas ayuda puedes acudir a nosotros, y te podemos dar cita con un psicólogo para tratar todo esto... - dice alargando el brazo para tocarme la temblorosa mano. -En cuanto a tu mantenimiento, debes saber que en estos casos hay dos opciones, o bien, llevarte a un centro de adopción, y ponerte bajo la tutela de alguna familia hasta que seas mayor de edad, o bien, podemos enviarte a casa de algún familiar.-prosiguió el comisario. - Aún que conociendo tu situación diaria, sabemos que serías capaz de cuidar-te sola, según dicta la ley , se te debe poner a los menores bajo el mandato de un mentor. Si pudieras facilitarnos el contacto de algún familiar cercano...sería de gran ayuda.
-No creo que sea necesario comisario-digo apartando la mirada e intentando esbozar una sonrisa. -Pues da la casualidad de que dentro de una semana y media cumplo los 18. Y ahora si me disculpa ha sido un día muy largo... - añado señalando la puerta del despacho con la cabeza.
-Espera, en ese caso, te quedarás bajo vigilancia de algún agente de policía hasta tu cumpleaños.- afirma el hombre insistente.-Como sea, necesito descansar, puedo ir a casa de una amiga? Solo será por esta noche, creo que aún tengo muchas cosas que asimilar, y estar en casa no me ayudaría mucho a aclarar la mente.
El comisario asiente comprensivo, yo me levanto de la silla y me voy, todo lo que quiero en este momento es estar sola.
Cuando llego a la entrada de la comisaría veo a un joven inglés discutiendo con la secretaria.
-¡Porfavor déjeme entrar! ¡Necesito verla! - grita Phipil desesperado.
-Lo lamento joven, pero tendrá que esperar a que salga... - dice la temblorosa y dudosa señora.
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Second Chance
Novela Juvenil¿Alguna vez has pensado en empezar desde cero? ¿En volver tiempo atrás para rectificar tus errores? ¿Que pasa si has hecho algo por lo que te arrepentirás el resto de tu vida y te ofrecen una oportunidad para empezar de nuevo? ¿Aceptarías? Y....que...