Capítulo 3. Cara a cara

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"Nunca volvería a perderme otra vez. Esos ojos serían mi guía."

Instagram: sofiamila.autora

—¡No!— grito aterrada, presa del pánico. Despierto mas que agitada, removiéndome por la pesadilla. Me llevo una mano al pecho, e intento respirar pausadamente. Sólo una pesadilla. La misma de siempre. Sabiendo que no voy a dormir otra vez, y temiendo que ese horrible sueño regrese para atormentarme, decido levantarme. Corro las cortinas, y dejo que la luz solar me bañe por completo, cegándome momentáneamente. Luego de tomar algunas respiraciones, y apreciar la vista, camino hacia el baño. Luego de asearme, reviso mi celular nuevo, en donde me encuentro con un mensaje de Susy, deseándome buena suerte, lo que me hace sonreír. Luego de responderle, agendo el numero de Fausto, y le mando un mensaje, al igual que a Félix.

Camino hacia las bolsas con la ropa nueva, y comienzo a elegir mi atuendo. Sonrío maliciosa al ver unos jeans negros, con diseño desgastado. Estoy segura que esto les encantará . Los convino con mis fieles botas todo terreno, una blusa roja que mostraba mi abdomen, decorado con un bonito piercing, y mi vieja chaqueta de cuero, la cual es un regalo de Felix. Tiene un lindo león detrás, con detalles rosas, además de mis iniciales. Luego de tomar una pequeña mochila en donde guardo lo esencial, salgo del hotel hacia el aparcamiento, en donde pedí que estuviera mi bebé. Sonrío emocionada al verla.

Tantos años separadas, preciosa mía.

La inspecciono rápidamente, y compruebo que Fausto la ha mantenido en perfecto estado. Aún así, me pasaré por el taller del abuelo. Al subir en mi Harley, no puedo evitar suspirar, y que un escalofrío me recorra el cuerpo, una vez que la enciendo. La vibración del motor me transmite toda clase de sensaciones, y sin pensarlo, acelero. Siento como la adrenalina llena mis pulmones, por lo que acelero aún más, queriendo explotar cada momento de esta libertad. Sé que necesitaré de toda mi fuerza para lo que se viene, pero no me retractaré. He esperado esto demasiado tiempo...
Observo la enorme mansión frente a mi, y sonrío cuando la reja es abierta, para que entre un camión. Apresuro la marcha, ingorando a los guardias, quienes claramente me impdedirían el paso. Cuando me detengo frente a la enorme casa, me bajo con toda la tranquilidad del mundo, sin importarme que los de seguridad vengan por mi, gritando como locos. Me quito el casco, y lo dejo sobre el asiento. Cuando llego a la puerta, golpeo de forma brusca, a propósito.

Cuando la puerta es abierta, no puedo evitar sorprenderme. Una hermosa chica me observa con una calida sonrisa en el rostro, haciéndome flaquear. 

—Buenos días, ¿puedo ayudarte en algo?— pregunta con una voz dulce y amable, sin dejar de sonreírme. Observo maravillada sus chispeantes ojos de un precioso color chocolate, muy profundos, y sobre todo, transparentes. Un mechón de su sedoso cabello rizado se posa en su frente, y ella lo retira con molestia, haciéndome sonreír.
¿Qué hace una hermosa criatura como esa, en este horrible lugar? fue lo no puedo evitar pensar, sin despegar la mirada ante semejante preciosidad castaña frente a ella. Esos ojos cargados de estrellas amenazaron con perseguirme toda la vida, como dos enormes faros. Y su boca de fresa, estaba invitándome a pecar.

—Yo...— logro decir entre balbuceos, aun embobada por ella. Mierda, debo dejar de ver sus suaves labios. Mi mirada viaja por si sola a su cuerpo, y siento como mi boca se reseca. Santa madre suya, que creó esa maravilla. Esas curvas eran fatales para mi. Y que usara ese simple, e inocente vestido lo hacía peor. Ella lucia como una diosa. —Busco a Bernard— digo finalmente, dejando de desnudarla con la mirada, evitando posar la vista en su escote, o en su dorada piel.

—El señor Bernard está en su despacho ahora, ¿quieres pasar?— pregunta sonriendo dulcemente, y yo frunzo el ceño. ¿Quién le ofrece eso a una extraña?

¡No te acerques a Frida! [LGBTQ+] (LÉSBICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora