Capítulo 1:

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(Nathaniel)

Hoy me había levantado más cansado de lo normal, la rutina iba haciendo mella y es que cada vez se me iban acumulando más y más papeles de inscripciones , bajas, etc. de muchos alumnos y eso que estábamos acabando el curso pero la gente se apuraba para no quedarse sin plaza al año siguiente.

Como todas las mañanas me levanto a las siete de la mañana que es a la hora que tengo programada la alarma, lo primero que hago es asearme, colocarme la ropa, desayunar y cepillar mis dientes, por último preparo los útiles que tengo que llevar y cojo rumbo al instituto para llegar antes que los otros alumnos y poder quitarme bastantes cosas de encima.

Conforme entro, solo están las luces encendidas de bajo consumo y que también iluminaban menos ya que no estaban encendidas todas debido a que aún quedaba mas de media hora para que empezaran las clases ya que eran las siete y media y hasta las ocho y media no empezaban. Mentiría si dijera que no tengo sueño pero es algo a lo que ya estoy acostumbrado, es lo que me han inculcado. Distraído en mis pensamientos alguien llama a la puerta.

- ¿Sí? - Giro mi cabeza hacia ella.

- Hola jovencito, estábamos citados con la directora por un asunto con mi hijo. - La mujer muy simpática arrastra desde el otro lado de la pared un brazo, tirando fuerte de él para que hiciera presencia. Castiel, no pude evitar formar una mueca graciosa mientras me miraba con odio.

- Am, Castiel sabe donde se encuentra la Sra. Directora señora...

- Valerie, mi nombre es Valerie. - Me vuelve a sonreír. - El caso es que me había dicho que ahora mismo no podría atenderme y que estabas al tanto de todo y perdóname que te moleste pero como tengo un vuelo en dos horas no puedo esperar tanto. -Volvió a sonreír pero esta vez apenada.

- Sin problema, pasen y siéntense. - Me levanté y con mi brazo izquierdo indiqué las sillas para que se sentaran. Valerie agradeció. - No quiero ofender a nadie Señora, pero el caso de que la Sra Directora le haya citado es debido a sus faltas de asistencia y a los exámenes de tan baja nota, si no se cambia eso repetiría curso o puede también perder la plaza. - Castiel estaba que emanaba fuego, quien se creía que ere ese friki para contarle eso a su madre tan tranquilamente con cara de bebé inocente cuando solo es otra víbora.

- Entiendo perfectamente, espero que ahora cuando su padre y yo le demos su merecido entre en razón y no vuelva a hacer de las suyas. - Lo miró para nada contenta, este reprochó. - Nuestro problema es que no podemos estar atentos a él porque constantemente viajamos y de eso se aprovecha. - Lo volvió a mirar de mala manera.

- No se preocupe, seguro que Castiel no lo volverá a hacer más. - Sonreí y le entregué unos papeles que tenía que firmarlos. - Esto justificará sus faltas y de que ha tenido constancia de sus exámenes. Muchas gracias. - Agregue cuando firmó todo.

- Pues si ya está todo, adiós. - Se levantó el pelirrojo sin siquiera mirar a nadie y se marchó.

-¡Castiel! - Valerie se llevo una mano a la cara. - Siento mucho esto de verdad.

- No se preocupe todos sabemos ya como es. - suspiré.

- ¿Podría pedirte un favor si no es mucha molestia? - me sonrió tímida, yo asentí. - ¿Podrías estar al tanto de él? Castiel necesita un poco de mano firme y quizás tú siendo delegado...- Si esta mujer supiese que nos llevamos a matar no pediría esto. Solo pude sonreírle para que no notara la incomodidad que había creado en mi, al parecer ella lo tomo como un sí. - Muchas gracias Nathaniel, eres un cielo. -me acarició con una palmadita el brazo y se marchó

¿Cómo voy a estar al cuidado de ese troglodita? Esto tiene que ser una broma...



Quise hacer esta historia como una precuela, pero le vi más lógica si primero añadía esta y luego la continuación. Espero que le disfrutéis.

Un súper abrazo y apoyo a todos con este virus que no da tregua.

Gané la pazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora