capitulo 1: El novio de Alejandra

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¿Alguna vez se han enamorado de su amiga? ¿Han estado indecisos en sí decirle o no lo que sienten, arriesgando perder su amistad?
Eso me sucedió a mí; me enamoré de mi amiga Alejandra.
Ella y yo somos buenos amigos desde la escuela básica. Hemos estado siempre en el mismo salón, hemos compartido buenos y malos momentos. He sido testigo de sus alegrías y su paño de lágrimas cuando las cosas le han salido mal. Siempre he estado ahí para apoyarla y sacarla adelante, lo mismo ella; ha estado en las buenas y las malas conmigo y supo sacarme de la terrible depresión tras la inmensa pena que significa perder a tu madre.

Hoy ambos tenemos 17 años y estudiamos en el mismo liceo, en el mismo curso.
¿Cuándo me di cuenta que me gustaba?
Todo comenzó en aquella fiesta en la que se celebraban los 18 años de nuestra amiga en común Sarah.
Confieso que yo no era alguien que fuera a muchas fiestas, pero ya que se trataba de la celebración de Sarah no quise faltar.
Ahí estaba Alejandra, hermosa como siempre. Me dijo que esa noche me daría una gran noticia. Por un momento pensé que se trataba de sus estudios pues anteriormente me había contado que anhelaba ir a estudiar a Estados Unidos y que estaba postulando a una beca.

Más tarde descubriría  que aquella no era la noticia.

Nunca había cruzado palabra alguna con Giovanni Cantagli, pero si había escuchado rumores; el tipo era un patán, un sujeto desagradable que se la pasaba presumiendo sus autos y los millones de sus padres quienes eran exitosos empresarios de la zona.
Cuando llegó a la fiesta no le di importancia, pero luego se acercó a Alejandra y la besó en la boca.
Aquello me sorprendió un tanto, nunca creí que mi amiga caería en las garras de un sujeto así.
Por supuesto que Alejandra había tenido otros novios antes, pero no eran tan desagradables como Giovanni quién además de ser petulante tenía fama de mujeriego y de haber roto el corazón de muchas.
No quería que mi amiga sufriera por culpa de ese idiota.
Alejandra me lo presentó como a su novio y el petulante sonreía como un idiota.
No podía permitir que ese sujeto hiciera sufrir a mi amiga.

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