Capítulo V: Ava

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Nueva York; 31 de agosto; 00:00

Ava se encontraba dormida en el mismo sofá en el que la habían dejado horas atrás.

Tras las noticias de todo ese mundo de fantasía que la había contado Björn, se sintió exhausta, su cabeza estaba abotonada y no podía pensar con claridad. Cayó dormida en cuanto Axalle la dijo: "duerme un poco, lo entenderás todo mejor cuando descanses" y Ava apoyó la cabeza en la almohada. Axa la había cubierto con una manta de una tela no muy gruesa, de color marfil y le había dicho a su hijo que iría a hacer unas llamadas.

Björn se quedó allí un buen rato, pero el hambre y los murmullos de sus compañeros hicieron que dejara su puesto de perro guardián.

El joven nórdico se estiró en la silla. Dejó caer los brazos y soltó el aire que había contenido hacia pocos segundos. Su estómago rugió. Había invitado a Maxwell a quedarse para que comiera algo, pero el brujo alegó que tenía que regresar a Londres con su amiga Freya.

"Los iratzes han curado cosas, pero tengo miedo de que algo de veneno siga en su organismo."

"No te preocupes Max, lo entiendo. Espero que se ponga bien."

Max sonrió.

"Os llevareis bien, ambos tenéis el corazón puro."

Dijo antes de despedirse e irse por un portal, no sin antes darle un beso en la mejilla a Björn mientras ambos se ponían rojos.

-Iré a ver a estos y así, me dan algo de comida. —se levantó de la silla, dio unos pasos y abrió la puerta de madera, no sin antes echarle un vistazo a Ava, que seguía durmiendo profundamente. Cerró tras de si cuando salió e instantáneamente los olores a arroz, pollo kum pao, dumplings y otras delicias de la cocina china le invadieron el olfato y le hicieron salivar. Su estómago volvió a rugir.

Se dirigió a la barra. Como de costumbre, los únicos clientes eran miembros de la manada y algún brujo que sabia distinguir entre buena y tradicional comida y no se dejaba engañar por las versiones estadounidenses.

-Oe Fei Long... ¡Fei Long! —llamó Björn mientras seguía golpeando la campanita para llamar la atención de quien se encontraba en la cocina.

- ¡Si sigues golpeando la campana y llamándome te voy a cortar las orejas y las echaré al guiso! —la voz de amenaza de la mujer salió de detrás de la puerta que conectaba la cocina y la barra. Con la espalda, Fei Long abrió la puerta, la cual tenía una ventana para ver a través de ella. Tenía las manos con guantes para no contaminar los alimentos. Su larga melena negra estaba recogida en una cola de caballo y metida en un gorro. Su piel pálida contrastaba con sus negros ojos y sus labios ligeramente rosados. Nunca iba maquillada para cocinar por lo que las ligeras ojeras se marcaban debajo de sus rasgados ojos. Tenía 22 años. —¿Qué quieres, 白痴*?

Björn rio.

-Solo quiero que me prepares uno de tus maravillosos chop suey y un poco de sopa de wonton. —Björn puso cara de perrito lastimero.

Fei Long chistó y se acercó a él y tras haberse quitado los guantes, le sirvió un poco de té verde, dejándole la tetera para que se sirviera cuando quisiera.

-Solo eres un cachorro malcriado... —dijo, pero fue a la cocina a servir un plato de la comanda. —Lo haré solo porque has sido perseguido por unos demonios.

Björn volvió a reír mientras bebía un poco de su té.

Al cabo de unos minutos Fei Long salió trasportando una bandeja, la cual puso en frente de Björn y colocó los platos en su sitio. Retiró la bandeja y la dejó debajo de la barra. Se quitó el gorro y su cola de caballo cayó por la gravedad; se soltó el pelo. Le llegaría por la cintura.

La Revolución entre MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora