Chantajear.

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Advertencia:

Este libro contendrá lenguaje vulgar, contenido para adultos, violencia y relaciones tóxicas, leer bajo su propia responsabilidad.

Nivel: 2.

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Bill se encontraba arreglándose dispuesto a salir al cine con sus amigos, usaba una de sus camisas a cuadros favoritas y unos pantalones que dejaban ver una parte de sus piernas, unos tenis y unas calcetas largas que estaban abultadas como si intentaran ser intrusos en aquellos tenis verdes que Bill amaba.

Sonrió al mirarse en el espejo y abrió la puerta de su cuarto llevándose una enorme sorpresa al encontrarse con su novio el cual traía un pequeño ramo de flores que estaban comenzando a marchitarse, una leve risa escapó de sus labios demostrando la ternura que le había causado aquel acto.

—Oh, m-muchas gr-gra-gracias amor.—agradeció Bill mientras tomaba las flores y acto seguido le daba un beso en la mejilla al castaño.

—Solo quería darle un pequeño obsequio a mi novio.—Henry entró en la habitación cerrando la puerta detrás para poder tomar a Bill por las caderas y pegarlo hacia él, lo besó en los labios.

Un beso que Bill disfrutó demasiado sin lugar a dudas.

—Oye am-mor, hoy qued-de en salir con los ch-ch-chicos.—comentó el pelirrojo mientras con un dedo dibujaba siluetas imaginarias en el pecho del mayor.

—¿Es en serio Bill?, ¿me cambiarás por tus amigos?—interrogó con cierto aire de molestia.

—N-no, Henry yo no t-te camb-bi-biaría por nada del m-mundo.—aclaró el pelirrojo un tanto nervioso por la reacción de su novio.

—¿Es acaso que ya no me amas?, ¿es eso?, ¿acaso ya no quieres que sea parte de tu vida?

La molestia de Henry se fue transformando en una tristeza fingida o una tristeza realista ante los ojos del pelirrojo, se alarmó ante aquello y tomó las mejillas de su novio para poder besarlo.

—N-no, para n-nada.—besó nuevamente sus labios.—P-podemos q-q-quedarnos en casa y v-ver películas.

Henry sonrió triunfante y cargó a Bill en brazos para recostarlo sobre la cama y poder seguir besándolo, Bill reía ante aquello, pero por dentro no dejaba de sentirse mal por tener que cambiar sus planes con los chicos, hace una semana que no los veía.

Violentometro. (hill) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora