Nobles y plebeyos

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Louise Françoise le Blanc de la Vallière, estaba ahí en su habitación, a punto de dormir sin éxito pues estaba demasiado alterada por lo sucedido hace unos minutos, por poco beso a su familiar y para variar no era un hombre si no más bien una mujer llamada Mikoto Misaka.

Desde que ella tenía memoria solo tres personas la trataron bien una de ellas era su hermana mayor llamada Cattleya, la segunda era la princesa Henrietta y la última persona era el conde Wardes su prometido y allí radicaba el problema de su depresión, siempre penso que su destino era vivir atormentada por las burlas de los demás.

Su padre, madre y su otra hermana eran muy duros con ella y muchas veces no le prestaban atención, para esos casos Wardes y Cattleya la consolaban y le decían "Ellos son duros contigo porque quieren un futuro bueno para ti"; desde que inicio su vida escolar los demás se alejaban de ella porque la consideraban inferior o simplemente no la notaban, y fue así durante mucho tiempo como antes en su hogar, la pequeña diferencia era bastante simple está vez no estaba el conde ni su hermana para consolarla así que tuvo que conformarse con su soledad hasta que ingreso al segundo grado de preparatoria; y el famoso ritual de invocación llegó ese día a pesar de no tener mucho tiempo de pasar estaba segura que era el momento que más marco su vida, pues fue su primer éxito mágico en toda su vida, pero a nadie parecía importarle si no que más bien se fijaron en el resultado, una plebeya.

Pensó que su vida estaba totalmente destinada al fracaso, pero aquella plebeya la cual se convirtió en su familiar era extrañamente especial de los demás pues tenía una magia que denominaba "poderes esper" un termino que Louise no llegaba a comprender del todo, por más que lo pensaba lo entendía menos, aún así está plebeya, su familiar al poco tiempo de conocerla y a pesar de que Louise le daba malos tratos se paro a defenderla por primera vez en un salón de clases ya que todos se estaban burlando de ella, Louise no razonó mucho sobre ello pues pensó "solo lo hace por lastima" pero no sé deprimió pues ya estaba bastante acostumbrada a las burlas.

Nunca pensó que está plebeya de otro mundo arriesgaría su propia vida para salvarla, y no solo eso sí no que también la reconoció algo que solo tres personas en toda su vida habían hecho y ahora ella también se sumaba a la lista, todo iba de maravilla tanto que pensó en comprarle un lindo vestido a su familiar e invitarla a al baile hecho para las cuatro chicas que en conjunto capturaron a Fouquet, "nada podía salir mal" eso pensaba pero se equivocó pues desde el momento que pensó en pedirle que bailara con ella sabía que algo andaba mal no fue hasta el momento en que casi se besan que lo entendió, cometía un error, Louise no podía comenzar a sentir algo más que no fuera cariño o amistad hacia Mikoto después de todo a ella y a Louise no le gustaban las chicas ¿Verdad?, eso era bastante raro a su parecer, y solo tan solo si Louise lo aceptará suponiendo que lo que comenzará a sentir rebasara a la amistad, estaba el problema de su compromiso con Wardes el hombre que en su niñez amo.

Ahí estaba fingiendo dormir mientras tenía un mar de emociones por dentro, escuchando como Mikoto se cambiaba el vestido que le regaló y lo guardaba en el armario después se colocó su tan infantil pijama de anfibios para el punto de vista de Louise y se acostó en su cama de heno sin antes acercarse a ella y decirle "lo siento mucho Louise", pensando que ya estaba dormida, a la joven pelirosada se le rompía el corazón pues lo dijo en un tono bastante culpable pero por más que quisiera hablar con ella no tenía la fuerza mental suficiente por ese día para arreglar las cosas así que solo se consentro en la noche hasta quedarse dormida.

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Al día siguiente no tuvieron tiempo de hablar o más bien no querían, el caso es que fueron convocadas por la princesa y tan pronto como recibieron la noticia llegaron al castillo.

Zero No Tsukaima: Railgun No RondoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora