¡No te acerques a Frida! [LGBTQ+] (LÉSBICA)

Capítulo 4. Tan cerca

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CAPÍTULO 4. Tan cerca

"Quien por su propia voluntad, cae bajo un embrujo, no tiene derecho a ir contra la hechicera"

—¿Te irás sin despedirte, gatita?— pregunta de forma divertida, y yo abro los ojos sorprendida.

—Frida— susurro atónita, viendo como ella se acerca a mí apresuradamente. Doy un paso hacia atrás por inercia, y ella se detiene abruptamente al observarme de cerca.

—¿Por qué lloras?— pregunta preocupada, y yo me llevo las manos al rostro, quitándolas de ahí.—Liana, estás muy pálida. ¿Estás bien? Que pregunta tan estúpida, Frida, claro que no está bien...— se reprocha rápidamente, provocando que una pequeña sonrisa se me escape ante su ternura.—Me alegra que mi torpeza logre sacarte una sonrisa— comenta con una mueca, y yo asiento, sorbiendo mi nariz sin demasiada finura como siempre.

—No te preocupes, alma. Sólo son algunos recuerdos que se me han metido en los ojos...— respondo en voz baja, restándole importancia a la situación. Una criatura como ella no debería ser consciente del mal que me rodea, pero tampoco debería estar cerca.

—No parecen ser muy buenos recuerdos para que estés así, Liana.— habla preocupada, y yo niego quitándole importancia otra vez. Sabía en lo que estaba metiéndome cuando llegue a este lugar, pero me negué a creer que me afectaría tanto. Como si el negar una situación la hiciera menos real.— no me creo que estés bien, así que será mejor que comas algo dulce. Yo invito— dice de pronto, provocando que le mire extrañada, por lo que, ante mi desconcierto, se apresura a agregar.— así compruebo que te encuentres bien, ¿te parece?— ofrece con una cálida sonrisa, mirándome preocupada. Miro a esa preciosidad castaña por largos segundos, perdiéndome en ella, y debo hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para negarme.

—Aunque me encantaría comerte como a un postre dulce, hoy no es el día, pequeña Frida— respondo en voz baja, dejando atrás el dolor que sentía hace unos segundos. Sonrío divertida al notar su reacción. Al parecer, mis palabras le han afectado.

—¿Qué?— pregunta sin haberme escuchado bien al parecer, provocándome una risita divertida ante su inocencia. Ojalá mi alma fuera como la suya.

—Que aceptaré tu oferta otro día, si te parece bien.— digo en tono de chica buena, haciendo que me mire de forma sospechosa.

—Te burlas de mí porque soy un poco sorda, pero está bien, lo acepto— responde rodando los ojos, y arrugando su pequeña nariz.

—Jamás me burlaría de ti, alma. Si eres una cosita dulce y bondadosa, quien se ha acercado a una extraña a comprobar que estuviera bien— digo con honestidad, mientras una pequeña sonrisa adorna mi rostro.

—También vine por información— admite haciendo una mueca, luciendo un tanto culpable. ¿Información? La miro sin entender, y ella suspira nerviosa.— No entiendo por qué tú, y Logan actúan así si son hermanos... — dice finalmente, haciendo que mi ceño se frunza. Con que la pequeña Frida es un tanto curiosa, y al parecer, poco hábil para las mentiras. Peor para ella. Siempre han dicho que la curiosidad mató al gato, y ella es una dulce gatita demasiado apetecible para su bien.

—Nuestra relación es complicada, preciosa. — respondo con honestidad, mientras me encojo de hombros. —El me odia, y yo no lo soporto, simple— explico con sencillez, notando como su mirada achocolatada se tiñe en desaprobación.

—Son hermanos, Liana. Los hermanos deben ser unidos— habla como si fuera obvio, provocándome una risa amarga.

—En un mundo ideal así sería, pero ese no es el caso. —contesto con cierta rudeza, sin querer ahondar en el tema. Lo que pasó entre él y yo, es nuestro. Y no me gustaría compartirlo con nadie. Mucho menos con un ángel como este, no podría.—Debo irme ya, pequeña Frida. Lamento no poder quedarme más tiempo, pero este lugar...— hago una mueca al sentir un escalofrío y niego sin poder evitarlo. Necesito poner distancia lo más pronto posible.