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Francisco nunca quiso tener una familia, Ligia lo tiene claro.

Cuando los vio cruzar la puerta con el niño, sus ojos eran fríos, su expresión indiferente, sus palabras escasas, muy diferente al rostro de la señora Betsy.

Cuando ella enfermó de cáncer, temió por el niño. No había nada que asegurase un buen futuro al lado de Francisco. El sujeto tenía harto billete pero su corazón totalmente vacío, al hombre le importaba todo menos su familia.

Durante años vio crecer al pequeño rodeado de lujos que cualquier otro chico a su edad quisiera tener. Sin embargo, para Joel, parecían no tener la más mínima importancia.

Aquella tarde despidió al señor mientras Joel permanecía en su habitación. Cuatro días habían pasado desde que se fue y no había recibido ninguna llamada de parte suya, ni siquiera hoy en el cumpleaños de su hijo.

Joel aparece en la sala listo para ir a clases y ella se apura en ir hasta su lado y abrazarlo fuerte, lo quiere como una madre a sus hijos.

-Feliz cumpleaños mi niño- dice separándose un poco.

-Gracias Ligia.

-Siéntate, traeré tu desayuno- le ordena yendo a la cocina.

Sabe que tenía intensiones de protestar, y se siente afortunada de que no lo haga porque que en el fondo la quiere y no porque debe mostrar respeto como con su padre.

Lo observa por la gran ventana dejar su mochila a un lado y tomar un lugar en la mesa, como todos los días. No debería ser un día común, pero no ha sido muy diferente los años anteriores.

Corta un pedazo del pastel que preparó y lo empaca muy bien guardándolo en el morral de Joel. Espera que al menos tenga un buen día.

El rizado llega justo a tiempo a la universidad. No ha visto a Erick al entrar, lo cual es extraño porque últimamente siempre ha estado ahí.

Espera hasta el receso y va hasta su banca. Erick está ahí.

-Hola- dice Erick sonriente al percatarse que está a su lado.

-Hola- responde sentándose junto a él.

Erick vuelve su atención al libro que está leyendo.

-No te vi cuando llegué- dice rompiendo el silencio.

-¿Esperabas verme?- cuestiona ladeando un poco su cabeza.

Joel tose un poco al darse cuenta de que ha estado más pendiente de Erick de lo que le gustaría.

-Descuida- agrega colocando una mano sobre la pierna del mayor. -Te esperé, pero se hizo un poco tarde. Creí que no vendrías.

-Ya ves que sí- responde sin quitar su vista de la mano de Erick.

-Lo siento- retira su mano rápidamente al percatarse.

Joel saca su pastel y vacila un poco antes de ofrecerle a Erick.

-¿Quieres un poco?- pregunta en voz baja.

Erick parece sorprendido pero asiente rápidamente con la cabeza.

-Sí, por favor.

El rizado lo divide por la mitad y al girar para entregarle su parte nota que Erick lo mira fijamente. Antes le molestaba, pero ahora siente algo diferente dentro suyo cuando sabe que Erick lo está mirando.

Le gusta que Erick lo mire.

-¿Es un pastel de cumpleaños?- pregunta al ver la crema en los bordes.

-Sí.

Erick frunce el ceño un momento hasta que finalmente entiende.

-¿Estás de cumpleaños?

-Eso dice mi partida de nacimiento.

-Feliz cumpleaños- dice lentamente mientras se pierde en sus ojos.

-Gracias- suelta muy bajito.

Permanecen uno al lado del otro preguntándose cosas de vez en cuando, hasta que es tiempo de volver a clases.

Joel se levanta y Erick hace lo mismo.

-Oye- lo llama al ver que se da vuelta.

-¿Sí?

Erick se para de puntitas frente a él, acerca su rostro al de Joel y deja un pequeño beso en su mejilla derecha.

Al separarse puede verlo sonrojarse un poco mientras parpadea rápido.

-Espero que sea un buen cumpleaños.

-Lo es- contesta sintiendo su voz más pesada de lo normal.

¿Qué carajos fue eso? No tiene idea, pero el hormigueo en su mejilla estuvo presente durante el resto del día. Incluso en la noche acostado en su cama listo para dormir, rosa sus dedos en el lugar del beso y su pecho vuelve a encogerse.

Ha sido el mejor cumpleaños en mucho tiempo.

SERIOUS ||Joerick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora