Capítulo II: Alas negras.

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Si ese día al despertar le hubieran dicho que su vida estaba a punto de cambiar, que al fin entendería el porqué ese sentimiento de no pertenecer a ese lugar, si alguien le hubiera dicho que un ser de alas blancas caería del cielo mientras llevaba a Violet a la ciudad, habría dicho que era una locura y que esa persona ocupaba ayuda psicológica; pero eso exactamente era lo que estaba pasando, un ser que parecía ser un ángel estaba flotando frente al auto; Luzian se sentía alarmado, como si algo dentro de él le avisara del peligro, sentía el impulso de escapar de ese lugar, una ola de dudas le azotaba, ¿Estará soñado? ¿Vendrá en paz esa criatura? Pero sobre todas las cosas ¿Porque lo estaba viendo a el?

— Blackfeather —  La voz de Violet denotaba miedo — , ¿Que es eso?

Aquella pregunta le hizo saber a Luzian que no era un producto de su imaginación, lo cual le hizo alarmarse aún más al ver que aquel ángel extendía su brazo derecho a un costado haciendo aparecer una espada en su mano.

— Ha pasado mucho tiempo su majestad —  Dijo el ángel mientras apuntaba a Luzian con su espada — , mil años desde aquel día.

Luzian no entendía que estaba pasando, pero en ese momento, en ese preciso momento solo cruzaba una idea por su cabeza.

— Protocolo de seguridad nivel uno, alerta máxima — Dijo Luzian con total seriedad unos segundos antes de que el auto hiciera un suave sonido parecido a una campanilla en la parte del panel frontal —,  Crown, pase lo que pase, no salgas del auto.

La joven estaba a punto de responder cuando se abrió en medio de ambos un compartimento que tenia una pistola, una Desert Eagle junto con cinco cargadores.

— ¿Que pretendes Blackfeather? — Preguntó exaltada Violet al ver a su compañero tomar el arma y abrir la puerta para salir — ¡Vuelve al auto, vamonos de aquí!

— Cuando volvamos a Bringe - Luzian hizo una breve pausa a sus palabras antes de salir del auto — , te explicaré todo.

Cerró el auto y apuntó de inmediato al ángel que le apuntaba de manera amenazante con su espada, vaciando el cargador del arma rápidamente al disparar; terrible fue su sorpresa al ver como el ángel tenía las balas en su mano izquierda.

—Debe estar bromeando Lord Blackfeather — Dijo el ángel mientras dejaba caer una por una las siete balas del cargador —,  ¿En serio cree que logrará dañarme con armamento humano?

"¿Cómo detuvo las balas a tan corta distancia? ¿Porque lo llama de esa manera? ¿Porque lo busca a el?" Eran las preguntas en la cabeza de Luzian mientras cambiaba el cargador de manera rápida, apenas logrando notar que el ángel había llegado frente a él en cuestión de medio segundo.

—Patético — Susurró el ángel antes de asestar un golpe con su puño en el estómago de Luzian causando que este saliera disparado contra un árbol a varios metros de ese lugar.

— ¡Luzian! — Gritó Violet antes de salir del auto asustada al ver como golpeaban a su compañero.

Era doloroso, estaba sangrando, juraría tener varios huesos rotos, pero se levantaba poco a poco Luzian, no sabia de donde sacaba esa fuerza para seguir.

—Parece que aún no es suficiente —  Dijo el ángel mientras volteaba a ver a Violet —,  veamos si esto te inspira aún más — Agregó comenzando a acercarse a la joven.

La chica se había quedado congelada por el miedo, siempre había leído historias infantiles donde los ángeles eran bondadosos y amigables, pero este era todo lo contrario.

—¡No! ¡Aléjate! ¡Ayuda! — Gritaba Violet mientras se apartaba corriendo —,  perdón, perdón, perdóname Luzian, lo siento, no puedo, no puedo dejar de correr — repetía una y otra vez mientras se apartaba —.  ¡No quiero morir!

Mientras su compañera se alejaba aterrada, Luzian sentía una ira muy curiosa, era una sensación familiar, se sentía dominado por la furia, sentía un enorme deseo de matar al ángel que habia comenzado a acercarse a su compañera.

— Ven aquí niña tonta — Dijo el ángel mientras tomaba a la joven del brazo, comenzando a elevarse poco a poco llevando a Violet con el —,  es una lastima que estuvieras cerca de él.

Ver a su compañera ser llevada por el ángel llenaba de impotencia a Luzian, disparar no servía de nada contra el ángel. "Si tan solo tuviera una manera de luchar contra el como iguales." Era el pensamiento en la cabeza de Luzian, un pensamiento que fue borrado casi al instante cuando notó una sádica sonrisa en el rostro del ángel mientras esté dejaba caer a Violet desde una gran altura.  Luzian calculaba unos veinte metros de caída libre, una muerte segura para su compañera, en ese instante se culpaba por su debilidad, su incapacidad para proteger a Violet, su arrogancia le hizo enfrentar a un ser superior a el en todos los aspectos, o eso era lo que pensaba.

—Ahora comienza lo bueno —  Susurró el ángel manteniendo su sonrisa sádica mientras observaba debajo de él.

Violet vio su vida pasar frente a sus ojos durante aquellos segundos que estaba cayendo, vio como sus padres le daban todo lo que ella quería, a Charlie su asistente regañarla cada vez que ella se metía en problemas, vio su conejo de peluche el cual ocultaba para que nadie se diera cuenta de su vergonzoso secreto, recordó la vez que conoció a Luzian, el cómo le pareció alguien interesante y la manera en que le gastaba bromas sólo por verlo molesto o ver aquella sonrisa que puso el día que la conoció, aquel compañero que suponía estaría muerto después de impactar de tal manera contra el árbol por culpa del ángel que en ese momento tomaba su vida dejándola caer, esa visión fue interrumpida por unas plumas negras que caían lentamente frente a su rostro.

—Ya estas a salvo —  Susurró Luzian mientras tenía a la joven en brazos.

—¿Luzian? — Cuestionó Violet sumamente confundida, ella esperaba que Luzian estuviera muerto por el brutal golpe.

Ahí estaba Luzian, sosteniendola en brazos, con su mirada seria, imponente, pero algo había diferente en el, Violet no recordaba ese color rojo brillante en los ojos de el; la atención de la chica en los ojos de Luzian desapareció al notar la sombra que los cubría, la sombra que causaba un par de enormes alas negras, alas que salían de la espalda de Luzian.

— Luzian ¿Que — Hizo una leve pausa, incrédula ante lo que estaba viendo —, que eres? — Preguntó bastante pálida, más por el susto de la caída que le hizo pensar que seria el fin de su vida.

— Espera aquí Violet, ya vuelvo —  Susurró Luzian mientras bajaba a su compañera lentamente a la seguridad del suelo, dedicándole una cálida sonrisa —,  me encargaré de ese desgraciado.

Las palabras de Luzian le causaron un escalofrío, podía sentir la furia oculta en su ser, pero aquella sonrisa le devolvía la calma, esa sonrisa idéntica a la que puso el día que la conoció, el día que se propuso a acercarse más a él.

—Espero que estés preparado Blackfeather — Dijo el ángel mientras se ponía en guardia — Porque yo, Cassiel Sacredblade, le pondré fin a tu existencia de una vez por todas.

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