El NUEVO EDIFICIO

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Dejar Busan fue sencillo... en parte.
Moría por venir a mi nueva vida pero me dolía dejar detrás a mis padres viéndome partir con sus ojos llenos de tristeza. En especial a mamá que lloraba sin parar, me abrazaba y me daba una y otra vez indicaciones de que hacer y que no hacer en esa gran ciudad. Mi padre tuvo que tomarla del brazo cuando en el aeropuerto anunciaron mi vuelo.
-"Pasajeros con destino a Seúl, última llamada favor de pasar a la sala A6 su vuelo está por despegar" -

- Mamá te amo pero debes soltarme, prometo llamarte y portarme bien. -

- ¡Recuerda que al llegar a Seúl debes buscar en la sala de espera a una persona que tenga un cartel con tu nombre. He hecho negocios con el, su apellido es jeon el te llevará a tu departamento y te ayudará en lo que necesites! - Grito mi padre mientras yo me alejaba agitando la mano y asintiendo a su petición.

Al pasar por revisión mandé un último mensaje a adilé para avisarle que estaba a punto de abordar. Acordamos que no viniera al aeropuerto a despedirme por que no queríamos hacerlo más dramático. Queremos pensar que solo estaremos ocupados para pasar el uno a la casa del otro y por eso estaremos comunicados solo por mensajitos o llamadas. Lo sé, es tonto pero queremos que funcione. Pensamos que así dolería menos la separación.

                                 -•-

El saber que había alguien esperando por mi  me quitaba un peso de encima. No tendría que deambular por la ciudad tratando de encontrar el edificio del departamento por mí mismo. Aunque en estos tiempos el GPS o maps facilita el ubicar cualquier lugar en el mundo, tomé de buen modo el recibir ayuda de un completo extraño.

Al aterrizar tomé mi maleta de la banda de equipajes, me dirigí a la sala de espera y comencé a buscar el cartel con mi nombre: Park Jimin.

A lo lejos, por fin pude divisar a una persona que, por su apariencia joven dudaba que hubiese hecho negocios con mi padre. Pero digo, no es como que mi nombre estuviera publicado en el aeropuerto para que cualquiera lo pusiera en su cartel con afán de asaltarme o hacerme daño, así que deje de lado la paranoia y fui directo hacia esa persona con la mejor de mis sonrisas dispuesto a confiar en el.

-Disculpa, soy Park Jimin, ¿tu eres el sr jeon?- . Dije con un tono de voz bajo y mucho más tímido de lo que tenía en mente. Me sentía estúpido al decirle señor a un hombre que claramente se veía de mi edad, pero a estas alturas podría ser mayor que yo, todo es posible y no quise sonar grosero, por que de esa persona dependía el que yo llegara con bien a mi departamento.

Sonrió con desdén, me dió una mirada despectiva y se dió la media vuelta.
- sigueme, te llevaré a tu destino.-  Salió a paso veloz, mientras que yo corría con mi equipaje entre la multitud para alcanzarlo.
¡Que pedazo de idiota! Cómo se atreve a mirar de esa manera a alguien que ni siquiera conoce. Y pensar que tengo que aguantarlo todo el camino. Genial! Mi papá si que sabe elegir a sus amistades.

Lo seguí en silencio tratando de ocultar mi enojo por aquella situación.
Llegamos al estacionamiento y mis ojos saltaron de sus orbitas, pues su carro que era un Hyundai Elantra último modelo color negro, un carro precioso a mi parecer. No pude evitar hechar un pequeño re chiflido.

Fiiuuu! Hermoso auto dije por lo bajo.

Su cara cambio de semblante y adoptó una triunfante y molesta actitud por un momento al ver mi reacción, .
-que esperas para subir, no tenemos todo el día!- su sonrisa de autosuficiencia era tan chocante, que me ponía más de mal humor. Me apresure a dejar mis maletas en la parte de atrás y subí al auto.

- Disculpa la manera que me comporte hace rato, ya sé que no hay excusa para mí forma de actuar, pero no estaba en el mejor de mis momentos. Intentaré comportarme mejor en adelante. -
Claramente se notó en su tono de voz que solo se disculpaba de mala gana o por cortesía. En la medida de lo posible, hizo una reverencia ya que iba sentado en el lado del conductor. Mi cuerpo respondió automáticamente y se inclino al mismo tiempo que el, a final de cuentas yo sí tengo educación.

- No te preocupes, sé que esto es una molestia para ti. Debes de tener cosas importantes que hacer y yo te estoy quitando tu tiempo. -
En verdad me sentía muy apenado después de ver que realmente no era de su agrado estar ahí.

No sé que vio en mi mirar o actuar que lo hizo dar una mejor explicación.
- No es eso, siendo sinceros mi padre es el que debía recogerte pero me pidió de favor que viniera en su lugar por que surgió un imprevisto. Y, como tu padre es un buen amigo y socio, no quiso dejar esto en manos de cualquier persona. Al menos eso es lo que me hizo creer. -
El seguía dando  su explicación pero yo seguía sin entender el por qué su hostilidad al recibirme, pero no lo quise interrumpir así que continuó...

- Se por tu cara, que te preguntarás por que fui grosero. Pero como te comento hoy no es mi día, discutí con mi novia y creo que terminamos. Perdona que te diga todas estas cosas. Se que somos dos desconocidos pero sentí que te debía una explicación de mi actuar.-

- No te disculpes, comprendo tu situación. En verdad no hay problema-  Contesté agitando mis manos de forma nerviosa, genial  ahora me sentía peor que antes, obligándolo a acompañarme en ese estado deplorable.
La situación se volvía cada vez más incómoda que antes. Lo único que deseo es llegar a mi nueva casa, instalarme ducharme, descansar y olvidarme de este incómodo momento. Total no lo volvería a ver en mi vida.

Todo el camino fue un completo desastre, creo que él se sentía realmente incómodo o molesto, ni siquiera volteaba a verme de reojo. En un momento ofreció poner música para cortar la tensión creo yo,  pero al apretar el botón de encendido sonó tan fuerte el bajéo que sentí qué mis tímpanos reventarían. Bajó de inmediato el volumen y mejor se concentró en seguir manejando, ni siquiera se disculpo, su mal humor estaba de vuelta. Y yo por mi parte preferí no hablarle o molestarlo en su tarea.

Al llegar al edificio subimos al quinto piso y entramos al departamento 124 me enseñó el lugar y volvió a la entrada.
Estaba feliz de que se fuera, estaba feliz de pensar que no volvería a pasar un momento incómodo de nuevo con el,  así que automáticamente volvió mi buena cara.
Al verlo alejarse y comenzar a cerrar la puerta divisé por la rendija, que entraba al departamento que quedaba justo enfrente del mío. Tal fue mi sorpresa que abrí mi puerta de golpe y no pude evitar gritarle:
"¡PERO QUE HACES AHÍ!".
Me sentí avergonzado al instante de terminar mi frase pero ya no había vuelta atrás, ya había gritado como loco y estaba parado en medio pasillo..  ¿Cómo llegue hasta aquí?.

- ¿Como que que hago? Entrar a mi departamento -
su cara se puso roja y me miró con cierto enojo o furia. La verdad no sé describir su reacción.

- Por cierto mi nombre es Jeon jungkook, no es como que te importe- dijo Alzando la ceja en forma de desaprobación, saco la llave de la chapa entro al lugar y aventó la puerta de un solo golpe!

Oh por dios! Esto va mal...

Eres mi perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora