Ya era un nuevo día en Halkeginea y en el corazón de Tristain Louise se encontraba arrodillada frente a la princesa con lágrimas en los ojos mientras le daba el informe de su misión.
- Lo lamento princesa, asesinaron al príncipe Wales cobardemente frente a mi, no pude darme cuenta de las intenciones de Varde.
Henrietta que observaba tristemente el anillo de su difunto amante, se acercó a ella y se arrodilló para quedar a su altura.
- Levanta tu rostro Louise Françoise.
Louise entonces alzó la vista y pudo observar que Henrietta igualmente lloraba amargamente.
- Gracias por sus últimas Louise.
Entonces ambas amigas de la infancia se abrazaron.
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Aquella noche Louise y Mikoto se acostaron a dormir sin dirigirse la palabra, pues aunque la castaña pensó que Louise no la había visto besarla se sentía muy confundida con sus sentimientos.
- Te estaba esperando.
Mikoto abrió los ojos bruscamente al oír esas palabras y busco de dónde venían pero pudo notar que de nuevo estaba en aquella habitación de blanco total en la que una vez encontró al hombre llamado Aleister.
- De tras de tí.
Entonces Mikoto volteo a ver al dueño de esa voz.
- Así que de todos los lugares aquí te encontrabas.
La castaña se alarmó al ver a una extraña chica rubia más alta que ella con un atuendo revelador que tenía un sombrero y un parche en su ojo derecho, pero lo que más le llamo la atención fue la lanza que cargaba en su mano la cual emitía un aura de poder que la hacía estremecer.
- ¿Quién eres?
Pregunto con miedo en su voz
- ¿Eh? No me tengas miedo eso me hiere, es realmente triste que después de lo que vivimos juntas me hayas olvidado.
Por alguna extraña razón Mikoto sentía conocerla, pero no lograba recordarla.
- Mi nombre es Othinus.
- ¿Othinus?
Ella repitió ese nombre con duda sintiendo como esa gran aura que emitía lentamente se desvanecía.
- Aunque no te culpó por olvidarme, después de todo te hice cosas horribles y después de la primera nueva era te abandone, pero he vuelto para enmendarlo.
Al ver que la chica llamada Othinus se acercaba retrocedió con temor.
- No te vuelvas a alejar de mi.
La rubia con una tremenda fuerza la tomó con cariño por la cintura.
- Ahora tú y ese chico son lo más cercano que he conocido al amor.
Al ver sus ojos Mikoto observo un gran arrepentimiento y dolor en ellos poniéndola más confundida que antes.
- No te volveré apartar de mi lado, así que mientras tanto no ames a nadie más que a mí, pronto los tres estaremos juntos y felices.
Othinus entonces tomo su mano derecha y le dió un profundo beso a Mikoto, la castaña podía sentir sus lenguas tocándose pero por más que intentaba separarse algo invisible la detenía por completo, al terminar con un hilo de saliva entre sus labios la rubia se alejo sin decir nada más.
Unos segundos le tomaron a la castaña para recuperar la razón.
- ¡Pero qué carajos sucede últimamente!
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Zero No Tsukaima: Railgun No Rondo
DiversosLo que Louise pidió fue un familiar a la cual ella describió en su invocación como poderoso, hermoso y sagrado pero lo que ella no espero fue invocar a una plebeya y además que dice venir de otro mundo.