mis pensamientos

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Me quedé media hora más por el recinto y luego enrumbé camino a mi casa.

Veía las mismas casas, siempre con las mismas preguntas: ¿Me conocerán?, ¿Cómo será por dentro?, ¿Habrá alguna chica guapa ahí?, ¿Serán amigables?, entre otras que seguirán sin respuesta alguna.

Sin embargo, mi rutina diaria fue interrumpida, no podía pensar en otra situación que no fuese aquella que duró poco menos de 30 segundos.

Seguí caminando con mis pensamientos, pero ya a una cuadra de mi casa, mi mente me puso un nombre que no debía olvidar, era Jared, la chica que seguía amando, pero que no veía hace más de un año.

No me sorprendió que ello pasara, ya que aún le hablaba, no todos los días, pero seguía comunicándome con ella por el dichoso Messenger.

Llegué a mi casa, subí los escalones algo ya desgastados por los años, escuché una discusión que no le di importancia, luego mis padres me sermonearon por lo de siempre y les respondí de manera exaltada, pensaban que nunca ayudaba en la casa. La verdad es que sí ayudo y mucho más que mis dos hermanos, solo que no se los menciono a mis padres, detesto jactarme de lo que hago y sé.

Almorcé tallarines verdes con milanesa, lavé los trastes, me cambié de ropa, y proseguí a desarrollar mis tareas...

Después de estos sucesos los próximos días, o mejor dicho la siguiente semana tenía que tomar una difícil decisión, tal vez la más difícil hasta este corto momento de mi existencia; seguir amando a Jared o buscar nuevos rumbos con Julissa.

Lunes:

Este día no lo menciono ya que sucedió la misma rutina de un colegio y en mi casa los mismos problemas de siempre.

Martes:

Me desperté temprano para ayudar a mi madre a cocinar, o más bien para intentar. Alisté mis cuadernos en mi mochila, revisé mi celular, los 10 minutos de siempre, desayuné pan con jamonada y quinua.

todo lo que tuve que pasarWhere stories live. Discover now