En algún lugar de Nueva York: 12 de agosto, 21:00
Ava se estiró como un gato. Sentada en la silla roja que había comprado hacía unos días en Ikea, miraba la página web de la Universidad de Columbia.
Estaba emocionada. Había conseguido entrar con la tercera mejor nota.
Se dejó caer de nuevo en la silla dando un largo suspiro mientras movía sus manos formando figuras. Debido a su hiperactividad necesitaba descargar toda la adrenalina posible a lo largo del día, de ahí que su ropa de deporte estuviera esparcida sin orden algo por su cama tras una larga sesión de zumba y cardio casero.
-Qué pena que hoy esté tan feo el clima, habría salido a correr y luego a ese restaurante tan bonito... Sería un buen negocio un restaurante en el que se sirviera comida a los perritos... — empezó a divagar, como solía hacer cuando estaba nerviosa, mientras giraba su cabeza y observaba como caía el agua de lluvia.
De repente sus ojos se abrieron de la sorpresa.
- ¡Mierda! ¡La ropa! —Se levantó de la silla y corrió como alma que lleva el diablo a su habitación donde una cuerda de tender daba a la calle.
Tras la maratón del año y el frenesí, se resignó a tener que volver a meter la ropa en la lavadora.
-Si es que ya me lo dijo mi madre; "cómprate una secadora ahora que tienes din..."
Dos toques de timbre.
Tres toques de timbre.
Cuatro toques de timbre.
- ¡Joder, que ya voy! ¡Un momento! — gritó a pleno pulmón mientras se levantaba, dejando en el suelo del cuarto de la lavadora, la ropa mojada.
La persona detrás de la puerta rio a carcajada limpia.
-Seguro que te has dejado la ropa fuera. — comentó una voz masculina grave.
Ava fue en dirección a la puerta y al abrirla se topó con su pesado y gran amigo Björn. Un nórdico de 1'98 metros de altura, con una barba bien poblada. Esta vez llevaba el pelo rubio, casi blanco, largo, recogido en una cola de caballo. Algunas gotas de agua se le habían quedado en la barba y en el pelo. Sus ojos verdes claro se posaron en su pequeña amiga. "El pijama de Winnieh the Pooh que se compró hará dos años en Primark resalta su piel negra", pensó Björn.
Ava siempre le había dicho que era primo hermano del de la serie Vikings.
-Ya era hora, hobbit.
-Te voy a partir la boca como vuelvas a llamarme eso.
Sí, mucho pijama de Disney, pero la agresividad no se la quitaba nadie, se dijo el joven mientras se rascaba la barba.
Ava se giró y caminó hacia el salón, haciendo que su melena negra botara. Empezó a mover las manos jugando con un cubo de Rubik que había tomado de la mesita de entrada.
Björn siempre la hacía enojar con los motes referentes a su estatura. Ella no tenía la culpa de que él fuera un gigante proveniente de Jotunheim.
-Encima que te he traído comida china por tu entrada a la universidad y así me lo pagas. Hieres mi frágil corazón.
En cuanto Ava oyó "comida china" tiró su cubo y corrió a abrazarlo.
-Gracias amigo. —Y en un rápido movimiento de manos se la quitó y corrió a tirarse al sofá. Cosa rara, ya que nunca podía estar más de cinco minutos sentada en el mismo sitio.
Björn resopló.
-Empiezo a creer que solo me quieres por la comida.
-Deberías empezar a creértelo. ¿Quieres una cerveza?
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La Revolución entre Mundos
FantasyEl mundo se está desmoronando y su destino dependerá de tres jóvenes: una que ha sido engañada toda su vida, una que ha sido odiada toda su vida y una que ha sido perseguida toda su vida. Las tres tendrán la clave para ganar la guerra que está apun...