Estambul. Turquía.
23 de enero del 2020
ROBERTO
Llegamos a una puerta luego de pasar por un corredor que la conectaba con el puerto. Al abrirla, apareció la imagen de la grandiosa Cisterna Basílica, construida principalmente como una reserva de agua fresca para la ciudad. Luego, un refugio antibombas. Y ahora, volvió a ser lo que era hace dos años, una atracción turística.
Tomamos las escaleras de salida y nos dirigimos al exterior. Al salir, nos encontramos tres camionetas que nos esperaba junto con algunos guardias.
Subimos a los autos y luego de pocos minutos llegamos a la Torre de Gálata.
– ¿Qué haremos aquí? – pregunté.
– Tu entrenamiento, este será el lugar en donde demostraré mi poder para que sepas lo que puedes llegar a lograr –
Subimos a lo alto de la torre junto con dos guardias, los cuales no se apartaron de nuestro lado en ningún momento.
– Bien. Primero la información básica. Yo soy el dios de la guerra y de la violencia, aquel que puede llevar a los hombres más unidos a un conflicto entre ellos. Además, conozco casi todas las tácticas de combate existentes. En teoría, deberíamos tener la ventaja en esta guerra – explicó confiado en sus palabras.
– Entiendo, Así que todo eso puedo hacer –
– Básicamente. Hoy te mostraré un poco de mi poder –
Ares se acercó a dos hombres tocándoles el hombro a cada uno. Unos segundos después, sus ojos tomaron un color rojizo y comenzaron a pelear como si se tratara de bestias atacándose con el primer objeto que vieran a la mano. Rápidamente varias personas intentaron calmarlas saliendo algunas de ellas golpeadas en el proceso.
– Ahora mira esto –
Ares cerró sus ojos y de sus manos comenzó a emanar humo de color rojo carmesí casi imperceptible haciendo que las demás personas del lugar entraran en el mismo estado de violencia extrema.
– Chico, mantente atrás de nosotros y no te alejes – dijo uno de los dos guardias.
En ese momento, un hombre cargó contra el guardia. Pero este logró reaccionar sacando de su bolsillo una empuñadura de espada que al sujetarla materializó la hoja clavándosela en el pecho matándolo. Ares y el otro guardia también materializaron las hojas de sus espadas convirtiendo el lugar en una pequeña batalla cuerpo a cuerpo cobrando la vida de varias personas.
– Roberto sal por la ventana – me ordenó Ares.
– ¿Qué? ¿Estás loco? –
– Solo hazlo o no saldrás vivo de aquí –
– Bien –
La orden era arriesgada, yo estaba ubicado en el centro del lugar, lo que significaba correr entre una manada de locos asesinos sin ninguna protección o arma.
– Toma chico, haz parte de la pelea – dijo el otro guardia dándome una empuñadura igual a la que usaban, generándome un pequeño hormigueo en mi mano derecha.
– ¿Cómo utilizo esta cosa? –
– La empuñadura está conectada a tu cerebro. Solo hace falta concentrarte para poder mandar la orden de que se materialice la hoja –
– Entiendo –
Inmediatamente, cerré los ojos y me concentré hasta que logré materializarla, luego ella misma se recogió. En ese momento, un hombre armado con un trozo de madera se acercó con la intención de matarme. El miedo me paralizó, tan solo pude cerrar los ojos y esperar lo peor. Pero no fue mi momento, por el contrario, la cabeza del hombre cayó en frente mío.
– Ten más cuidado la próxima – comentó el guardia mientras sacudía su espada con el fin de eliminar el exceso de sangre en la hoja de la espada. Esto era real y no era el momento de quedarme como un cobarde, aunque jamás creí hacerlo algún día.
Sacudí mi cabeza intentando despejar mi mente y comencé a correr hasta la ventana, pero antes de llegar, una mujer que acababa de ser lanzada por un hombre cayó sobre mí haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo lleno de sangre. Rápidamente me levante logrando así alcanzar la ventana. Pero al momento de salir, un hombre me agarró lanzándome al suelo de la torre de nuevo.
El hombre sacó un cuchillo y me atacó. En ese momento, cerré mis ojos y tan solo escuché cómo algo afilado se enterraba en la piel. Al abrirlos, me di cuenta de que, instintivamente, se había materializado la hoja de la espada atravesando su pecho matándolo instantáneamente.
Miré a mí alrededor y noté que la masacre había cesado dejando más de veinte personas muertas y un gran desorden.
– ¿Estás bien muchacho? – me preguntó uno de los guardias.
– Sí, eso creo – contesté.
– Vamos, ahora salgamos de este lugar –
Bajamos la torre y subimos de nuevo a la camioneta. Las sirenas de los autos de policía y ambulancias se escuchaban cada vez más lejos conforme salíamos de la ciudad.
– Ahora tienes una idea del poder que posees –
– No creo que esté orgulloso con este poder –
– Sé que puede parecer perturbador. Pero del caos y la muerte, nace la paz y la vida. Así que son parte vital del equilibrio cósmico –
– Si lo dices de esa forma lo haces ver como si fuera algo bueno –
– Nada es bueno o malo, el hombre es el que le ha dado esa categoría a las cosas que ocurren a su alrededor –
– No lo sé, sigue siendo algo difícil de asimilar –
– Entiendo tu punto de vista. Pero por ahora lo mejor será que entrenes y mejores al cien por ciento tus habilidades. Luego te darás cuenta qué es bueno y malo –
– Señor, ya casi llegamos – interrumpió el copiloto.
– Bien, comunícate con la base para que tengan preparada la cena y una sesión de masajes para nuestro invitado, será mejor que disfrute antes de que oficialmente empiece la guerra –
Esa última palabra me ponía ansioso e inquieto, si la "guerra" significa ver a gran escala los horrores que ocurrieron en la torre, no creo que pueda soportarlo. Al menos no sin perturbarme más de lo que ya estoy.
ESTÁS LEYENDO
BELLO DEORUM. El principio de los males
FantasyEnero de 2020: Una nueva década ha empezado llenando de felicidad y gozo a todos en la Tierra. Pero en el mundo celestial, mientras que la humanidad celebra, una revolución se planea y una guerra a gran escala empieza. El Concilio Celestial, luego d...