La tercera es la vencida

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San Valentín, una fecha llena de amor y corazones rotos, donde todos demostraran su fortaleza al no llorar por su amor perdido o al rechazar a los que se le declaran. Una perfecta excusa para detener todo, el trabajo, el colegio, todo solo para festejar en grande esta celebración.

Mobuis, un gran pueblo moderno donde se le era muy conocido por estar entre las mejores posiciones de los mejores rankings de manera económicamente y emocionalmente, esto conllevaba a muchas cosa, como ser uno de los pueblos más pacífico y felices de todo el mundo. El pueblo pasaba cada fecha en grande, su gente se divertía, se relajaban, y hacían su trabajo de la mejor manera, felices y tranquilos, todo perfectamente equilibrado como todo debe estar.

 Y San Valentín era una fecha muy especial, ya que aquí todos se reunían en la noche para celebrar en el centro. Mientras algunos declaraban su amor, otros comían y disfrutaban de su gran amistad. Incluso llevaba gente de otros reinos en busca de festejar en grande como lo hacía Mobuis, todos sabían que era un pueblo unido, donde sus Reyes les daban todo lo necesario para salir Adelante y que nunca abusaban de su poder, incluso se les podía ver disfrutando de estas fiestas junto a su pueblo.

Para estas fechas el centro del pueblo era decorado de manera perfecta, corazones de muchos colores por todos lados, cintas esparcidas por los árboles y calles. Varias mesas con comida y alcohol, todo era un gran festín que nadie se podía perder. Los niños jugaban, los adultos y jovenes bailaban alegremente, y otros se dedicaban a grabar o a conversar entre ellos. Pero al final todos bailaban y disfrutaban este hermoso momento. Mientras que la eriza rosada reía y bailaba junto a sus amigos, miraba a todos atenta de cualquiera que intenta algo con ella. Cualquiera podía ser el.

Varios chicos se le habían acercado a declarar su amor y pedir ser su pareja, pero ella los rechazaba a todos, diciendo que su corazón ya le pertenecía a alguien más, y a pesar de que ellos quedaban con el corazón roto, ella no les negaba un baile. Sin más ella sólo esperaba la llegada de el.

-Cariño este año si que estas rompiendo corazones -comentó bromeando la murciélago a su lado-

-Eso parece -Sonrió terminando su cerveza-

-¿Te vas a declarar a alguien Amy? -pregunto la gata morada, está pregunta llamó la atención de todo el grupo, todos esperaban su respuesta, algo curioso ¿no?-

-No lo creo, no tengo a quien hacerlo -contestó tranquila-

-¿Y qué tal tu Admirador secreto? -molesto Rouge mirándola con picardía-

-No se quien es. No puedo declararme ante alguien que no conozco -dijo agarrando otra cerveza-

Apenas eran las 9 de la noche y ya todo estaba muy animado, todo el pueblo reunido y festejando, algunos ya están borrachos, otros llorando por su rechazo, y algunos sólo bailaban como si el mañana no existiera.

Nuestra querida eriza, por varios momento se olvidó de su "Dueño y Señor" y bailó con varios chicos, incluyendo a sus amigos del Team Sonic. Mientras que ellos la molestaban con su admirador secreto, ella sólo reía sin parar.

Mientras la banda sonaba Amy decidió tomarse un pequeño descanso, sentándose al borde de una de las calles, mientras miraba atenta a sus amigos como seguían disfrutando de la gran fiesta.

Se giró sobre sí misma al notar como alguien se sentaba a su lado, al ver que se trataba de la Princesa Sally, sonrió como saludo.

-Gracias por ayudarme con la prensa y todo eso -agradeció la eriza apoyando su cabeza en el hombro de la ardilla-

-Eres mi mejor amiga, haría lo que fuera por ti Amy -Pasando su brazo sobre la rosada, ambas se quedaron así por un buen rato hasta que la ardilla decidió hablar- ¿Tienes alguna idea de quien puede ser? - La rosada negó con la cabeza-

- Hay muchas posibilidades, puede ser cualquiera, siendo un Anónimo puede tomar la identidad que quiera -murmuró lo suficientemente algo para que su amiga la escuchara-

-Entiendo, ¿Quién te gustaría que fuera? -aquella pregunta agarró por sorpresa a la eriza, nunca pensó en eso-

-No lo sé,  ¿Alguien que fuera tierno conmigo? -Contesto con otra pregunta al no saber qué decir, así que levantó su cabeza y tomó un sorbo a su cerveza-

-Tranquila con eso, ya sabes lo que te pasa con el alcohol -advirtió bromeando al tiempo que miraba a su amiga-

- No te preocupes, tengo todo bajo control -Sonrió mirando a la ardilla-

- Si tu lo dices- comento algo insegura al ver a la rosada, pero fue interrumpida por un mono que pedía bailar con la Princesa, lo cual ella acepto gustosa- ten cuidado -pidió perdiéndose entre la multitud-

La rosada sabía lo mucho que debía cuidarse y a pesar de que le entristece saber que su Admirador sólo iba aparecer cuando ella estuviera fuera de si, sonrió y aceptando la invitación de un fan de ir a bailar, se dejó llevar, disfrutando del momento.

Ya casi la media noche, la fiesta seguía sin querer parar, la gran mayoría estaba ya borrachos. Mientras que la eriza se reía y bailaba, se tambaleaba de un lado a otro. De un momento a otro sintió una grandes manos agarrar su cintura invitando a bailar, ella se dejó llevar y sonrió. Ella se movía al ritmo de la música, al igual que su compañero, ambos parecían estar coordinados. Mientras que más bailaban, el chico se le iba acercando mas y mas a la eriza, todo hasta el punto en el que podían sentir la respiración del otro, antes que sus labios se rozaran una mano se interpuso entre ellos.

-¡Hey! -exclamo muy molesto al ver como el chico agarraba a la eriza, que por su lado no comprendía la situación- ella es mía -y con esto con su otra mano goleo en la cara al chico, que asustado se fue corriendo- ¿Estas bien? -pregunto tocando la cara de la eriza-

-¿Yo te conozco? -murmuro la eriza mirando fijamente al contrario- tu eres... 

-si -sonrió viéndola como se tambaleaba levemente- es una pena que otra vez estés ebria -comento sarcástico, pero solo sonrió ampliamente-

Ambos se alejaron del grupo. De alguna forma Amy no se negó en lo absoluto ante el desconocido que la guiaba, tal vez sea porque al estar ebria su cerebro habría recordado al sujeto, era lo único que se puede pensar ¿no?. Hasta que sin avisar terminaron en un callejón lejos de la fiesta, teniendo como única luz, la media luna, que con suerte los iluminaba, todo estaba en completa oscuridad. 

- Al fin has caído -comento para acercarse y comenzar a besar apasionadamente los labios de la eriza, lo cual ella acepto gustosa, mientras ella lo acercaba más y más tocando su cara, se alejó mirándola sorprendido- t-tu -tartamudeo al notar como no tenía olor al alcohol, ni mucho menos el sabor de este-

-Creo que el cayó fue otro -Sonrió maliciosamente la eriza- Todo lo que tomé fue cerveza sin alcohol, y con una buena actuación, creo que te gane amo y señor -haciendo énfasis en las últimas palabras, provocó una risa por parte del contrario- 

-Me has ganado -sonrió tocando la cara de la eriza-

-Recuerda la tercera es la vencida- murmuró besando los labios de su amo y señor




Fin

¡Hey! Tu eres míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora